La declaración de Alberto Fernández sobre los orígenes de argentinos, brasileños y mexicanos hizo ruido. Tanto que minimizó la agenda de gestión bilateral con el presidente de gobierno de España, Pedro Sánchez.

Mientras en redes sociales se divulgaban memes y críticas sobre esos dichos, Argentina y España avanzaron en diversos temas de interés bilateral, y el gobierno español ratificó su apoyo respecto a la negociación argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hechos que tienen relevancia estratégica, pero que quedaron disminuidos frente al error discursivo del presidente argentino.

Lo que un mandatario diga en referencia a otro Estado siempre tendrá consecuencias. Está bien que suceda de ese modo, e incluso se corresponde con el principio de derecho internacional que habla sobre la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados. De todos modos, estos dichos de Fernández están más cerca de un error discursivo, que de una injerencia en sí. 

Probablemente, el tiempo pase y esta frase quede en el recuerdo como un error de los que no se debe cometer. Pero no es la primera vez que Alberto Fernández dice cosas que quedan resonando por su polémica. Y allí está el foco de la cuestión.

Por ejemplo, sucedió el año pasado con Chile cuando Fernández en cadena nacional dio datos sobre la pandemia en ese país que luego fueron refutados por el gobierno chileno. Está claro que en este caso el error es más asociable al equipo que le brindó los datos que a la labor discursiva del Presidente. Pero cuando se comete el error, la carga la lleva quien dijo ese discurso, más allá de quien lo haya preparado.

En un escenario donde el Gobierno Nacional apunta a tener una activa agenda de vínculos en el ámbito internacional, es clave tener en consideración estas cuestiones y hacerlas parte de la estrategia política frente a hechos como el de esta semana.

Por ejemplo, en esta visita de la delegación española se realizó el encuentro empresarial entre ambos países, se revalorizó la posición conjunta respecto a la liberación de patentes sobre las vacunas contra el Covid-19, y se reafirmó el apoyo de dicho gobierno a la negociación de deuda externa soberana de Argentina. Pero las tendencias en redes sociales y los titulares en medios de comunicación poco hablaron de lo logrado en este encuentro bilateral, y mucho lo hicieron sobre el fallido de Fernández. 

Respecto a la declaración de estos días, las críticas desde México y Brasil no demoraron en llegar. Un ejemplo fue el tweet del diputado Eduardo Bolsonaro (sí, el hijo del presidente, Jair Bolsonaro).

Cuando el discurso opaca la gestión

A las pocas horas, Alberto Fernández pidió disculpas a través de su cuenta de Twitter. Pero ya era tarde. El rechazo a sus dichos invadió la agenda de los medios masivos de comunicación, así como también las principales tendencias de redes sociales en Argentina. Ya era tarde. El discurso opacó la gestión.

*Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Actualmente se desempeña como analista internacional sobre América Latina para el sector privado y como asesor para el sector público en Argentina. Twitter: @FrancoLagorio