La crisis política que atraviesa al oficialismo, con el diálogo entre Alberto Fernández y CFK sin perspectivas de reestablecerse, pega directamente en todos los sectores integrantes del Frente de Todos. Sumada al difícil momento económico que atraviesa el país, se configura una compleja situación para los oficialismos que deberán revalidar su legitimidad en las urnas el año que viene. En este contexto, ya comenzaron los movimientos de un grupo de actores que suelen ser uno de los termómetros que marca la temperatura del escenario político preelectoral: los gobernadores.

El jueves pasado, el Gobernador interino de Tucumán, Osvaldo Jaldo, que accedió a ese lugar luego de la partida de Juan Manzur a la Jefatura de Gabinete en septiembre del año pasado luego de la derrota oficialista en las PASO, anunció que su provincia desdoblará la elección legislativa y para gobernador de la nacional. La fecha de los comicios provinciales será el 4 de junio, y desde el oficialismo tucumano intentaron bajarle el precio a la jugada argumentando que se repetía el esquema de  2019. “En 2019 hemos votado en junio y creo que la fecha, hasta aquí, será junio. En nuestro espacio político vamos a respetar eso (porque) no tenemos otra alternativa, otra opción, y tampoco está en la agenda del Gobierno ni del Partido Justicialista modificar esa fecha” dijo el vicegobernador hoy en ejercicio de la gobernación provisoria.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

Sin embargo, no puede dejar de notarse un aflorar de ese olfato oportunista que caracteriza a quienes manejan territorio y suelen ver venir las olas bastante antes de que rompan. Lo que llamó la atención es que fuera justamente la provincia de Juan Manzur, aquel Gobernador que se sumó a renovar el Gabinete para darle “volumen político” a un Gobierno que había quedado mareado luego de la trompada de las PASO, la que iniciara esta maniobra a la que se espera que se sumen otros distritos del país.

Bajo el paraguas pinchado del Frente de Todos, las provincias que analizan en concreto un desdoblamiento como el que oficializó Tucumán por ahora son Chaco, San Juan, Entre Ríos y Catamarca. Con gobiernos que no adhieren al oficialismo nacional, se suman a esa lista Córdoba, Neuquén, Río Negro, Misiones y Salta.

En Chaco y en San Juan hay que seguir las aspiraciones nacionales de sus Gobernadores, Jorge “Coqui” Capitanich y Sergio Uñac. Capitanich ya expresó públicamente su intención de ser candidato a  presidente, sobre la cual informó sin recibir objeciones tanto a CFK como a Alberto Fernández, y su jugada sería que un triunfo electoral oficialista en su provincia le suba la cotización al interior del FDT.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

Uñac, por su parte, arrastra su proyección nacional desde 2019 cuando amagó con acompañar a Roberto Lavagna, lugar que quedó para otro Gobernador centrista de aquel entonces como Juan Manuel Urtubey. El Gobernador de San Juan eliminó recientemente las primarias en su provincia, por lo que una elección temprana entre marzo y abril le daría unos meses para capitalizar un eventual triunfo antes de los cierres de listas nacionales. Sus declaraciones de la semana pasada en las que afirmó que “en nuestro territorio hay argentinos de primera y argentinos de segunda categoría”, en relación a los subsidios diferenciales que recibe el AMBA con respecto al interior, van en la línea de mostrarlo como un referente nacional.

Dos de las provincias mencionadas estarían en vías de oficializar el desdoblamiento para elegir autoridades en menos de un año. Se trata de Salta, donde Gustavo Saénz ya declaró que en 2019 “funcionó” el esquema de votar en marzo y que probablemente se repetiría ese escenario en 2023. Y Río Negro, provincia que Alberto Weretilneck intentará volver a gobernar y que desarrollaría sus comicios en abril.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

El caso de la provincia de Buenos Aires siempre tiene un peso específico propio, por lo que significa políticamente y por concentrar la principal porción del electorado nacional. El Gobernador Kicillof no piensa en desdoblar los comicios por una razón fundamentalmente táctica. Una eventual candidatura de CFK para cualquier cargo nacional, desde la presidencia hasta para Senadora, opción que viene sonando cada vez más, tendría a la dueña de los votos en una boleta distinta a aquella con la cual Kicillof buscaría su reelección. Aún todo sigue en el terreno de la especulación y sin definiciones concretas. Mientras tanto, la oposición presentó a través del Senador provincial Joaquín De la Torre un proyecto para institucionalizar un desdoblamiento, pero recién a partir de 2025.

ANTECEDENTES

Estos movimientos no son para nada una novedad en la política argentina. En 2019 solamente cinco provincias plegaron sus esquemas electorales a los de la nación. Fueron la CABA, Buenos Aires, Catamarca y Santa Cruz. La particularidad del distrito patagónico fue que sus comicios fueron el 11 de agosto, en paralelo alas PASO, mientras que las otras cuatro se desarrollaron el 27 de octubre junto con las generales. Ese año resonó el caso de Buenos Aires, donde desde el riñón propio le sugerían a María Eugenia Vidal que se despegara de las presidenciales para no atar su destino al del entonces Presidente Mauricio Macri. El llamado “plan V” no prosperó debido a la reticencia del entorno presidencial y Vidal sufrió una catastrófica derrota en octubre, incluso peor que la que sufrió JxC a nivel nacional.

En 2015 también hubo once provincias que se desacoplaron del esquema nacional. Algunas de ellas, como Córdoba o Santa Fe, vienen de una tradición de votar por separado a las nacionales independientemente del signo político en el gobierno. Otras, como la CABA, buscaron asegurar sus victorias despegándose de lo que entonces parecía un triunfo del kirchnerismo con la candidatura de Daniel Scioli. Tucumán, Salta, Mendoza, Chaco, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego fueron las provincias que tuvieron fecha electoral propia aquel año.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

Este antecedente marca que, más allá de las especulaciones propias de cada año, la jugada de plegarse a las nacionales o despegarse de ellas depende de cada coyuntura particular en cada provincia y es difícil trazar un patrón común que facilite los análisis. Tanto provincias oficialistas como opositoras se despegaron y se plegaron a los comicios generales, durante mandatos de CFK o de Macri.

Sin embargo, no deja de ser un elemento a observar cómo esos movimientos van instalando un clima, y eso es lo que desde la Casa Rosada le reprocharon a la provincia de Manzur, entendiendo que el apuro por anunciar el desdoblamiento tanto tiempo antes conlleva el riesgo de que cuando suceda lo mismo en otros distritos se lea como un efecto cascada y de despegue de parte de los gobernadores para con la suerte del oficialismo a nivel nacional.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

RECLAMOS DESDE LAS PROVINCIAS

La discusión por los desdoblamientos no es lo único tirante entre el Gobierno nacional y los gobernadores. El 30 de marzo, 19 mandatarios provinciales se reunieron en el Consejo Federal de Inversiones para discutir la situación nacional. El encuentro fue motorizado por un ala más kirchnrista de Gobernadores, encabezada por Kicillof, Insfrán y Capitanich, pero incluyó a mandatarios que no responden al oficialismo.

Allí se discutió fundamentalmente el impacto que el acuerdo con el FMI tendría en las cuentas nacionales y los posibles recortes a las provincias, y la falta de un Decreto que establezca un Presupuesto para este 2022, que el Ministro Guzmán había anunciado para abril pero aún brilla por su ausencia. Los Gobernadores acordaron llevar cuatro puntos a conversar con Alberto Fernández: la necesidad de rearmar el Gabinete de Ministros, la definición de un plan antiinflacionario concreto, la urgencia del mencionado DNU donde se establezca el Presupuesto y queden sobre papel las obras públicas para las provincias, y el armado de una mesa política del Frente de Todos.

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Hubo otras reuniones luego de ese encuentro. Una segunda en el CFI congregó al riojano Ricardo Quintela, Capitanich, Kicillof, al fueguino Gustavo Melella y a Raúl Jalil de Catamarca, minutos antes que el Gobierno nacional anunciara los bonos el 18 de abril pasado. Los mandatarios del Norte, desde oficialistas como Capitanich y Gerardo Zamora hasta opositores como Gerardo Morales, hicieron lo propio un rato antes ese mismo día en un encuentro con Sergio Massa y los titulares de los bloques oficialistas de ambas cámaras, Gerardo Martínez y José Mayans. Para el oficialismo el Norte Grande es una zona estratégica donde, por ejemplo, mitigó la derrota nacional en 2021 y el descontento de los mandatarios provinciales de esa región enciende un alerta.

Esta hiperactividad de los gobernadores marca una preocupación por la situación en sus territorios y por el riesgo de quedar atados a un Gobierno nacional que no termina de arrancar a solucionar los problemas estructurales que aquejan a la población. De aquellos puntos consensuados en el CFI, podría decirse que ninguno avanzó. Ni se modificó el gabinete, la inflación está lejos de ser controlada, no hay noticias del Presupuesto 2022 por decreto y la conducción política del FDT es una gran ausencia que cada quién llena como le conviene.

Desdoblamiento electoral en las provincias: el reflejo de los gobernadores ante la crisis del FDT

En este contexto es que tiene lógica leer los desdoblamientos electorales como una forma de despegarse políticamente en las provincias del destino del Gobierno nacional. Aunque sean una constante en los años de las presidenciales, el 2023 aparece en el horizonte como un año electoral atípico por la enorme fragmentación del escenario político, fundamentalmente en el oficialismo, y por ahora pareciera regir la ley del sálvese quien pueda.

Todavía falta mucho, pero los tiempos se acortan y para el sector albertista el apoyo de los Gobernadores es un oxígeno sin el cual difícilmente pueda pensarse futuro alguno. Perder ese apoyo sería como ser desconectado de un respirador artificial. Con los movimientos sociales, otra pata de apoyo para el Ejecutivo nacional, marcando también con fuerza su agenda y sus reclamos, y con el kirchnerismo despegándose cada vez más a partir de su repliegue sobre la provincia de Buenos Aires, la Casa Rosada debe estar preocupada. Habrá que seguir estos movimientos, que preanuncian un 2023 plagado de elecciones y de máxima tensión política.