Restan solo dos meses para que el Gobierno del PRO cumpla 3 años. Los argentinos que lo votaron e inclusive muchos de los que no lo hicieron ni lo harían nunca; creían, intuían, esperaban que la Argentina marche, en un sentido muy distinto, del que tomó. Resuena el eco del actual Presidente, discutiendo en el debate presidencial con Daniel Scioli, machacando con que él no era ni ajustador, ni devaluador, ni privatizador, ni perseguidor de opositores. Pues bien, todo de lo que era “acusado” el entonces intendente de la Ciudad de Buenos Aires, fue ejecutado de una forma exponencial. ¿Qué pueden esperar los argentinos de a pié, aquellos que no se benefician ni un poquito con la política ejecutada, de este gobierno?

Del capitalismo, lo mejor…

El sentido común, que inclusive el gobierno anterior fortaleció, es que estábamos en un capitalismo serio. En el mismo, independientemente cual sea el gobierno, los ciudadanos que lo componen, pueden mejorar sus condiciones, si trabajan y se esfuerzan. Y un capitalismo serio ¿quién lo puede ejecutar mejor? ¿Políticos o empresarios? ¿Quién será más eficiente para mejorar la economía general, contribuyendo a mejorar las economías familiares? Pues bien, la principal demanda de muchos que votaron al ingeniero, era capitalismo sin tanto ruido político. Desarrollo, que permita mejorar las condiciones de vida, más de lo que se había generado en el gobierno anterior. Pero claro, la Argentina, no es Alemania, ni EEUU, ni siquiera China, es Argentina. O sea, es un país capitalista, pero subdesarrollado (para decirlo en términos sesentistas)  y para mejorar los indicadores económicos, siempre necesita del Estado. Quizás ahí es donde falle la máxima que afirma que los empresarios pueden gobernar para mejorar el capitalismo, porque en nuestro país el capitalismo se genera, gracias al Estado y los empresarios desconfían de él,  aunque en la mayoría de los casos se beneficien con él.

¿Qué esperan los argentinos del Gobierno de Mauricio Macri?

Pobreza cero, corrupción cero

Durante mucho tiempo insistieron tanto fuerzas de la oposición al gobierno anterior, como también medios de comunicación, empresarios, sindicalistas, jueces, entre otros sectores, que el gobierno anterior era corrupto. Pues bien, el gobierno actual parece que, ni está libre de pecado, ni ha hecho los avances jurídicos suficientes para acabar con ello en la Argentina. La lucha contra la corrupción parecería ser más una forma de fortalecer a sus seguidores. Nunca queda claro cómo, si el gobierno anterior fue tan corrupto, y ellos tan relucientemente honestos, tengan que endeudarse y no sobre el dinero para acabar con la pobreza. Ni hablar del recorte en las políticas de subsidios del Estado para los servicios y el transporte  que servían para generar mejores ingresos en todas las clases sociales de la Argentina. ¿Dónde está esa plata, para evitar el endeudamiento argentino? ¿Dónde está esa plata para generar más industria y trabajo? ¿Dónde está esa plata para acabar con la pobreza? Dos de las demandas más fuertes con las que el PRO convenció a sus votantes, se diluyeron al ritmo de los meses de gobierno. En realidad, cero es la nota que obtiene el gobierno en disminuir la pobreza y acabar con la corrupción.

Ciudadanos del mundo, dólares ilimitados

Uno de los principales reclamos al gobierno anterior, de muchos sectores medios y altos fue la restricción en la compra de dólares, o como lo llamaron algunos sectores del periodismo: el cepoEl gobierno asumido el 10 de diciembre del 2015 decidió acabar con ese “flagelo” y mágicamente, que se devalúe la moneda de forma significativa. Descubrieron, o actuaron maliciosamente (el lector elegirá que explicación prefiere), que nuestro país no produce dólares, y al sacar la restricción, muchos compradores de hasta “dos millones de dólares por día” compraron compulsivamente.  Los sectores de las clases medias que lo necesitaban para turismo internacional o como forma de ahorro, de repente no pudieron comprar más dólares, porque su precio era caro y porque el costo de vida creció tanto, que ahora había dólares para comprar, pero no había pesos para comprarlos. Una de las demandas principales de los ciudadanos que acompañaron a la alianza PRO y UCR, ya no pudo realizarse, el cepo no lo ponía el Estado, sino que lo pone el mercado, y a diferencia de otros momentos, ahora solo compran los que más tienen. ¿Dónde irá la plata que compra el “mercado”? Seguramente que a la producción argentina no.

¿Qué esperan los argentinos del Gobierno de Mauricio Macri?

La principal demanda, un proyecto de país

Todas las demandas por las que Cambiemos logra triunfar en las elecciones del 22 de noviembre del 2015 son demandas accesorias a un proyecto de país. Cómo decirlo, el rumbo, el programa político del gobierno anterior necesitaba reajustes, mejoramientos, cambios; pero planteaba dentro de un marco general, la irrestricta defensa del trabajo argentino, el intento de generación de valor agregado (como contracara de la primarizacion de la economía), situando al Estado en el centro, como generador de desarrollo e inclusión. Muchas de las demandas que Cambiemos sintetizó en la elección del 2015, tenían que ver con mantener todo lo bueno, e implementar todos los ajustes necesarios. Sin embargo, como muchos esperamos, y en contraposición a muchas concepciones que pensaban en “La nueva derecha democrática e inteligente”, la ideología pesó sobre la realidad para el gobierno de Mauricio Macri, y volvieron a plantear el histórico programa de la derecha Argentina, el trabajo argentino debe ser más barato, producir solo para lo que somos baratos y eficientes (el agro) y el Estado en su mínima expresión. No entendieron para qué los votaron, porque en realidad de lo que se trataba era de ganar la elección, para después hacer su programa. La única demanda, que los argentinos tienen para Cambiemos, expresada de forma desordenada y como demandas sectoriales, es que tenga un proyecto de país… Cosa que parece contradecir todo lo que el Gobierno de Cambiemos hizo hasta hoy.

 *Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y columnista en Rompiendo Moldes por AM530. Twitter:@Pablolopezfiori