Que Javier Milei está nervioso y alterado es un hecho que queda expuesto en cada una de sus últimas intervenciones. Especialmente violento para con la oposición, los periodistas y hasta con el Estado, místico como nunca y hasta jugando la carta de mostrar a Conan, escondido por una año y medio, no hace falta ser un profesional de la psicología o la psiquiatría para darse cuenta que el presidente no atraviesa semanas marcadas por la estabilidad.

Pero, ¿qué tiene así al máximo líder de la libertad mundial? En parte, la economía. Su supuesto punto de máximo expertise viene dándole malas noticias al presidente. La caída de los números de recaudación preanuncian un parate de la actividad que puede conducir a una nueva recesión. Cierran empresas y se pierden puestos de trabajo. Pasó la cosecha y el Banco Central no acumuló reservas, por lo que grandes jugadores del mercado financiero empieza a  recomendar salir del carry trade de Caputo y el dólar se dispara.

Sin resultados para mostrar y con las elecciones acercándose pero aún lejos, Milei recurre a faceta histriónica y agresiva para intentar marcar la agenda de la conversación pública. Pero, según un reciente informe de AdHoc, cada vez queda más lejos de conseguirlo.

X de Ad Hoc

La consultora que releva la conversación digital mes a mes publicó datos de las últimas semanas y la caída de la popularidad y la positividad de Milei en su territorio predilecto debería preocuparlo. AdHoc registró el quinto mes consecutivo en el que las menciones negativas en relación al presidente en las redes son más que las positivas. El año pasado hubo un período similar de cuatro meses de más menciones negativas que positivas entre enero y abril. De esta manera, el ciclo negativo que comenzó a partir de la intervención del presidente en Davos y que aún continúa puede considerarse como el peor momento de Milei en las redes.

Pero si hay algo peor que los comentarios negativos en contra es la indiferencia. Milei y sus berrinches públicos ya se volvieron parte del paisaje y llaman cada vez menos la atención. Según registró AdHoc, el volumen de menciones a Milei en redes está en su punto más bajo desde que asumió como presidente. Si en los primeros seis meses del 2024 el libertario tuvo más de 69 millones de menciones, en el mismo período de este año no llega a las 46 millones. El promedio mensual que en el primer semestre del año pasado era de más de 11.5 millones de menciones, en lo que va del 2025 se ubicó apenas por encima de 7.5 millones.

X de Ad Hoc

Resulta aún más revelador el panorama cuando se analiza quién habla sobre Milei. La respuesta se cae de madura: el presidente es quien más se menciona a sí mismo, sobre todo a partir de la catarata de retuits diarios que hace sobre publicaciones que lo nombran. En los últimos meses Milei difundió casi 3000 publicaciones donde se lo mencionaba. La cuenta que lo siguió fue la de Perfil, con 1155 publicaciones. La relación de la cuenta del presidente con la segunda que más lo nombra es de 2 a 1 en cantidad de publicaciones con menciones suyas.

Esto se vuelve más impresionante cuando se compara la cuenta de Milei con la de sus aduladores. AdHoc sintetizó que la relación entre menciones es de 6 a 1 con la cuenta del presidente a la cabeza comparada con cuentas libertarias como Agarrá la Pala (571 menciones), La Derecha Diario (482 menciones) o Traductor (362 menciones). Dicho de otra manera, Milei habla mucho más de sí mismo que lo que lo hacen incluso sus fanáticos más acérrimos.

El verdadero problema de Milei está, sin embargo, en la realidad. Por más que el libertario se esfuerce por mostrarse como el mejor presidente de la historia, o el gran líder de la libertad de occidente, lo cierto es que las agendas que elige defender y que en otro momento le resultaban, hoy le juegan en contra.

Es el caso de la política internacional. “Los viajes internacionales no ayudaron a la imagen del presidente. En algunos casos solamente la empeoraron. La relación con Trump y Natanyahu fue el tema más controversial de la agenda internacional”, expresaron desde AdHoc.

X de Ad Hoc

Para colmo de males, a Milei le surgió una competidora de primera línea en la conversación pública que lo sacó del centro de la agenda. Con la ratificación de la condena a CFK, las menciones a la ex presidenta en redes superaron por mucho a las del libertario. Si bien la consultora destacó el carácter coyuntural del pico de menciones a CFK, lo concreto es que desde ese momento en adelante Milei no logró recuperar el centro del ring y se la pasa tirando manotazos al aire buscando un impacto que no consigue.

Con la calle offline cada vez más complicadas por los aumentos de precios y la caída de los salarios, con el frente económico oscurecido por la falta de divisas para sostener un modelo insostenible de dólar barato y recesión, la tormenta perfecta empieza a armarse en el territorio digital para un Milei que hacía de ese campo de batalla su fuerte. Mimetizado con la casta y el sistema que prometió romper pero en los que se sostiene, el presidente llama menos la atención y no consigue tapar con sus ladridos la falta de resultados de sus políticas.