Frente a un reclamo que empezó a cobrar cada vez más volumen en las últimas semanas, Alberto Fernández convocó a conformar la mentada mesa política donde se sentarán dirigencias de los principales sectores que integran el Frente de Todos, principalmente el kirchnerismo y el massismo. De este modo, el Presidente abre una puerta de diálogo en plena conmoción por las internas con el ala leal a Cristina Fernández de Kirchner.

Allí se espera un fuerte debate sobre las candidaturas de cara a las elecciones, escenario donde el propio jefe de Estado tiene un sus manos la proyección de una reelección, mientras desde el ala K insisten con romper la proscripción de CFK y abrir el juego a que se ella misma la candidata del oficialismo.

Una de las voces que de manera reciente se pronunció sobre este tema fue el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, quien había reclamado por la conformación de “una mesa política de articulación” a nivel nacional dentro del Frente de Todos, al mismo tiempo que reiteró que el presidente Alberto Fernández “tiene derecho a ir a la reelección”.

Desde el camporismo duro, figuras como Máximo Kirchner o Andrés “Cuervo” Larroque también brindaron declaraciones en las últimas semanas donde hablaron de una mesa política de debate que estaba pendiente. Cabe recordar que son conocidos ya los reclamos del kirchnerismo hacia la cúpula de Casa Rosada sobre la presunta falta de atención del albertismo hacia el socio mayoritario del FdT.

“Todavía tenemos oportunidad para debatir e ir adelante, hemos reclamado la apertura de una mesa política, lo ha hecho Sergio Massa pero nunca pasa, nunca ocurre. Estamos a febrero de un año electoral y tenemos que explicarle a la sociedad qué es lo que sigue, porque esta ruta de vencimientos es impagable”, fueron palabras de Máximo Kirchner.

Ahora, frente a las advertencias de los últimos días por parte la dirigencia cercana a la Vicepresidenta, en Casa Rosada ya trascendió que Fernández convocará a la mentada mesa para dar parte a las voces centrales del oficialismo y, de ese modo, poder ordenar las ya agitadas filas del peronismo.