Se cumple un año del inicio del mandato de Mauricio Macri, quien asumió el 10 de diciembre del año pasado. El tiempo pasa muy rápido en la política argentina y ya ha transcurrido más de ¼ de esta administración.

¿Cómo encontramos a la Argentina un año después? El discurso que llevó a Macri a la victoria fue la promesa de un cambio profundo desde lo institucional, social, político y económico.

El mandato inició con determinación a través de medidas que parecían anunciar un sendero de reinserción de la Argentina en el mundo eliminación y reducción de impuestos a las exportaciones; unificación y liberación del tipo de cambio; negociación exitosa del conflicto pendiente con los holdouts, fueron algunas de las medidas que despertaron optimismo.

Pero tras obtener esos primeros importantes logros y tal vez por contar con la comodidad de haber recuperado la tarjeta de crédito que significa el acceso al crédito internacional- el ritmo del cambio se desaceleró marcadamente y se trató de evitar el costo político de la reforma económica.

En tal contexto, intentos de reformas en el área de tarifas de servicios públicos generaron una sensación de malestar explícito en la sociedad. Tal política, se revisó de alguna manera- pero las heridas en el vínculo con la ciudadanía no terminaron de cicatrizar.

Se suele decir que en la Argentina país que tiene elecciones bianuales- en los años pares (sin elecciones) los gobiernos tienden a ajustar sus cuentas generando algún costo político, y en los años impares, prevalece la política sobre el orden económico pues es importante que los votantes disfruten del artificial bienestar del una política fiscal flexible. El instrumental del gobierno está orientando sus energías hacia un 2017 para seducir al votante. ¿Llegará el segundo semestre?

Solía decir Juan D. Perón que el órgano más sensible del cuerpo es el bolsillo. Y cuando la economía no arranca, otros temas como la calidad institucional y la corrupción (investigada por una Justicia lenta o expectante), pasan a un segundo lugar. Y en este marco, el amague de cambio económico sin medidas concretas y profundas más que las comentadas al inicio- han generado un clima de desazón, aún entre los votantes de Cambiemos, que prefieren comentarlo en voz baja por ahora.