Se suele repetir que con los debates presidenciales no se ganan las elecciones, pero que pueden hundir a los candidatos si la performance no es solvente. En esta línea, no fue un primer debate fácil para Patricia Bullrich en Santiago del Estero.

La líder de Juntos por el Cambio (JxC) debía garantizar una exposición sin fisuras que pudiese desnudar las debilidades del candidato de La Libertad Avanza (LLA) Javier Milei y del ministro candidato de Unión por la Patria (UP) Sergio Massa. Pero no lo logró.

Con el Talón de Aquiles que es su plan económico, Bullrich no pudo aprovechar esta oportunidad para colarse en la discusión hacia el balotaje presidencial. Fueron Massa y Milei los que buscaron la exministra de Seguridad macrista se explayara sobre las propuestas económicas, en las que trabaja con su potencial ministro Carlos Melconian.

Bullrich dio un paso atrás y no pudo meterse en la polarización Milei-Massa

Tampoco pudo exacerbar las debilidades que a priori ofrecían Massa y Milei. Mencionó tímidamente el escándalo que envuelve al espacio de UP el exjefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires Martin Insaurralde y no expuso las principales frases polémicas que acumulaba Milei en torno a la venta de órganos o la libre portación de armas.

En su presentación, el camino de Bullrich hacia Massa fue por la tumultuosa gestión económica del tigrense y hacia Milei, apuntando hacia las contradicciones del economista ultraliberal por sus acuerdos con lo que él denomina “la casta”: “Massa ya es presidente en funciones y su gestión es un desastre. Milei tampoco, está solo y por eso tranza con lo peor de la política y el sindicalismo mafioso. ¿Con Barrionuevo piensa hacer un cambio? Contámela a mí. Para cambiar se necesitan dos cosas. Primero coraje. El miedo es el peor enemigo de una gestión y yo tengo lo que hay que tener”.

Luego de la exposición del eje económico por parte de Milei, Bullrich lo inquirió por su planteo de “quemar” el Banco Central, por los pocos países que adoptaron esta política, por pretender hacer de la Argentina “un paraíso fiscal”, y por el plan de dolarización. “Sin dólares no se puede dolarizar. Por eso lo importante no es lo que decis que vas a hacer sino lo que realmente estás en condiciones de hacer, un plan serio, concreto y eficiente”, le planteó.

Bullrich dio un paso atrás y no pudo meterse en la polarización Milei-Massa

Bullrich catalogó a Massa como “el peor ministro de Economía”, le dijo “cínico”. “Duplicaste los números de la inflación, duplicaste los números del dólar, generaste el 40,1 por ciento de pobreza, ¿y ahora nos queres decir que cómo presidente vas a ser distinto a lo que sos?”

En su tercer derecho a réplica, también durante el debate económico apuntó contra Massa y señaló que su presupuesto 2024 es “una vergüenza”. “Es fácil presentar un presupuesto donde decis que es lo que vas a gastar y después presentas una listita y le decís a los diputados ‘a ver, pongan con un lápiz rojo qué quieren tachar ustedes de esta listita. La responsabilidad es del ministro de Economía, no de los diputados. Hacete cargo del presupuesto que presentaste, que esconde un 70 por ciento de inflación, cuando no estas llevando a la hiper. Y terminala con el FMI, porque la deuda de tu gobierno es la mayor en 40 años”, exclamó ya un poco más exaltada.

Bullrich dio un paso atrás y no pudo meterse en la polarización Milei-Massa

La respuesta de Massa fue contundente. Le señaló que no hizo el mea culpa de los errores de su propio gobierno” y le recordó su historial de vaivenes políticos. Le agradeció a su contrincante de JxC por haberle dado la “satisfacción más grande de devolver a los jubilados el 13 por ciento que ella les descontó” durante el gobierno de la Alianza que lideró el expresidente Fernando de la Rúa.

Bullrich padeció por momentos no haber planteado con detalles cómo sería el plan integral económico. Y Massa y Milei se lo hicieron pesar con repreguntas. La candidata cambiemista ensayó respuestas más generalistas en esta temática y pudo hacer mayor pie cuando hizo énfasis en sus propuestas para liberar las calles de la protesta social, y de las tomas de tierra.

Quedó con gusto a poco.