Por primera vez en mucho tiempo las elecciones dentro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) tenían dos candidatos pero, tras 18 años de conducción, Antonio Caló decidió dar un paso al costado y perdió la jefatura del gremio. El histórico secretario general será reemplazado por el líder de la seccional Campana, Abel Furlán.

De esta manera, la interna del Frente de Todos llegó a la UOM: mientras que Caló contaba con el apoyo de Alberto Fernández, nel nuevo dirigente es aliado de los sectores kirchneristas que buscan ganar lugar dentro del mundo sindical. 

En 2017, Caló respaldó a Florencio Randazzo cuando el jefe de aquella campaña era Alberto Fernández, incluso el gremio fue su comando electoral. En cambio, en ese mismo años, Furlán, fue un activo participante del Frente para la Victoria, primero, y del actual sector kirchnerista dentro del Frente de Todos.

Además, Calo enfrentaba una fuerte crisis interna dentro del gremio que se vio expresada hace dos semanas durante la renovación de autoridades en las 54 filiales de todo el país. En esa ocasión Caló tuvo una disputa con Daniel Daporta, titular de la seccional de Avellaneda, quien desplazó de la lista oficial a buena parte de los referentes históricos del distrito, decisión que enojó al secretario general. El líder nacional incluso amenazó con intervenir la elección.

Pero el desgaste de Caló es anterior. El año pasado ya no había logrado imponer su postulación para el triunvirato de la CGT y a último momento desistió de competir. 

Este martes, el líder nacional sabía que no contaba con los votos necesarios para ganar la elección de la UOM y a último momento, decidió dar un paso al costado dejando a Furlán al frente del gremio.