Mauricio Macri continúa trazando su estrategia de poder. En ese juego, Patricia Bullrich y Javier Milei le sirvieron a sus intereses en distintas etapas de la disputa con el peronismo. Una vez en el poder, ambos se emanciparon de su patronazgo y hoy por hoy mantienen con el ex presidente una no tan subterránea disputa por el liderazgo de los segmentos de la sociedad que se referencian con la derecha y con el cambio. A la espera del éxito o el fracaso del Gobierno para definirse por una alianza más profunda o una ruptura, Macri tensa la cuerda para desmarcarse del presidente en medio del complejo contexto económico.

El ex presidente pasó por ExpoAgro tras su visita a Maximiliano Pullaro en Santa Fe, y dejó títulos y actitudes picantes como para que los análisis interpreten su momento de tensión con LLA y su ex candidata presidencial. “Entendamos que si la sociedad votó a alguien ajeno al sistema político (...), ahora lo que nos toca a nosotros es estar a la altura de las circunstancias, ser generosos y humildes en la defensa de las ideas de fondo”. Esas fueron las primeras y las últimas palabras de un fragmento del discurso de Macri que, si se leyera solamente con ese rectore, daría la impresión de un cierto apoyo al Gobierno libertario.

Sin embargo, entre el principio y el fin de ese segmento, el ex presidente deslizó chicanas picantes contra el presidente, Karina Milei y el armado de LLA, y lo que significó su llegada a la Rosada. “Este es un verdadero outsider” se despachó Macri, y agregó “no es Trump, como dicen, que tenía al Partido Republicano atrás, no es Bolsonaro que tenía el ejército atrás”. Sus palabras sonaron a una baja de precio para con Milei, refregándole al presidente que no cuenta con un partido político sólido ni con estructuras propias de poder como las necesarias para sostener un gobierno por sí mismo.

En esa misma línea, Macri fue aún más a fondo: “es él, su hermana y las redes sociales” disparó. Lo que pretendió sonar como una descripción de su mirada sobre el armado que responde a Milei resultó, a todas luces, un dardo venenoso con destino al ocupante del Sillón de Rivadavia.

X de César Biondini

Pero no sólo eso lanzó el ex presidente en el evento anual del campo. Macri afirmó que Milei “llegó porque la decisión de ustedes, los argentinos, fue que querían un shock en el sistema político”. La curiosa maniobra por la cual el ex presidente responsabilizó a “ustedes los argentinos” del voto a Milei, autoexcluyéndose de ese grupo, resulta cuanto menos llamativa y puede interpretarse como un despegue por parte de Macri de las consecuencias que esos votos generaron.

“Y bueno, ha generado un shock” afirmó Macri sin detenerse a aclarar si el shock generado es algo positivo o no para el país y el sistema político, y si él está o no de acuerdo con ello. Sin embargo, hay algo de lo que no quedan dudas y es que ese shock le está partiendo su partido.

La principal artífice de esa grieta interna en el PRO es Patricia Bullrich. La actual ministra de Seguridad y ex candidata presidencial de Macri no esperó el aval del ex presidente y tomó unilateralmente la decisión de saltar al barco del Gobierno una vez que Milei ganó el balotaje. Macri, que se siente dueño de todo y de todos, explotó de furia en su momento ante el movimiento inconsulto del alfil que se le reveló en medio de la partida.

De allí en más la relación entre ambos se tensó al extremo, y la disputa pasó al plano partidario. En dos semanas se realizarán las elecciones internas del PRO, donde ya casi nadie duda que Macri volverá al máximo lugar institucional del partido que fundó, y se quedará de esa forma con la lapicera para el armado de listas del año que viene.

Bullrich osó disputar ese lugar en su momento, pero no le terminó de dar la nafta. El punto más evidente de ese proceso fue el comunicado que la ministra emitió cuando estalló la pelea de Milei con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres. Bullrich salió a bancar al presidente en contra del joven mandatario del PRO, algo que Macri desaconsejó al interior del partido, pero su cosecha de firmas resultó muy flaca para las pretensiones de conducción que hasta entonces tenía.

Ahora, la puja pasa por cuántos y qué lugares consigue arañar la ministra en la próxima estructura partidaria, lugares que utilizará para intentar profundizar su alianza con Milei. Macri, por su parte, espera agazapado los resultados del Gobierno, y si se produce un mayor acercamiento será por puro pragmatismo ante una levantada de Milei. De la misma forma, si el clima social continúa agravándose y el presidente con encuentra respuestas, el líder del PRO no dudará en soltarle definitivamente la mano.

Con esa tensión entre una Bullrich ya jugada en su apoyo a Milei y un Macri especulando qué es lo que más le conviene, ambos coincidieron este jueves en ExpoAgro. El primero en llegar fue Macri, que expuso en una carpa ante un público afín al cual le dejó claro que él no es parte del Gobierno. Bullrich llegó más tarde y esperó su turno para ingresar al lugar donde se encontraba el ex presidente.

El cruce era casi inevitable y el eventual saludo entre ambos  sin dudas dejaría tela para cortar. Pero Macri prefirió evitar el momento, y antes de que la ministra ingresara a la carpa se levantó, se fue y nunca regresó. La esquivada pasó casi desapercibida, pero dejó ver a las claras que entre ambos está todo partido y pueden esperarse próximos capítulos de la novela en las semanas que siguen.