Crueles, corruptos e ineficientes para gobernar: la peor versión de todo lo que prometían cambiar
El escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad emerge como un caso más de corrupción del gobierno de los Milei. La economía no solo no arranca, sino que cae por segundo mes consecutivo. El presidente y su séquito se le ríen en la cara a una sociedad sometida a precios europeos y salarios de hambre. La verdadera cara del cambio.
Los últimos días resultan extremadamente gráficos para retratar la verdadera cara de un Gobierno que llegó en base a promesas de cambio, ajustes contra “la casta” y beneficios para el pueblo, pero que en realidad solo muestra la peor versión de todo lo que venía a erradicar. Si antes se criticaba la indiferencia y la lejanía entre la vida de los políticos y la de la sociedad de a pie, Milei inauguró una nueva era: la de la crueldad. Ahora ya no se trata de políticos que viven distinto a su pueblo, sino que lo violentan y agreden permanentemente. Los ejemplos sobran: personas con discapacidades, jubilados, empleados públicos, artistas, la comunidad universitaria, etc. El gobierno libertario hace un culto de insultar y agredir, y en la volteada cae cualquiera.
Si antes se señalaba la corrupción como el peor mal del país, asociándola desde los dispositivos comunicacionales del poder siempre con el peronismo, al outsider que vino desde fuera de la política a romper con eso no dejan de estallarle escándalos de corrupción. La reciente filtración de audios del abogado y amigo personal de Milei en el que explica las coimas que desde la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) se percibían con destino de Karina Milei y Lule Menem es sólo un grano más de arena en la playa.
Previo a este nuevo escándalo se conocieron, y se toleraron por parte de la sociedad, la venta de candidaturas en La Libertad Avanza; los pedidos de dinero denunciados por múltiples personalidades de distintas procedencias para entrevistarse con Milei; las coimas y desvíos de fondos en distintas dependencias del PAMI del país; la entrada al país de valijas en un vuelo privado procedente de EEUU a las que se ordenó no revisar; la cripto estafa Libra. La lista parece de una extensión ridícula para un gobierno con apenas 20 meses en el poder, pero tiene un hilo conductor: la recaudadora siempre es la hermana del presidente y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Si antes se criticaba el funcionamiento de la economía en los gobiernos peronistas, a raíz de disparadas inflacionarias o falta de crecimiento, hoy la economía nacional es el preanuncio de una tragedia social en desarrollo: los precios están a niveles europeos y el país es, por lejos, el más caro de la región; los salarios están por el piso y sin perspectivas de recuperarse; las inversiones brillan por su ausencia en la lógica de un contexto donde las ventas se desploman mes a mes y el consumo no para de caer; sólo en el sistema formal de empleo se perdieron casi 200.000 puestos de trabajo desde diciembre del 2023; la actividad económica vuelve a entrar en una fase recesiva, con cuatro de los últimos seis meses marcando una caída con respecto al mes anterior.
Al parecer, que el ajuste sólo lo pagaría la casta no fue la única promesa vacía con la que Milei hizo campaña, llegó al poder e inmediatamente comenzó a incumplir. También lo fue el desterrar para siempre la corrupción como norma de la política en el país. O que su condición de “experto en crecimiento con o sin dinero” redundaría en una economía pujante y expansiva. La realidad es difícil de tapar: el gobierno libertario profundizó todo aquello que criticaba desde afuera y prometía cambiar, mostrando la peor versión de las actitudes de casta que alejaron a la ciudadanía de la dirigencia política.
KORRUPTOS, CON K DE KARINA
A esta altura ya resulta normal encontrarse con un nuevo escándalo de corrupción en el oficialismo. La venta de candidatura en LLA y los múltiples testimonios (desde Juan Carlos Blumberg, el orfebre presidencial Juan Pallarols, hasta el empresario cipto norteamericano Charles Hoskinson) de personas que afirman haber pagado o que les pidieron que pagaran un “peaje” para reunirse con Milei fueron apenas la punta del iceberg. La comercialización de la figura del disruptivo economista devenido en presidente fue siempre una marca libertaria, gestionada por su hermana Karina, la recaudadora de la banda. Los testimonios abundan y apuntan todos en la misma dirección.
Ya en la gestión del poder, los hermanos Milei tuvieron otros resortes a mano para tocar. El escándalos en las coimas del PAMI, que generó eyecciones en el Gobierno, terminó tapado pero fue un preanuncio de lo que vendría. Las 10 valijas que Laura Arrieta, ligada a Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) norteamericana, entró al país sin control de la Aduana en febrero también terminaron bajo la alfombra de la aletargada justicia argentina. La estafa cripto Libra fue un escándalo internacional pero Milei, que dejó todos los dedos marcados en la operación, adujo que no había dinero público involucrada y que por ende no se trataba de un caso de corrupción.
Las coimas que el ex titular de la ANDIS Diego Spagnuolo menciona en los audios que se conocieron recientemente sí involucran fondos del Estado. El propio Spagnuolo explica que se trataba de un negocio de entre 500 mil y 800 mil dólares mensuales en medicamentos adquiridos por la agencia de discapacidad. Mientras el Gobierno nacional destruía la agencia, recortaba al máximo los recursos para las personas con discapacidad denunciando “curros” en sus asignaciones, y el presidente vetaba una ley sancionada por amplia mayoría en el Congreso para declarar la emergencia en el sector, Karina y Lule Menem recibían según Spagnuolo un porcentaje mensual del dinero que el Estado destinaba a las compras de medicamentos a la droguería Suizo Argentina.
Resulta importante dimensionar quién es el denunciante de este mecanismo de corrupción. Spagnuolo fue abogado personal de Milei y, hasta ahora, era amigo del presidente. Entre enero del 2024 y febrero del 2025 hay al menos 41 registros de ingresos del titular desplazado de la ANDIS a la Quinta de Olivos. Después de Iñaki Gutiérrez, Spagnuolo aparece segundo en el ránking de visitas a Milei en el primer año de su presidencia. Ese es el nivel de cercanía del abogado con el presidente y, por ende, también con su hermana Karina.
La crueldad que evidenciaría una confirmación de esta gravísima denuncia, el robar fondos públicos destinados a la compra de medicamentos para personas con discapacidad en paralelo a que se destruye el área en cuestión y se recorta la asistencia del Estado a esa población vulnerable, representaría un nivel de perversión inimaginable incluso en un país marcado a fuego por la corrupción. La cantidad de episodios y mecanismos como este que se puedan ir destapando es aún difícil de calcular, pero basta mirar la conducta histórica de los hermanos Milei para adivinar que no serán pocos.
INEFICIENTES PARA GOBERNAR
“Gobernar es crear trabajo”, dijo alguna vez Juan Domingo Perón. El trabajo genera producción y valor, que a su vez se vuelcan al consumo y la inversión en un ciclo económico virtuoso. Milei se vendió como experto en economía y crecimiento, pero lo concreto de los resultados de su política económica demuestran todo lo contrario. Una economía estancada y entrando en recesión, puestos de trabajo que se pierden, inversiones que no llegan, salarios por el piso y una inflación supuestamente “domada” pero que vista con doble click muestra a un país con precios europeos y sueldos de los más bajos de Latinoamérica.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, dirigido por Alfredo Serrano Mansilla, expuso algunos números que desnudan el modelo Milei y sus resultados. En principio, en términos de su contención de la inflación. Celag hizo una comparación de precios de artículos básicos entre noviembre del 2023, último mes de gobierno del FdT, y julio del 2025. El litro de leche pasó de $457 a $1548 (+247%); el pan de mesa por 390 gramos pasó de $805 a $2977 (+270%); el aceite de girasol por 1.5 litros subió de $1273 a $4450 (+250%); el kilo de pollo entero pasó de $1275 a $3910 (+207%); el kilo de carne picada común pasó de $2346 a $6876 (+193%); la docena de huevos subió de $1397 a 4032 (+189%); el kilo de harina pasó de $323 a $905 (+180%).
La pregunta inevitable entonces es, si artículos de consumo básico crecieron en 20 meses entre un 180% y un 270%, ¿Dónde domó la inflación Milei? Más bien la respuesta asoma en lo que se encuentra cada extranjero que ingresa al país: con la devaluación inicial de su gobierno, las disparadas inflacionarias de los meses posteriores, y los aumentos permanentes que van siempre por encima de los sueldos, Milei llevó los precios de la economía a un nivel donde ya no importa si aumentan 1,5% o 2% mensual, igualmente son impagables para la mayoría de la población.
Esto repercute en un lógico desplome del consumo interno. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) expuso en su último dato de julio una brutal caída de las ventas minoristas del 5,7% con respecto al mes de junio, y un retroceso del 2% interanual contra el pésimo mes de junio del 2024. La caída de las ventas es sostenida desde el mes de febrero.
Como un perro que se muerde la cola, este escenario resulta catastrófico para pensar en un posible crecimiento de la economía. El último dato oficial del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec mostró una caída de la actividad en junio con respecto a mayo del 0,7%. De los primeros seis meses del año, cuatro fueron con caída de la actividad, y ya hay consultoras como Equilibra que marcan que julio arrojará otro retroceso en torno al 0,3%. La economía del “experto en crecimiento” sólo muestra contracción, y en un trimestre donde el país recibió la exorbitante suma de 12 mil millones de dólares a través de una nueva toma de deuda de Caputo con el FMI.
El Gobierno ya no sabe qué hacer para evitar una suba del tipo de cambio que mantiene artificialmente pisado para que la inflación no se dispare antes de las elecciones. En las últimas horas la tasa de interés real rozó el 148%, un nivel absolutamente ridículo que destroza toda posibilidad de crédito productivo, sumado a la suba de los encajes bancarios al 50%. Una comparación con otros países permite dimensionar el nivel de descalabro de estas variables económicas que Milei y Caputo no pueden controlar y que están destruyendo la Argentina productiva. En Brasil, la tasa de interés ronda el 45,4% y los encajes bancarios son del 21%. En Chile, esos valores son de 17,4% y 9%. En España, de 4,2% y 1%. En EEUU, de 9,3% y 0%.
La destrucción de la producción y el consumo va de la mano con la destrucción del empleo y el salario. Un informe elaborado por Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, expuso que desde noviembre del 2023 se perdieron unos 195.900 puestos de trabajo sólo en el sistema formal. A su vez, el salario mínimo cayó un 32% en el mismo período, afectando fundamentalmente a los trabajadores informales.
CRUELES Y SIN RUMBO
Con todo este escenario sobre la mesa, surge una pregunta: ¿Qué país quiere Milei? En términos económicos, el Gobierno no ofrece absolutamente ningún rumbo más allá del endeudamiento externo y los negocios financieros. Como se expuso, la producción y el consumo caen, y así también los hacen las inversiones. Un informe reciente de la CEPAL marcó que en 2024 la Inversión Extranjera Directa (IED) cayó en Argentina con respecto al 2023, a pesar de que en la región aumentó un 7,1% y que el país sancionó el polémico RIGI.
El presidente y sus secuaces insultan y agravian a cualquier sector de la sociedad, sin distinción, pero no ofrecen ninguna respuesta económica por fuera de una inflación que transita la paz de los cementerios en un país encarecido al extremo. Mientras tanto los escándalos de corrupción florecen como en el oficialismo como no lo hacen las inversiones y el crecimiento económico en el país. Y todo esto en un contexto donde todos los agentes de la economía identifican un esquema atado con alambres, que traerá inevitablemente una nueva devaluación cuando pasen las elecciones.
Milei vino a cambiarlo todo pero terminó siendo más de lo mismo y peor. No hay modelo económico y cada vez son más los sectores resentidos por una política económica sin lógicas más allá de la bicicleta financiera. La casta aprovecha el momento y el presidente sobreactúa su personaje mientras a la sociedad le cuesta cada vez más llegar a fin de mes o conseguir un trabajo y un salario digno.