En medio de un gobierno que pierde día a día respaldo político y una situación económica que no deja de deteriorarse (con la pobreza en un 32% y el desempleo casi en los dos dígitos), es necesario remarcar las responsabilidades de gran parte de quienes se plantean como opositores en la catástrofe que estamos viviendo. No olvidemos que Macri y Cambiemos están en minoría tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Sin el apoyo de gran parte del peronismo, el gobierno no hubiese logrado aprobar decenas de leyes antipopulares de las cuales hoy el pueblo trabajador está padeciendo las consecuencias. 

Entre estas se cuentan el pago a los “fondos buitre”, el “blanqueo de capitales” para la evasión impositiva de los ricos, el saqueo a los jubilados y el presupuesto de hambre y miseria dictado por el FMI. Los gobernadores peronistas, incluyendo Alicia Kirchner en Santa Cruz, han replicado el ajuste hecho por el gobierno nacional en las provincias. 

A su vez, la dirigencia sindical burocrática al frente de la CGT y los principales gremios han desmovilizado a los trabajadores permitiendo que avance la pulverización del salario y crezcan el desempleo, la pobreza y la indigencia. Pero las responsabilidades no son solo por el pasado. El problema es lo que se proponen hacer si llegan al gobierno. Gracias a Macri y sus cómplices nuestro país está sometido a la tutela del FMI por varios años. 

¿Con qué recursos se van a pagar los vencimientos de deuda en 2020, 2021 y 2022? Ya los funcionarios del Fondo han señalado que es necesario avanzar en cambios regresivos para las jubilaciones y en nuevas leyes precarizadoras en las relaciones laborales. Aunque el gobierno presenta al kirchnerismo como si este tuviera una alternativa radical contra su política económica, lo cierto es que Cristina y sus seguidores están planteando posiciones completamente moderadas frente a la crisis actual, que no se diferencian sustancialmente de lo que ha dejado trascender Roberto Lavagna. 

El acuerdo con los gobernadores más conservadores en las elecciones provinciales, bajando al candidato kirchnerista en Córdoba para favorecer al peronista preferido de Macri, el gobernador Juan Schiaretti, va en un mismo sentido. Lo cierto es que no hay soluciones mágicas para revertir la crítica situación actual. Sin terminar con la tutela con el FMI, dejar de pagar la deuda y terminar con la fuga de capitales (que llega en estos tres años a 65 mil millones de dólares, más que los doce años del kirchnerismo), el camino será alguna variante del ajuste. Sin nacionalizar bajo gestión de los trabajadores y usuarios populares las empresas privatizadas de luz y de gas seguiremos sufriendo los tarifazos, que tienen en su base la estafa que significa la dolarización del precio del gas (algo que también ocurre con el petróleo). 

En síntesis: o se levanta un programa para que la crisis la paguen los capitalistas o, por una u otra vía, se continuará el camino del ajuste perpetuo.                      

*Sociólogo y docente universitario. Dirigente nacional del PTS y referente del Frente de Izquierda. Twitter: @chipicastillo