Cuál sería el número de la catástrofe para Milei este domingo
El presidente no piensa en ganar las elecciones y solo aspira a conservar su posición defensiva del tercio propio. Tres escenarios con victoria, empate y derrota para el Gobierno, los condicionamientos a la estrategia de los vetos y DNU y de quién pasaría a depender el oficialismo. El escenario de catástrofe posible: con qué porcentaje no llega al tercio ni siquiera con aliados.
Este martes el presidente Javier Milei volvió a dar una entrevista en su rol de agente único de la campaña electoral del Gobierno. El oficialismo no tiene otra cosa para ofrecer que la figura de un Milei devaluado por sus promesas incumplidas, nervioso y enojado por la realidad económica y política que supo construir y depositando en Trump las esperanzas que él ya no logra encarnar. Con eso y la fábula del colorado y el pelado, La Libertad Avanza cruza los dedos para no caer debajo de un umbral electoral que significaría una catástrofe política y económica de salida totalmente incierta.
Consultado por Guillermo Andino sobre qué sería un buen resultado este domingo, Milei no dejó lugar a interpretaciones: “Uno que me asegure un tercio en la cámara, que es una pared de defensa”, respondió tajante el libertario. El presidente que se soñó emperador y que meses atrás decía que arrasaría en las urnas y pintaría el país de violeta, hoy se dispone a festejar un cero a cero de local y contra un equipo que hasta el 7 de septiembre peleaba por no descender. Está claro: lo que asoma como posibilidad si ni siquiera llega a ese penoso empate es quedarse afuera de todo.
Si el Gobierno no logra un tercio propio en Diputados la estrategia de gobierno con la que gestionó estos casi dos años quedará enterrada por los votos argentinos en su contra. La “pared de defensa” de la que habló Milei refiere a la posibilidad de sostener vetos y DNUs en la Cámara Baja pero también va mucho más allá: sin un tercio quedará a tiro de juicio político. Muy lejos en ese horizonte queda la posibilidad de conseguir articular una que le permita encarar las reformas estructurales que desde los EEUU sus inversionistas le exigen para no sacarle el respirador artificial. ¿Qué resultado, entonces, tendría que obtener el Gobierno este domingo para que se den esos distintos escenarios?
La Sastrería Timerman-Malagoli, elaboró un detallado estudio de proyecciones sobre cómo pueden quedar conformadas ambas cámaras del Congreso a partir de tres escenarios electorales: una victoria del Gobierno, un empate con el peronismo, y una derrota oficialista. En cada caso la composición legislativa posicionará al oficialismo desde una independencia total con la posibilidad de avanzar en reformas de fondo, hasta una dependencia absoluta para con aliados cercanos y no tanto a fines de llegar a esa “pared” defensiva del tercio.
Para su construcción, el politólogo Gonzalo Taboada calculó la conformación del Congreso a partir de tres porcentajes posibles para LLA/PRO, el peronismo, Provincias Unidas y otras opciones, para luego agrupar las bancas resultantes de esos escenarios en tres categorías: oficialismo, opositores y árbitros. Para la construcción de esas categorías el politólogo se basó en la actitud legislativa que los legisladores de cada espacio mostraron respecto al gobierno nacional: nunca en contra, nunca a favor y oscilantes, según las votaciones de mayor relevancia política de 2025 en el Congreso.
EL CAMPEONATO DEL LEÓN
En un mundo ideal para Milei que casi ningún encuestador se animó a vaticinar en las últimas semanas, el Gobierno quedaría muy cerca de lograr articular una mayoría. Para eso, en las proyecciones de La Sastrería, la alianza entre LLA y el PRO debería rozar los 40 puntos este domingo. En el escenario más optimista para el oficialismo proyectado por Gonzalo Taboada, el Gobierno ganaría con un 39%, contra un 33% del conjunto del peronismo. En ese escenario los votos se completarían con un 10% para Provincias Unidas, un 5% para otros provincialismos y un 15% entre opciones menores, votos nulos y en blanco.
Si se diera ese resultado, LLA quedaría a partir del 10 de diciembre con 72 diputados propios, 24 del PRO y 8 de los gobernadores que más apoyaron al Gobierno estos años. Superarían así con creces el tercio de 86 bancas, sumando un total de 104 y alcanzando la primera minoría. A su vez, quedarían a 25 diputados del quorum propio y la mayoría simple, voluntades que deberían ir a pescar entre los 56 diputados árbitros (25 de Provincias Unidas, 3 radicales y 28 sueltos). El bloque opositor, por su parte, quedaría en 97 bancas (89 del peronismo, 5 de Gerardo Zamora, 2 del FIT y la de Natalia De la Sota).
En este escenario, además, el oficialismo pasaría a ser la primera minoría también en el Senado con 25 bancas (17 de LLA, 5 del PRO y 3 de gobernadores aliados). Los senadores árbitros quedarían en 24 (7 radicales, 6 Provincias Unidas y 11 sueltos), mientras que los opositores se reducirían a 23 (21 del peronismo y 2 de Zamora). Milei se vería extremadamente fortalecido con estos números, garantizando ya no sólo una estrategia defensiva sino que proyectando la posibilidad de construir una mayorías con diputados y senadores árbitros que rápidamente se unirían al bando ganador.
EMPATE Y CLASIFICACIÓN POR PENALES
El segundo escenario proyectado por La Sastrería es el de un empate entre el Gobierno y el peronismo. Taboada elaboró la conformación de las Cámaras pensando en un oficialismo en el 34% de los votos, igual porcentaje que el conjunto del peronismo, con Provincias Unidas en un 11%, otros provincialismos en 5% y opciones más chicas, votos nulos y blancos en 16%.
Allí el oficialismo sumaría 98 diputados y Milei sólo dependería para asegurarse el tercio propio del PRO. Las bancas violetas quedarían en 66 y las amarillas en 24, sumando entre ambas 90 y superando el umbral de 86 que marca el tercio de la Cámara Baja. Los gobernadores aliados aportarían las 8 bancas restantes.
En este escenario el bloque opositor conservaría la primera minoría con 103 bancas (95 del peronismo, 5 de Zamora, 2 del FIT y 1 de De la Sota), y los árbitros quedarían en 56 escaños (Provincias Unidas 26, radicales 3 y otros 27). El Senado, por su parte, marcaría un empate en 23 bancas entre oficialismo y oposición, con 26 bancas arbitrales. El dato aquí sería que el oficialismo quedaría a tan sólo 1 banca del tercio en la Cámara Baja, que es de 24 senadores.
Con este resultado Milei querría blindado, aunque bastante lejos de articular mayorías para avanzar con reformas El presidente debería negociar con gobernadores empoderados y el apoyo norteamericano quedaría supeditado a la capacidad política de Milei para mostrar una faceta dialoguista y constructivista que hasta ahora no se le conoce.
LA PROMOCIÓN
Una derrota el domingo dejaría a Milei al borde del descenso. Gonzalo Taboada proyectó esa posibilidad con un peronismo sacando el 36% de los votos, LLA el 32%, Provincias Unidas un 12%, otros provincialismos el 5% y un 15 % restante entre opciones menores, nulos y blancos. En ese escenario el oficialismo llegaría a las 90 bancas, superando el tercio, pero Milei quedaría en manos de sus gobernadores aliados. LLA quedaría con 61 bancas y el PRO con 22, por lo que la suma entre ambos no llegaría al piso de 86, y tendrían que recurrir a los 7 diputados de los mandatarios provinciales más cercanos.
A su vez, el bloque opositor quedaría consolidado con 109 bancas (100 del peronismo, 5 de Zamora, 2 del FIT y 2 del espacio de Natalia De la Sota), y los árbitros subirían su precio llegando a los 58 escaños (Provincias Unidas con 28, radicales con 3 y 27 diputados en bloques menores). El oficialismo quedaría lejos también del tercio en el Senado, con 20 bancas contra las 26 de los opositores y las 26 de los árbitros. En paralelo a esto, la opción de llegar a los dos tercios le quedaría mucho más cercana a la oposición.
EL NÚMERO DE LA CATÁSTROFE
“Aunque pueda ser contraintuitivo, creo que el cisne negro posible en esta elección sería un resultado muy magro para el oficialismo que no le permita al Gobierno conformar el tercio propio ni siquiera con los diputados de las provincias en las que conformó alianzas”, dice el polítólogo Gonzalo Taboada, autor del informe de proyecciones de La Sastrería. La pregunta que emerge ante sus palabras entonces es cuál sería el número de la catástrofe para el oficialismo, qué porcentaje de votos dejaría al Gobierno sin esa “pared de defensa” a partir del 10 de diciembre.
“Una elección de 30% o menos es catástrofe para el Gobierno. En ese escenario no llegarían al tercio con los diputados del PRO ni los de los gobernadores aliados, y pasarían a depender supervivencialmente de los árbitros”, responde Taboada. El politólogo de La Sastrería profundiza su análisis con una clave política: “Que tu porcentaje inmediato anterior, el del balotaje, empiece con cincuenta… y tu siguiente número empiece con veinti…, es una catástrofe. Entonces podemos decir que 30% es el número del abismo. Más allá de la metamorfosis de la base electoral del presidente Milei, sería muy contundente y muy difícil de explicar un porcentaje menor que su piso en las PASO 2023”.
Si es posible o no que el oficialismo caiga tan bajo este domingo, es una pregunta abierta que sólo responderán las urnas. En la previa ningún analista se anima a descartarlo, con una economía atravesando la segunda recesión en dos años, buena parte de la sociedad con problemas para llegar a fin de mes y miedo a perder el empleo, y un presidente que se peleó con todo el mundo desde su fantasía imperial para terminar arrodillado y rogando un nuevo salvataje a Donald Trump. A menos de dos años del Gobierno que venía a refundar el país luego de haber hecho estallar el sistema político, no es poco que suene tan posible que Milei pueda estar al borde del abismo.