En política dicen que hay que hacer todo el "daño" posible ni bien se alcanzó el objetivo de ser legitimado por el voto popular. A esa premisa no le falló el presidente Mauricio Macri al asumir en su cargo, ya que en los primeros meses de gestión, levantó el cepo cambiario, logró que la legislatura le aprobara el pago a los Fondos Buitre, echó a miles de empleados de la administración pública, vació una serie de programas sociales que parecían intocables como -por nombrar algunos- el Conectar Igualdad o el Pro.Cre.Ar, y quitó subsidios a las tarifas de luz, gas y agua, y a su vez les aplicó un fuerte aumento.

En este primer año de gestión hubo una puja entre dos sectores del equipo económico de Macri. Por un lado, el del "gradualismo" que consideraba que había que bajar el déficit fiscal, pero de una manera gradual y en este grupo entraba, por ejemplo,  Alfonso Prat Gay; y por el otro lado, los que insistieron en que había que producir un "shock" en la economía argentina y entre sus defensores se encontraba el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.

Luego de que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, informara oficialmente que el  ministro Prat Gay presentó la renuncia a su cargo tras el pedido del mandatario argentino, todo hace pensar que ganó el sector que defendió durante estos primeros meses de gestión la teoría del "shock", por lo que se podría predecir que -lamentablemente- lo peor está por venir  para los argentinos. 

El 2017 prometía ser un año repleto de "buenas noticias" por parte de Macri, teniendo en cuenta el fuerte impacto negativo que tuvo sobre su imagen las distintas medidas antipopulares que aplicó durante el corriente año, las que le hicieron perder poder adquisitivo a millones de argentinos y a otros tantos hundirlos en la pobreza. A pesar de que seguramente no faltaron los asesores que le dijeron al Presidente que esperara a ganar las elecciones legislativas para ajustar aún más, las últimas acciones han demostrado que el Jefe de Estado decidió priorizar la profundización del ajuste por sobre ganar las elecciones. 

La renuncia de Isela Costantini de Aerolíneas Argentinas por diferencias con los equipos técnicos del Gobierno y la reciente salida del Gabinete de Alfonso Prat Gay, son algunos de los indicadores del camino elegido por el presidente Mauricio Macri para encarar el 2017.

Una de las cosas más llamativas y preocupantes de lo que ocurrió hoy, es que se concretó la renuncia del ministro que -supuestamente- condujo la economía del país hasta el día de la fecha con el Presidente de vacaciones en Villa la Angostura. Su ausencia es una señal de alarma para una gestión que parece decidida a endurecer sus políticas con una meta clara bajar el déficit fiscal

Ahora sólo queda dejar que los dìas corran para ver si los hombres elegidos por el Presidente para ocupar el ministerio de Hacienda y el de Finanzas (Nicolás Dujovne y Luis Caputo) resultan ser una "revelación" o si -como han sido juzgados por estas horas- vienen a ser los brazos ejecutores de la profundización del ajuste del gobierno de Cambiemos.

Por otra parte, cabe también señalar que la actitud de distintos sectores de la oposición ante la salida de Prat Gay fue al menos poco seria, ya que lejos de informar a la sociedad sobre el peligro que implican estos cambios, se quedaron en la pelea personal con el ex ministro de Hacienda y en el chiquitaje de remarcarle los fracasos al "muerto político" en su gestión económica, como por ejemplo, el aumento de la inflación, la pobreza, el endeudamiento y por la caída del consumo y la producción.