En la emisión matutina de Perros de la Calle (Urbana Play), Andy Kusnetzoff puso al aire una situación que atraviesa a muchas familias argentinas con la gestión de Javier Milei: la angustia por la pérdida de empleo, la incertidumbre económica y la preocupación por el acceso a derechos esenciales como la educación y la salud pública. En un día en el que el Congreso debate temas claves para ambos sectores, el conductor presentó el testimonio de Leandro, un hombre desempleado cuya historia puso en primer plano la vulnerabilidad social que genera la crisis económica.

Desde el inicio, Kusnetzoff dejó claro que el objetivo era visibilizar lo que viven miles de personas. Señaló la necesidad de reconsiderar medidas oficiales que afectan a los sectores más frágiles y subrayó el valor institucional y simbólico de la educación y la salud públicas: “está bien que recule el presidente, que revea lo de la discapacidad, las universidades... Porque eso no es la grieta… es tener en cuenta lo importante que es nuestro país y el orgullo que nos da tener nuestra educación pública, tener nuestros hospitales públicos para la gente que no tiene una obra social”, afirmó.

El conductor enfatizó la carga afectiva y práctica que implica el cuidado de una persona con discapacidad dentro de una familia: el temor sobre cómo se organizará el futuro cuando los cuidadores ya no estén y la angustia que genera la falta de respuestas estatales suficientes. “Es mucho más difícil tener alguien con discapacidad y tener que ocuparte toda tu vida de eso... No sé cómo se la va a arreglar cuando yo no esté”, expresó en la charla.

La intervención del psicólogo Gabriel Rolón aportó una lectura sobre la dimensión emocional del encuentro: destacó la legitimidad del dolor y la empatía como señales de humanidad. “Está bien que nos duela… A mí me preocupa si no te duele eso”, sostuvo, remarcando que aunque no siempre se pueda solucionar la situación, reconocer el sufrimiento del otro es un primer paso importante.

Leandro, protagonista del relato, habló con sinceridad sobre su sentimiento de responsabilidad pese a no haber sido la causa de su situación: “Me siento responsable por esto, pero no era mi intención, Andy”. Rolón buscó aliviar esa culpa, mientras Kusnetzoff, con la voz quebrada, pidió disculpas por la emoción que conmovió al estudio. La secuencia dejó en evidencia la tensión entre la conmoción íntima y la necesidad de medidas públicas que garanticen derechos.

Más allá del gesto personal de los conductores y del profesional que acompañó el relato, el pasaje radial funcionó como micrófono de una realidad social agraviada: desempleo, recortes y falta de certezas sobre prestaciones clave incrementan la sensación de abandono en amplios sectores. Kusnetzoff sintetizó ese reclamo en una frase que sostuvo el hilo del intercambio: “tiene que ver con que te duela no tener más porque Argentina no tiene presupuesto. Y hacemos un esfuerzo entre todos… pero es una cuestión de, por lo menos, entenderlo y escucharlo”.