El reloj electoral ya entró en modo cuenta regresiva, y aunque todavía falte correr mucha agua bajo el puente, las fichas que vienen moviéndose hace tiempo van tomando posiciones en el tablero frentetodista. Tras un arranque de año convulsionado por el pedido de juicio político a la Corte y el cruce entre el kirchnerismo y el albertismo por el off the record de Wado de Pedro, cierto orden parece comenzar a establecerse en un oficialismo que lo necesita a modo de supervivencia. Al menos en cuanto a las referencias que se encaminan a las principales candidaturas para el próximo turno electoral.

Se trata del Gobernador, Axel Kicillof, y el ministro de Economía, Sergio Massa, quienes respectivamente van allanando su camino a base gestión y política, sumando apoyos, sin rivales firmes a la vista, y conformando un tándem que puede ir complementándose mutuamente a medida que avancen los meses. Con CFK fuera del menú, los dos encabezan la lista de opciones en las mediciones que circulan para los electores que en  la provincia y a nivel nacional se inclinan por el peronismo, y cada vez más voces se suman a nombrarlos como los elegidos para la batalla del 23.

Está claro, cada uno de los dos juega su juego, diferentes entre sí. Mientras Kicillof declaró su intención reeleccionista hace tiempo y hasta le puso el título del 6x6, Massa insiste con que su foco está puesto en estabilizar la economía y bajar la inflación, tareas “incompatibles” con una precandidatura presidencial. Sin embargo, los dos ríos fluyen hacia el mismo mar, el de un Frente de Todos competitivo electoralmente y mejor parado en el ring de lo que lo que la oposición quisiera.

A paso firme

EN LA PROVINCIA, LA REELECCIÓN

El Gobernador de Buenos Aires viene al ritmo de un verano récord. Al margen de las internas que cruzaron el espacio, Kicillof se concentra en recorrer la provincia y particularmente la costa atlántica, capitalizando una temporada en la que estaban depositadas grandes expectativas del oficialismo. El martes pasado, desde Monte Hermoso, Kicillof sacó pecho de los “cerca de 11 millones de personas” que visitaron la provincia desde el inicio de temporada el primero de diciembre, lo que representa un 30,3% más que en 2019, con un pico en Enero de 6,4 millones de visitantes. El Gobernador anunció, junto al ministro de Producción, el Programa de Promoción y Desarrollo Turístico Bonaerense, una inversión de unos $600 millones en fondos no reembolsables para seguir potenciando los destinos turísticos de forma sustentable y sostenible.

“Esta era una temporada llena de desafíos, ya que el año pasado habíamos tenido un verano récord y necesitábamos consolidar el turismo en la provincia” dijo Kicillof ese día, y resaltó que “dedicamos todo el año a promocionar, invertir y acompañar a los destinos turísticos, sumando propuestas culturales y programas de beneficios para los seis millones de usuarios de la billetera virtual del Banco Provincia, Cuenta DNI”. El Gobernador viene surfeando la ola.

En sus recorridas por el territorio, Kicillof apuesta sus cañones a mostrar gestión pero, además, a acercarse a los intendentes. Allí está otro de los activos actuales del protagonista del 6x6: si alguna vez fue resistido por los jefes comunales y existieron aspiraciones reales a presentarle un candidato alternativo surgido de los distritos, hoy por hoy esa bandera parece haber sido guardada por quienes la enarbolaban en silencio. La reunión del martes pasado con intendentes de la Primer y Tercera Sección electoral junto a referentes del PJ provincial, de la cual Kicillof fue uno de los oradores de cierre, confirmó un alineamiento de los jefes territoriales para con el bendecido por CFK que ya casi nadie discute.

A paso firme

Justamente y además de la gestión que tiene para mostrar, el aval de la Vicepresidenta es el principal respaldo para el Gobernador, justo cuando la ambición de algunos jefes comunales hacía eco en los oídos de La Cámpora y Máximo Kirchner. El viejo rumor que señalaba la preferencia del Diputado nacional por Martín Insaurralde no cobró volumen suficiente, por ahora todo está alineado con el plan 6x6 y se podría decir que la candidatura de Kicillof es la que más adhesiones puede mostrar en todo el FDT. Como botón de muestra sirve el apoyo hasta del Movimiento Evita, que según confirmó a Diagonales una encumbrada fuente de la organización, aún no tienen una posición definida en lo nacional pero en la provincia apoyarán a Kicillof, de no mediar un cisne negro.

Con esa seguridad el Gobernador camina la provincia y esquiva las bombas de las internas en la que está sumido el FDT. Sin embargo, su posicionamiento es claro y él mismo lo ha expresado más de una vez. Ante la fractura evidente entre el Alberto Fernández y CFK, Kicillof fue siempre muy cuidadoso del lugar institucional que ocupa y la relación que implica con el Presidente, pero en las últimas semanas ese vínculo se enfrió notablemente. Por caso, el Gobernador no participó de ninguno de la casi decena de actos que Fernández protagonizó en territorio bonaerense en lo que va del año. Los ejemplos más concretos de que esas ausencias fueron una decisión política fueron las dos veces que el Presidente visitó Ensenada, a minutos distancia de la Gobernación bonaerense.

A paso firme

Kicillof tiene su agenda y la sostiene con la mira puesta en la reelección. Tiene, además números de encuestas que entusiasman en La Plata. Algunas mediciones, como las de las consultoras Analogías y Proyección, le dan al FDT más de 10 puntos de distancia sobre JxC en territorio bonaerense, ventaja que se amplía en el desagregado por candidatos con Kicillof por encima de todos, propios y extraños.

EL CANDIDATO DE LA ESTABILIZACIÓN

En la foto de la reunión del PJ bonaerense, en el centro y pegado al Gobernador, estaba Sergio Massa. Horas antes de ese encuentro, el ministro de Economía había estado reunido con la Mesa de Enlace y anunció medidas de apoyo a los productores a raíz de la sequía. La buena sintonía de Massa con el campo ya sirvió para destrabar exportaciones y hacer ingresar miles de millones de dólares al país con las diferentes ediciones del dólar soja. En un año en que las divisas estadounidenses pueden terminar inclinando la balanza electoral, el oficialismo sigue descansando en la muñeca política del ministro, mal que le pese a los sectores que reclaman una postura más beligerante contra los factores del poder económico.

Esa instantánea, de reunión con el campo a reunión con los intendentes y el peronismo  bonaerense, exhibe la plasticidad del espectro en el que se mueve Massa. Abocado a estabilizar el barco de la economía para tener un horizonte, el ministro sigue diciendo que no piensa en una candidatura y hasta llegó a decirles a los jefes comunales el martes que eso sería incompatible con su actual rol institucional. Sin embargo, Massa sabe que si tiene éxito en su empresa de ordenar la economía, la candidatura decantará por sí misma, así como a la inversa no habrá candidatura posible sin estabilización económica.

A paso firme

En esa línea el ministro presentó este viernes la ampliación del programa Precios Justos, apuntando sus cañones al problema que se roba todas las menciones como el principal flagelo de los argentinos, desde las encuestas hasta la calle: la inflación. Hablar del tema que más preocupa a la ciudadanía, y hacerlo ofreciendo soluciones, ya de por sí es un activo dentro de un oficialismo siempre listo para enfrascarse en conflictos lejanos al sentir de la calle. Pero, además, el anuncio de Massa estuvo pensado para mostrar un importante arco de actores políticos detrás suyo.

La CGT y la UIA celebraron el programa y hablaron de paritarias libres y responsables en el contexto inflacionario, sumándose al tono de mesura, dialoguista y de búsqueda de consensos que el ministro tiene ya como su marca registrada. Tras ellos, un intendente de la Primera sección Electoral y otro de la Tercera, corazones del voto peronista, agradecieron a Massa la inclusión de los jefes territoriales en esa política pública, tanto para controlar su cumplimiento como también para ser parte de la negociación de los precios en sus territorios. Los dos extremos de la puja distributiva, producción y trabajo, y los jefes territoriales en un mismo apoyo al trabajo y el enfoque político del ministro.

A esos apoyos hay que sumarle también el de un importante número de gobernadores, para los cuales Massa aparece cada vez más como el proyecto presidenciable que más cotiza. Entre el miércoles y el jueves, cinco mandatarios provinciales pasaron por el despacho del ministro y se llevaron anuncios para sus provincias, al tiempo que le dejaron fotos al titular de Economía que hoy por hoy no le dan al Presidente. Los gobernadores fueron Ricardo Quintela (La Rioja), Mariano Arcioni (Chubut), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Sergio Zilliotto (La Pampa) y Sergio Uñac (San Juan). Entre abril y mayo habrá elecciones en 8 provincias, y en Economía hacen cálculos con la hipótesis de que el FDT puede sacar allí buenos resultados que impriman un clima más triunfalista a nivel nacional para los meses siguientes. En ese caso, la posibilidad de la candidatura de Massa cobraría otro cuerpo.

Al igual que Kicillof, Massa cuenta también con la ventaja de no tener competidores claros a la vista, más allá de las aspiraciones personales de un desgastado Alberto Fernández o del sueño kirchnerista de un candidato “puro” como Wado de Pedro. En el fondo, todo el oficialismo entiende que la posibilidad de un éxito en los comicios depende de la gestión económica, y si el Frente de Todos llega con chances concretas a los cierres de listas será difícil que alguien pueda cuestionarle a Massa su candidatura, siempre y cuando él mismo la acepte.

A paso firme

Ese escenario ya se ve reflejado hoy en las encuestas que dan mejores números al oficialismo. En estudio citado de Proyección, Massa es el referente oficialista que mejor imagen positiva tiene, incluso por encima de CFK. Otra consulta de Federico González & Asociados arroja el mismo panorama, con Massa como el político del FDT con mejor intención de voto. El estudio mencionado de Analogías, por su parte, exhibe otro punto de vista también positivo para el ministro. Tras muchos meses en los que las expectativas futuras con respecto a la economía daban muy malos resultados, en enero se equipararon las respuestas negativas y las positivas con respecto a la proyección de la actividad económica y la del poder adquisitivo para el año que viene, en lo que puede ser leído como una mejor percepción del futuro económico por parte de los consultados.

Cada uno con sus cartas, cada uno con su juego, el Gobernador y el ministro de Economía avanzan a paso firme hacia las candidaturas decisivas para el FDT en este 2023. Falta mucho, pero sin grandes obstáculos internos a la vista, sus panoramas dependerán de la gestión que puedan seguir mostrando y los sectores que logren alinear bajo sus estrategias. Por lo pronto, desde la asunción de Massa como ministro la relación entre él y Kicillof fue buena y trabajaron en tándem cada vez que fue necesario. Quizás ese tándem sea el que encabece las principales batallas del peronismo en este 2023 decisivo.