La asunción de Alberto Fernández al frente del Partido Justicialista (PJ), y el respaldo que recibió de los gobernadores en el acto en la CGT a propósito del 75 aniversario del Día de la Lealtad, reflejan la preocupación del oficialismo por volver a tomar fuerza e iniciativa política. Así, el Presidente pretende reencontrarse con el acompañamiento de todos los actores que componen el Frente de Todos; y con la imagen positiva de los primeros meses de iniciado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), ya que en las últimas semanas su imagen empezó a estar por debajo de su base electoral, y eso preocupa, mucho. Por tal motivo, en el acto en la CGT insistió en tres ideas para este nuevo tiempo político: recuperar la diversidad del Frente de Todos (FdT); mantener el federalismo y la unidad de todo el peronismo; y comenzar “un tiempo distinto”. Un gesto para consolidar la unidad del Frente de Todos y una oportunidad para volver a recuperar el liderazgo.

Esta semana se produjo otro movimiento, la reaparición de Mauricio Macri en la escena pública. Si bien Alberto Fernández llevaba semanas sin entrevistas mediáticas, y se encontraba preocupado por la gestión de la pandemia y la crisis económica, la aparición del ex mandatario lo obligó a polarizar con la herencia recibida. El famoso negocio de la grieta parece haber vuelto, para quedarse. Sin embargo, el hecho no pasa solo por confrontar con Mauricio Macri, -y su imagen que está en caída, sino por evitar pagar los platos rotos de los cuatro años de Cambiemos, a los que se suman las consecuencias económicas de la pandemia. Esta misma idea planteo ayer Alberto Fernández en el discurso de cierre del acto en la CGT: “En una Argentina como la de diciembre del año 2019, esta pandemia la condenó infinitamente más”. Ahí radica un desafío fundamental para el actual Gobierno Nacional: brindar previsibilidad para los próximos meses, y evitar que Juntos por el Cambio y Mauricio Macri salgan ilesos.

Es evidente que la crisis económica y social es el espacio vacío que nadie quiere ocupar, pero que lamentablemente se mide sobre la percepción en el presente.

Si bien el nombramiento de Alberto Fernández como presidente del PJ no implica una incidencia directa en su imagen, sí es cierto que le permite encolumnar a todos los actores del Frente de Todos, fortalecer su figura presidencial y establecer nuevas prioridades en la agenda del Gobierno. Recuperar su liderazgo implica también que sus decisiones se complementen con un aspecto clave que caracterizó al Frente de TODOS desde su conformación: diversidad y heterogeneidad. De esta forma, recuperar al timing político con la agenda política y las preocupaciones de la ciudadanía, tiene que dialogar necesariamente con alcanzar el ensamble de las múltiples voces que componen el Frente de Todos.

Al respecto, consultada por Diagonales, la analista de opinión pública Shila Vilker, sostuvo: “En este último tiempo el Gobierno nacional fue perdiendo espesor político. La heterogeneidad de sus actores: el Peronismo Federal, el Kirchnerismo, el Frente Renovador, los sindicatos y los mandatarios provinciales, fue disminuyendo”. En este mismo sentido, Vilker agregó: “El Presidente quedó subsumido en términos simbólicos al universo kirchnerista, sobre todo por el lugar que ocupa y lo que transmite”.

Esta nueva realidad que atraviesa el Frente de Todos, y su persistente lucha por recuperar la autonomía de los sectores, se encuentró ayer con una novedad política. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, convocó a un Congreso del Frente Renovador para el segundo fin de semana de noviembre. “Ampliar el diálogo político y seguir acrecentando al Frente de Todos”, sostuvieron fuentes cercanas al líder del Frente Renovador luego de la consulta de Diagonales. 

Alrededor del Frente Renovador arriesgan que participarán gobernadores e invitados de otros sectores sociales y políticos, y que habrá tres ejes de trabajo: “diálogo”, "innovación" y "federalismo". Todo indica que este Congreso es una muestra más de los reacomodamientos que existen al interior del Frente de Todos, los cuales habrá que seguirlos bien de cerca. Tal vez, la presencia de Sergio Massa ayer por la noche en la mesa de Juana Viale junto a Marcelo Bonelli, María O'Donnell y Jorge Asís, sea parte de este nuevo orden en el Frente de Todos.

Un capítulo más en la telenovela de Cambiemos

Claridad política hacia afuera, con tensiones y desamores en su interior. Por ahí pasan las preocupaciones de los dirigentes de Juntos por el Cambio, que parece que su telenovela se va a extender hasta el cierre de listas del año próximo. Los ruidos y los off the record continúan, pero nadie con olfato político pone en duda que su unidad es la base de seguir siendo competitivos electoralmente. El pragmatismo electoral es la base de su estrategia, y no hay ningún indicio de que eso se modifique. Todo sigue igual.

Esta semana, y luego de varios meses sin apariciones mediáticas, Mauricio Macri le respondió a quienes quieren jubilarlo señalando a nuevos “culpables” de la derrota de Cambiemos. Lo hizo a partir de una entrevista en el programa que conduce Joaquín Morales Solá, y en una serie de entrevistas pactadas. De esta forma, el expresidente ratificó los rumores sobre los desencuentros en JxC, y sostuvo: “Como presidente nunca pude haber delegado la negociación política”. De esta forma, señaló a los gestores de las alianzas políticas, entre ellos Emilio Monzó y Rogelio Frigerio. Al respecto, un dirigente político de la 5° sección electoral que trabaja a la par de Emilio Monzó, le expresó a Diagonales: “La autocrítica de Mauricio Macri es sumamente correcta porque él debería haberse involucrado más. No puede exculparse de esa responsabilidad”.

Cerca de María Eugenia Vidal, insistieron en que más que una crítica de Macri a Emilio Monzó, esto funciona como una “victimización de Monzó que le permite lograr visibilidad”. En este sentido, agregó: “Emilio y Rogelio necesitan una boleta para no desaparecer y por eso se acercan a María Eugenia Vidal, pero ella con Horacio son uno hace más de 20 años. Van a definir candidaturas en marzo del 2021”.

Si bien Cambiemos consiguió la aprobación de todas las leyes importantes que pidió, por lo menos hasta el “crack” externo de abril de 2018: pago a los fondos buitre, blanqueo de capitales, reparación histórica, ley de fomento de pymes, ley de emprendedores, reforma tributaria, reforma previsional, consenso fiscal y ley de financiamiento productivo, por nombrar las principales, el objetivo del ex mandatario es persistir de una u otra manera en la escena política, y para ello confronta con dos enemigos. El enemigo externo, el kirchnerismo y la figura de Cristina Fernández de Kirchner; y el “ala política” de Juntos por el Cambio, en el que se encuentran: Emilio Monzó, Rogelio Frigerio, Nicolás Massot, Sebastián García de Luca, y Martín Lousteau.

Del otro lado de la mesa, los discípulos del histórico PRO, entre ellos Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, tampoco ven con buenos ojos la posición acrítica de Mauricio Macri. En este mismo sentido, un dirigente de mucha confianza de la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, agregó: “Tanto Macri como Monzó tienen un grado de responsabilidad alto, ninguno puede mirar para otro lado y este juego en el que se señalan responsabilidades no suman nada a las preocupaciones de la gente”.

El escenario político a nivel nacional se encuentra más abierto que nunca. La postpandemia parece haber llegado a la política. El Frente de Todos apuesta a volver a tener heterogeneidad en su interior y a que Alberto Fernández recupere su fortaleza política de la mano del peronismo y el federalismo. Del lado de enfrente, la oposición juega a romperse para seguir arriba del escenario. Mauricio Macri tiene votos, pero los dirigentes que responden a él se cuentan con los dedos de una mano: Hernán Lombardi; Fernando de Andreis; Pablo Avelluto; Patricia Bullrich, y alguno que otro más... Sin embargo, el equipo de Horacio y María Eugenia; el ala política de Monzó; la estrategia que adopte el radicalismo de Sanz, Mario Negri y Cornejo; y Elisa Carrió parecen ser los que terminarán de reordenar las fichitas a nivel nacional de Juntos por el Cambio.