Mientras se palpita el inminente final de la “cuarentena estricta” y ya se evalúa el próximo paso del aislamiento, son varios los actores en el escenario político que empiezan a pensar el país que quedará como resultado del pico de COVID19. El posible panorama post-pandemia es uno de los grandes ejes de preocupación para el Frente de Todos, que ya empezó a advertir la ardua tarea que le espera.

“No se sale de verdad con programas pequeños”, fueron las palabras recientes del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien trazó un mapa de los principales puntos donde la gestión de Alberto Fernández deberá poner la lupa para reconstruir un país que, sin dudas, quedará con secuelas aún peores que las encontradas en diciembre de 2019, tras el fracaso del macrismo.

Con un fuerte anclaje entre el sindicalismo, el empresariado y los sectores más vulnerables, Daniel Arroyo destacó hoy que la centralidad para “reconstruir el tejido social de la Argentina luego de la pandemia de coronavirus” debe estar puesta en “la generación de trabajo, los ingresos y el acceso a los servicios básicos”, con la “construcción de consensos fuertes” que posibiliten cambios estructurales. En ese sentido, sostuvo que la “renta universal” va a ser un tema imposible de eludir en las discusiones que se susciten en el mediano plazo.

Antes de la pandemia, la Argentina tenía 40% de pobreza general, 50% de pobreza infantil, 50% de trabajo informal y 8 millones de personas que recibían asistencia alimentaria, una situación claramente crítica”, describió el titular de Desarrollo Social.

Cabe destacar que, mientras en el escenario nacional el Gobierno lucha a capa y espada por priorizar la seguridad sanitaria y hacer un acompañamiento estricto de las consecuencias económicas que ha generado el aislamiento, en el plano internacional persiste la incertidumbre sobre cómo se resolverán las cuentas pendientes por la deuda externa.

Desde Casa Rosada entienden que mantener buenas relaciones con el mercado financiero internacional va a ser un paso clave para la Argentina que se viene, donde habrá un sistema productivo hambriento de recursos.

A esto se suman las apreciaciones del sector sindical que también tiene preparada su propia agenda post-pandemia. El titular del Sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, quien sostuvo que la prioridad debe estar en enfocada en “poner el sistema financiero al servicio de la producción y de las Pymes”.  Por su parte, el referente de ATE, Hugo Godoy, se pronunció por la creación de un “Consejo de Salario Social, Empleo y Formación, integrado por todos los sectores productivos, organizaciones sociales y el Estado, que mejoren capacidad de formación, entre otros aspectos”.