El nivel de reservas netas que puede utilizar el Banco Central en un año electoral se ubica entre 18.000 y 25.000 millones de dólares, una cifra que le resulta insuficiente al mercado. Así resume el ex titular del Banco Central Alejandro Vanoli, en diálogo con Diagonales, el detonante de esta nueva e incipiente corrida cambiaria que deja al desnudo la incertidumbre política y económica que genera el Gobierno.

Vanoli, quien también se desempeñó como presidente de la Comisión Nacional de Valores y hoy está al frente de la consultora Synthesis, analiza la realidad económica en momentos en que el Gobierno llama a una convocatoria luego de quemar todas las recetas ortodoxas y pedir permiso al Fondo Monetario para frenar la corrida cambiaria.

¿Cómo evalúa la actual situación económica y financiera?

-La situación actual refleja una gran fragilidad económica, que tiene que ver con los desequilibrios económicos que generó el modelo macrista. A casi once meses del acuerdo con el FMI, el programa de ajuste y entrega de soberanía está agravando la crisis y lo que se percibe es un empeoramiento de la perspectiva cambiaria como la solvencia, vinculada al alto endeudamiento y el riesgo de repago en los próximos años.

"Las políticas y los parches que fueron implementando no hacen más que aumentar la desconfianza y empeorar las expectativas".  

 En ese sentido, las políticas y los parches que fueron implementando no hacen más que aumentar la desconfianza y empeorar las expectativas.  Esto se refleja en el plano cambiario, donde la incertidumbre tiene que ver no ya con la intervención, sino con la visión más o menos generalizada de que las reservas netas pueden ser insuficientes para atender una demanda de dólares creciente en un año electoral, con desequilibrios económicos y falta de instrumentos y una situación internacional compleja.

¿Qué opina de que ahora se vuelva a intervenir?

-En particular uno podría decir que era lógico y tardaron demasiado para conseguir la autorización del FMI e, indirectamente de los Estados Unidos, para que el Banco Central pueda intervenir dentro de la banda cambiaria. Era una absoluta locura tener un Banco Central atado de manos. Para administrar una crisis siempre hay que contar con todos los instrumentos disponibles. El hecho de que el BCRA pueda adoptar políticas por sí mismo es positivo. El problema es que llega tarde luego de una devaluación récord de 2018 y una grande de 2019 y pérdida de reservas. Y en una situación de un gobierno muy debilitado e inflación espiralizada. Hay que ver en la práctica los instrumentos para hacer quebrar las expectativas.

 "Para administrar una crisis siempre hay que contar con todos los instrumentos disponibles".

¿Alcanzan las herramientas acordadas con el FMI para quebrar esas expectativas?

-Son insuficientes en el marco de que el Gobierno siga con este tipo de medidas. El Gobierno podría acudir para tratar de equilibrar este desbalance, como reactivar la obligación de liquidar en un plazo determinado las exportaciones en el mercado de cambios, tener una política serie en materia de comercios exterior y cerrar todos los canales de fuga de capitales. Estamos en el medio de una gran incertidumbre respecto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, por lo que si se percibe que el precio de la soja va a caer, eso puede jugar a favor en el corto plazo al Gobierno porque se incentiva la liquidación.

¿Cuál es el verdadero poder de fuego de este Banco Central?

-Entre 18.000 y 25.000 millones de dólares de reservas, según el criterio que se utilice, es lo que tiene hoy el Central para intervenir. Y ese nivel es el que las consultoras son percibidas por el conjunto de las consultoras como insuficientes. Por eso fue muy sugestiva la decisión de que el Banco Central deje de informar el volumen de reservas utilizadas en intervención. El verdadero test es ver cómo se utilizan esas reservas y si puede frenar la corrida.

"Entre 18.000 y 25.000 millones de dólares de reservas, según el criterio que se utilice, es lo que tiene hoy el Central para intervenir".

¿Qué se busca con la propuesta de reforma en la Carta Orgánica del Banco Central?

-El propio FMI y el gobierno están viendo que puede ganar la oposición en las próximas elecciones y ahora están cambiando su discurso. En 2015 querían que renunciara todo el Directorio del Banco Central y ahora se incorpora un artículo en el que se impide la remoción de autoridades del organismo. Lo que se busca es dejarle un caballo de Troya al próximo Gobierno. Quieren un Central gobernado por sectores cercanos a los lobby financieros o políticas neoliberales. En 2105 había un BC con ideas más heterodoxas y asumió un gobierno neoliberal y nos pidieron la renuncia. El resto es una vuelta a la Carta Orgánica de la Convertibilidad, para que el BCRA no financie al Estado. Pero si no lo financia el Central lo termina hacienda el mercado con emisión de deuda, es esta visión ideológica y de intereses financieros.

 "Buscan dejarle un caballo de Troya al próximo Gobierno. Quieren un Banco Central gobernado por sectores cercanos a los lobby financieros o políticas neoliberales".

¿Hay riesgo de default?

-No considero que haya un riesgo inminente, porque la concentración de vencimientos de la deuda pública se hace más pesada a partir de 2021. Pero sí veo una dinámica de crecimiento respecto de la participación de la deuda sobre el Producto. El peso de la deuda está creciendo exponencialmente y la capacidad de pago es muy limitada en relación con los vencimientos, porque la actividad está cayendo y eso hace todavía más peligrosa la relación. La base pasa por tener un programa de crecimiento que reduzca el peso de los vencimientos y evitar que se siga con políticas de ajuste que siempre llevan al default.

¿Cuál es el riesgo para las provincias por su alto endeudamiento?

-Si se percibe que el Estado nacional se puede desendeudar relativamente a partir de políticas de crecimiento, se puede refinanciar las deudas provinciales que son de menor tamaño. Es más sencillo renegociar con acreedores internos e internacionales la deuda bonaerense, que es la más cuantiosa, prácticamente el 40 por ciento de la deuda total de las provincias.

¿Cómo reactivar desde lo financiero?

-En primer lugar, un shock de demanda para absorber la capacidad ociosa de los sectores productivos, que hoy es casi la mitad de la industria. Es decir, que haya capacidad de consumo y que eso permita salir del estancamiento en las ventas y la producción. Ver los costos de los sectores productivos, tomar medidas de carácter impositivo, algunas vinculadas con el costo de las tarifas y volver de alguna manera a las líneas de créditos productivos. Si trabajas por el lado de la oferta para expandir la producción mediante recuperar la demanda y asegurar la rentabilidad de los sectores productos. Con la demanda y con la oferta se puede tener una recuperación que no sea inflacionaria.