Pasaron varias semanas desde que se realizaron las elecciones primarias y, habiendo bajado la efervescencia inmediata al acto electoral, podemos realizar un análisis sobre cómo votamos, o mejor dicho ¿Qué elementos nos motivaron a la hora de ir a las urnas? o de no ir. Hay quienes afirman que las y los ciudadanos toman esa decisión empujados por resultantes del maridaje entre factores históricas y coyunturales (económicos, sociales etc, etc), costumbres, educación, preferencias personales... Y, hay otros que entienden que una decisión de estas características está más vinculada a la ideología, la identidad político partidaria, si las y los candidatos les caen en gusto y las propuestas que estos realizan, como así también si los temas que llevan los candidatos y candidatas a la campaña son de interés de los y las votantes.  Más allá de cual sea la motivación el sufragio es un acto cargado de significados y sentidos. Y las PASO dejaron un mensaje contundente.

La insatisfacción de una porción importante de la sociedad que en las elecciones de 2019 acompañó a Alberto y Cristina es contundente. Llegar a una lectura honesta, veraz y sensata de ese descontento es el inicio para analizar las diversas vías que podemos tomar como militantes y gobierno de ahora en más.

La mayor campaña de vacunación de la historia, la loca carrera para llegar a las PASO con la mayor cantidad de personas vacunadas y la gestión de la pandemia demostraron no ser suficientes. Ya que en el electorado sopeso un país con sueldos constantemente a la baja (los aumentos en los últimos 6 años fueron inferiores a los de la inflación) y una pobreza que ronda el 40%, más allá de que los indicadores macroeconómicos gocen de buena salud. Como dijo el Concejal Joaquín Noya: “Sin la vacuna no se puede, con la vacuna no alcanza”.

En este contexto cabe preguntarse: ¿Tenemos posibilidades de modificar el resultado electoral de cara noviembre? Difícil pero no imposible. La provincia de Buenos Aires, aquellas que eligen senadores y las que se perdieron por poca diferencia deberían ser objeto de una estrategia especial haciendo hincapié en las gestiones locales. Y en las que no gobernamos, el presidente no debería abandonar la centralidad. Si se cumplen estas premisas y los excedentes de la bonanza macroeconómica llegan al bolsillo de la ciudadanía quizás se pueda remontar el resultado. Si no se cumplen va hacer muy difícil revertir los resultados.

Abandonando el panorama nacional y, salteándonos la provincia sinónimo de madre de todas las batalles electorales –que debería tener su propio análisis-, es hora de echarle un vistazo al pago chico (Vicente López) que nos dejó, más allá de los resultados electorales, varias notas al pie:

La primera de ellas, está vinculada a JUNTOS que hizo una muy buena elección pero obtuvo  menos votos que en las PASO de 2019 y 2017. Un pulgar en alto se merece Jorge Macri, ya que no tuvo PASO en un escenario donde JUNTOS a nivel provincial si las poseía, contando como adversarios internos a los radicales, conocidos como “los campeones de las internas”.

En la siguiente, hay que hablar de Avanza Libertad, que están a pocos votos de lograr una banca de concejal. Algo que sucederá si: se suben al fenómeno Milei y este lograr irradiar con su aura a los distritos del primer cordón del conurbanos, en ese caso probablemente en diciembre jurara en el concejo deliberante local algún libertario. Pero, si descansan en la potencialidad electoral de Espert y JUNTOS los divisa como su electorado estratégico hacia las elecciones de noviembre sus posibilidades se verán frustradas.

La última nota al pie habla de TODOS y dice: las PASO en el distrito sirvieron para oxigenar a la dirigencia local mostrando caras nuevas como las de Lucas Boyanovsky y Érica Pereyra, consolidar el recambio generacional que se venía gestando en los últimos años y para desempolvar un fenómeno que no se daba desde la época en que el japonés García era el mandamás del kirchnerismo local, que consiste en que que la lista local obtenga más votos que la lista nacional. En esta arquitectura política y electoral se ve claramente la mano del Concejal Joaquín Noya, siendo él, uno de los constructores de este escenario. Aunque también, no hay que sacarle el ojo de encima a Sofía Vanelli. El tiempo y sus aspiraciones dirán que les tiene deparado el futuro.


                                                                                                                                                                              *Concejal (MC) y secretario de formación del Movimiento Evita en Vicente López