La oposición viene bombardeando sistemáticamente el debate público con posiciones tremendistas que parecen ir ganando terreno en los sectores populares. Así al menos lo expresa una encuesta realizada en conjunto por las consultoras D´Alessio IROL y Berensztein, realizada sobre ciudadanos de nivel socioeconómico bajo (D) y medio bajo (C3) del AMBA y el interior del país. Los resultados reflejan un peligroso pesimismo social, desconfianza sobre la posibilidad de que la situación económica mejore el año que viene y una falta de horizonte en el largo plazo. Como correlato, los referentes del oficialismo reciben las peores valoraciones negativas y la mayoría de los encuestados expresa, como deseo tanto como lo que cree que sucederá, que en las elecciones del año que viene se impondrá Juntos por el Cambio.

Para matizar una posible generalización sobre los resultados del estudio, vale decir que esas encuestadoras suelen ofrecer siempre números muy negativos para el peronismo y positivos para la oposición en comparación con otras, así como el hecho de que hayan participado de la medición sólo 554 personas. Sin embargo, el clima que reflejan las respuestas no deja de ser una enorme alarma para un oficialismo al que se le va a acabando el tiempo para intentar mejorar la situación de su propia base social e instalar un clima más positivo en la sociedad que le permita llegar competitivo al 2023.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

El primer dato contundente que arroja la encuesta es que el 49% de los consultados respondió no llegar a fin de mes, mientras que otro 37% expresó “llegar con lo justo”. Sólo el 11% eligió la opción “llego bien y puedo ahorrar”. Esto se complejiza aún más si se considera que el 39% afirmó tener un trabajo registrado y con aportes, mientras que sólo un 7% dijo estar en un trabajo no registrado y un 11% manifestó estar desempleado y vivir de changas. Según las conclusiones del estudio, esto “pone de manifiesto el bajo poder adquisitivo de los salarios y confirma lo que vienen mostrando otros estudios: ser asalariado ya no implica un mínimo de bienestar, mucho menos pertenecer a la clase media”. Exactamente la crítica que le hace el kirchnerismo a la gestión económica del equipo de Alberto Fernández.

La evaluación del momento actual es crítica. Un 74% manifestó que la situación del país está peor que el año pasado (35% mucho peor, 39% peor) y sólo el 23 dijo estar mejor. A ello se le suman las bajas expectativas en futuro, tanto a corto como a largo plazo. El 48% respondió que dentro de un año la situación estará mucho peor y un 18% que será peor, sumando entre ambas 66%, mientras que las valoraciones positivas sobre la economía para el 2023 apenas llegaron al 27%.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

A futuro la perspectiva tampoco mejora. Ante la consulta de cómo será el futuro económico de sus hijos con respecto al suyo, el 48% de los encuestados respondió que será peor, el 14% que será igual y sólo el 20% que será mejor. Desagregado por el voto de 2021, la foto refleja que los sectores más optimistas son los que apoyaron al FDT y a la izquierda, donde el 39% y el 21% respectivamente creen que sus hijos estarán mejor en el futuro. A la inversa, los votantes de JxC y los libertarios opinaron en un 63% y 69% respectivamente que la economía no acompañará en el futuro de sus hijos.

Consultados por cuáles son los principales problemas en sus barrios, el 65% de los participantes se inclinó por la inseguridad, el 32% por “no somos importantes para los políticos”, el 28% por la falta de trabajo y el 27% por el narcotráfico. A su vez, En una pregunta por cuáles son las barreras para sentirse mejor, el 50% respondió “los sindicalistas”, el 49% “los que manejan a los piqueteros”, el 49% “La Cámpora” y el 48% “los políticos del Frente de Todos”.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

Esas respuestas dan un indicio de cuánto puede estar penetrando en los sectores populares el discurso de la oposición y la derecha. La pregunta, de respuesta múltiple, permitía elegir varias respuestas. Luego de las cuatro primeras mencionadas, los encuestados eligieron cuatro referentes del FDT como barreras: Máximo Kirchner (44%), Alberto Fernández (42%), Axel Kicillof (38%) y Sergio Massa (34%). La opción siguiente más votada fue “los políticos”, seleccionada por un 33% de los consultados, y recién después de esa aparece Mauricio Macri con el 24% de las menciones. “Los políticos de Juntos por el cambio” fue una opción elegida por el 22%, mismo porcentaje que identificó a “los empresarios” como un problema, y más abajo quedaron Patricia Bullrich con 20% y Horacio Rodríguez Larreta con 18%.

El rechazo a los políticos, sin embargo, es general y trasciende lo partidario. Ante el enunciado “Hay políticos que quieren y pueden mejorar mi situación”, 9% respondió que todos, 18% que algunos, 29% que pocos y 39% que ninguno. Frente a la proposición “hay políticos que cumplen lo que prometen” un 11% opinó que algunos, 32% que pocos y 52% que ninguno. Ante el postulado “hay políticos que escuchan”, 17% de los consultados respondió algunos, 44% pocos y 33% ninguno. Esta última frase fue la única de las cuatro propuestas por la encuesta en la que la opción de respuesta “ninguno” no resultó la más seleccionada. Nuevamente las valoraciones positivas fueron mucho mayores en quienes votaron al FDT en 2021 en comparación a quienes se inclinaron por JxC y los libertarios.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

Esa desesperanza y desconfianza en la política resulta un caldo de cultivo para que discursos extremistas y con poco fundamente puedan prender en la sociedad. Por ejemplo, un 32% de los consultados se expresó de acuerdo con la idea de dolarizar la economía o implementar un plan de convertibilidad, aunque el desacuerdo llegó al 49%.

En otro de los bloques de la encuesta queda reflejado cómo está penetrando la agenda opositora en los sectores populares. El 89% de los encuestados de manifestó de acuerdo con la idea de que el próximo presidente, ni bien asuma, debería “decir la verdad, aunque sea dura y tengamos que hacer sacrificios”, una línea que sectores de JxC vienen trabajando con fuerza en los medios. También el 77% dijo estar de acuerdo con que “si el próximo presidente no realiza rápido algunos cambios profundos, la situación general de la Argentina empeorará significativamente”. Exactamente el clima que JxC busca instalar para poder avanzar rápido y a fondo con sus reformas en caso de imponerse en 2023.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

Respecto a los planes sociales las respuestas reflejaron un escenario similar. Sólo el 5% opinó que deberían ampliarse o crearse nuevos, el 3% que deberían mantenerse, mientras que el 28% afirmó que deben mantenerse solo por un tiempo hasta que las cosas mejoren, el 23% eligió mantener algunos pero reducirlos en general y el 27% directamente planteó eliminarlos todos.

Con respecto a la orientación del próximo presidente, el 28% opinó que debería ser de derecha moderada, el 19% de centro, el 13% de izquierda moderada, el 7% de extrema derecha y el 2% de extrema izquierda, mientras que el 32% prefirió no responder. Entre los problemas que ese nuevo presidente debe solucionar la inflación picó en punta con el 52% de las respuestas, luego vinieron la inseguridad con 38%, la corrupción con 30%, la pobreza con 26% y el desempleo con 25%. La deuda externa fue la opción menos seleccionada con solamente un 5%.

Desesperanza en los sectores populares, voto amarillo y rechazo al kirchnerismo

En relación a las elecciones presidenciales, consultados por qué espacio desearían que las ganen, el 39% eligió a Juntos por el Cambio, el 23% al Frente de Todos y el 15% a los libertarios. Pero consultados por qué espacio creen que ganarán las elecciones, las respuestas alejan todavía más a la oposición del oficialismo: JxC obtuvo el 41%, el FDT el 20% y los libertarios el 12%. Esos porcentajes se complementan con otra de las preguntas, que le planteó a los encuestados “nunca votaría a un candidato si...”, con respuestas nuevamente preocupantes para el oficialismo: el 54% eligió la opción “si es kirchnerista”, el 28% “si es peronista” y el 27% “si es macrista”.

Los políticos con mejor imagen resultaron todos del JxC. Encabezó Patricia Bullrich con 49% de positiva vs. 40% de negativa. La siguieron Larreta (+44% -43%), Vidal (+41% - 47%), Santilli (+40% - 38%) y Facundo Manes (+40% -34%). En el universo del Frente de Todos, el mejor valorado fue Axel Kicillof (+24% - 68%), seguido por CFK (+24%  -69%), Leandro Santoro (+24% -52%) y Alberto Fernández tuvo la peor imagen negativa con el 72%.

El escenario está muy complejo para el Frente de Todos, a poco más de un año de las elecciones. Si bien las encuestas siempre pueden portar algún sesgo y es muy difícil generalizar sus resultados, es al mismo tiempo difícil negar que la agenda y el discurso de la oposición penetra cada vez en más sectores de la sociedad y que la base social del Gobierno exhibe un fuerte y lógico descontento ante las dificultades económicas que se atraviesan. La posibilidad de revertir ese clima tendrá que ser tanto económica como política, y al oficialismo le va quedando cada vez menos tiempo para mostrarse unificado y resolviendo problemas en lugar de discutiendo internas. La mecha está cada vez más corta.