La interna en la cúpula de poder de Cambiemos tiene un nuevo capítulo. Es que la histórica rivalidad entre la líder del Coalición Cívica, Elisa Carrió, contra la pata judicial del oficialismo se vio recargada ayer ante los dichos del ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, quien se expresó en contra del uso “errático y excesivo de la prisión preventiva” y consideró que “no es bueno que se pida la detención de un ex presidente”, en referencia a la situación de Cristina Fernández de Kirchner.

En una breve carta pública, Carrió le pidió al Presidente Mauricio Macri “que Cambiemos, cambie o no cambiará la historia” y ratificó su decisión de avanzar con el juicio político contra Garavano. “Una de las condiciones del acuerdo que construyó Cambiemos fue el fin de la corrupción y la impunidad para siempre”, planteó Lilita y sostuvo que se trata de “una decisión colectiva e irrevocable” de la Coalición Cívica.

“La República está sumamente herida por un sector del gobierno que por conveniencia política no desean verdad, justicia y condena. Esto no es negociable. Ni la República. Ni la impunidad. El Presidente lo sabe desde enero del 2015. No volvamos al pasado Sr. Presidente”, escribió Carrió.

Y criticó “la falta de apoyo del vocero del radicalismo”. “No me guía el enojo ni la “calentura” sino la necesidad de que Cambiemos, cambie o no cambiará la historia. Esto no es una amenaza, es una decisión colectiva e irrevocable”, remató.