Analizando los movimientos políticos de estas últimas horas podemos decir que Cristina dio un ejemplo de estrategia  que llevó a cabo con pasos tácticos muy precisos: Si su aspiración fue monopolizar la mayoría de las listas lo consiguió sobre la base de ceder espacios en las elecciones provinciales en base a acuerdos políticos que le garantizaran una presencia fuerte en lugares "a salir" en las listas de diputados y senadores nacionales y así se hizo. Los cierres de listas lo han ratificado con creces ¿Está bien que así sea? ¿Nos gusta mucho o poco? Esto es política y lo que expresa la foto del cierre de listas en el peronismo no es otra cosa que la correlación de fuerzas interna donde vemos  un sector monolítico y de gran despliegue territorial que le responde desde su aparición de manera inquebrantable a la ex presidenta que logró cosechar la mayor cantidad de espacios "a salir". Estamos hablando de la correlación de fuerzas realmente existente ¿Se podría haber concretado de otra manera? Eso ya es pasado y cualquier político experimentado tiene como deber enseñar a los principiantes que hoy se da vuelta la hoja y se sigue para adelante con más fuerza y vigor que ayer.

Ya se lanzó la interna para 2021/2023 y se la empieza a jugar en la campaña electoral de 2019, que está comenzando, donde las diferencias se irán saldando en la acción política concreta en barrios, calles, fábricas, el transporte público, etc porque la mejor forma de manifestar la alegría o la bronca por el cierre de listas es laburar para ganar. En la victoria es donde mejor se reacomodan lo melones; en la victoria es donde mejor se pueden saldar viejas cuitas. Están los compañeros que están y a otra cosa mariposa. Los mejores candidatos son los candidatos con los que contamos. Pero además porque el peor error en el que se puede incurrir es olvidar que nada es peor para nuestro pueblo que una victoria macrista en octubre.

Nos puede gustar más o menos tal o cual cierre pero de lo que no hay ni debe haber dudas es que cualquiera de los nuestros, aunque nos guste más o menos, es muchísimo mejor para los intereses populares que el macrismo: La miseria, el surgimiento incesante de merenderos, la falta de una política de desarrollo industrial son algunos de los ejes que deben ponerse por delante una vez más. Y esto que puede sonar a  repetición de lugares comunes es, en efecto, la línea que no se puede perder de vista porque hay un malentendido según el cual en una organización política todos debemos pensar lo mismo de todo cuando en realidad no es así o ,dicho de otra manera, lo importante es la coincidencia en los ejes estructurales de un proyecto político y para ello lo que realmente importa es la victoria y los grandes ejes que la posibilitarán. El resto, las disputas menores, los dimes y diretes se irán saldando a su tiempo. Sucede que hay prioridades y en este momento se trata de ganarle al macrismo para hacernos cargo del desafío de reconstruir la patria y es en ese escenario donde las internas y disgustos menores se van saldando. El hambre, la desolación de los compañeros que están sin trabajo y bajando los brazos, la campaña feroz de los medios masivos afincados a pie juntillas con el gobierno y la instalación de esa noción según la cual todo siempre fue así y no va a cambiar nos tiene que sacar a la calle con más prepotencia que nunca.