Que los Caputo sean una familia de poder no es ninguna novedad. Pero que varios miembros de la dinastía tengan lugares de relevancia, tanto por integrar la primerísima plana en el esquema de gobierno del presidente Javier Milei, como por incidir con su lobby en la dirección de la toma de decisiones gubernamentales, supera cualquier otro periodo político que los tuviera como protagonistas. Incluso cuando Mauricio Macri fue presidente.

“TOTO” AL FRENTE DEL PELOTÓN

Luis Caputo hoy está en boca de todos, luego de que esta semana fuera el que anunciara, en su cargo de Ministro de Economía, el paquete de medidas de ajuste, recesión y de mayor inflación que impulsará Milei en su primera etapa en la presidencia.

El economista recibido de la UBA busca dejar atrás lo que fue su pasaje por el gobierno macrista. Lo acusaban en el entorno del expresidente que tanto él como Patricia Bullrich se habían “cortado solos”.

Además pesa sobre “Toto” que dentro del mundo de los especialistas económicos, se lo cataloga como un “financista”, lejos de lo que tiene que ver con la economía real.

El “arquitecto”, el “experto” y el beneficiado: la dinastía Caputo volvió recargada al poder

No es un detalle que cada política que tome sea seguida de cerca por el jefe de Gabinete Nicolás Posse y que las carteras sensibles de su área hayan pasado a la órbita de Guillermo Ferraro en el súper ministerio de Infraestructura, para que Caputo atienda temas como las finanzas, la deuda y la política sobre los pasivos remunerados del BCRA.  

El presidente Milei, apenas se conoció su victoria en el balotaje, lo destacó como profesional “valioso” para sumarlo a sus filas, y le dio la responsabilidad de desarmar “la bola de la Leliqs”.

El nuevo mandatario apunta este problema como el principal foco que generaría una hiperinflación y borra con el codo frases que dejaban mal parado a Caputo, cuando Milei era estrella en los sets televisivos: “Se fumó 15 mil millones de dólares de las reservas irresponsablemente y nos dejó este desastre de las Lelicqs”, planteaba el por entonces economista mediático.

Caputo tuvo problemas para grabar el mensaje del decálogo de “motosierra”, con el que Milei quiso marcar la cancha en esta primera semana de gestión. Luego de varios intentos, y de cuatro horas de retraso, entre el primer video y la difusión definitiva, cuando fue el momento el titular de Economía oprimió el gatillo sin vacilar.

Autojustificándose en su cruzada “anti” déficit fiscal, no se sonrojó para informar el cóctel letal: una devaluación de más del 120 por ciento, que implica una escalada de precios estimada del 30 para diciembre; la reducción de los subsidios a las tarifas y al transporte público en el área metropolitana bonaerense; la cuasi eliminación total de la obra pública; y, el fin de las transferencias complementarias de la Nación a las provincias.

Luis, apodado “El Messi de las Finanzas” durante el gobierno de Macri, por su historial como “experto” en la administración de inversiones en las Islas Caimán y Delaware, dos de los principales paraísos fiscales del mundo, consiguió en esta nueva etapa de su carrera en la función pública que su socio en la consultora Anker Santiago Bausilli fuera designado como titular del Banco Central. Quien quedó como nuevo director y presidente de la empresa es otro Caputo, Flavio, uno de los cinco hermanos del ministro.

Al lado de Luis en la cartera económica trabajarán otros tres nombres de su equipo en el sector privado: Martín Vauthier, Federico Furiase y Felipe Berón. Todos coinciden que este primer y furibundo esbozo del programa de Milei es de transición.

El equipo económico de Caputo, y por consiguiente Milei, corren el peligro de que este intento de barrer con el gasto público, subiendo también los impuestos, grito en el cielo de la Mesa de Enlace de por medio, tenga “mecha corta”. Prenden una vela a los dólares de la cosecha, pero que recién se verían para el mes de abril.

La licuación del salario y de todo aquello que sea en pesos, y la inminente disparada de la pobreza, recesión y desempleo serán el escenario del cortísimo plazo. En el oficialismo esperan que esto no signifique una pérdida del apoyo social del que gozan en estos primeros días de gestión. Nadie puede descartar que, sin un ancla a los precios y una mayor certeza del programa fiscal, en poco tiempo Caputo no deba anunciar otro salto devaluatorio.

En el anuncio del martes por la tarde, Caputo planteó que el origen de los problemas económicos en la Argentina es “por” el déficit fiscal. Dejó a un lado el problema que generó la toma de deuda durante el gobierno de Macri, y del que él fue figura estelar, tanto como secretario y ministro de Finanzas, y luego titular del Banco Central.

En ese haber se le puede anotar su negociación con los fondos buitres por la que Argentina pagó 16 mil millones de dólares a los principales acreedores externos, cuando había accedido a otorgar 9.352 millones de dólares. Y también el recordado bono en dólares a 100 años, por el que el país se comprometió a pagar una tasa de interés de más del 7 por ciento.

De la deuda contraída con el FMI, Caputo no se hace cargo. Ya había querido despegarse hace unos meses, cuando afirmó en su cuenta de X exTwitter, en respuesta al ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI Alejandro Werner, con quien está enfrentado desde el nuevo desembarco del Fondo en nuestro país: “Werner, como cuenta el presidente Macri en su libro y vos sabés bien, siempre estuve en contra de ese acuerdo del que no participé en su negociación, y la reacción del mercado fue la que les anticipé: la opuesta a la que vos y tus colegas del FMI esperaban.

X de totocaputo

Lo cierto es que en Wall Street los grandes fondos de inversión como Templeton miran de reojo la vuelta de Caputo al primer plano del equipo económico argentino. No es para menos: bajo su anterior paso perdieron millones de dólares por los bonos emitidos en 2018.

Los dolores de cabeza judiciales, sumados al estrés que le genera la mega exposición pública, fueron cosas que “Toto” debió poner en la balanza antes de volver a sumir en el Estado. De su primer paso en funciones, se llevó 14 causas judiciales en su haber, abordadas en los estudios Cuneo Libarona por Matías, familiar de Mariano, flamante titular de Justicia.

Pero algo que pesó más es la vinculación de la familia Caputo con el grupo violento Revolución Federal en la causa por intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner en septiembre del año pasado.

Su empresa Caputo Hermanos no pudo explicar el pago millonario en efectivo al líder de la banda Jonathan Morel, y quien quedó más comprometida es la hermana de “Toto”, Rossana, señalada como el nexo entre la empresa y Revolución Federal.    

LA JUVENTUD CAPUTO SALE A LA CANCHA

Quien asegura puertas adentro del Gobierno que tuvo un rol fundamental para que  “Toto” Caputo adquiriera en pocas semanas un papel central en la estructura del Gabinete de Milei es el sobrino de Luis, Santiago Caputo.

Santiago ganó en el último tiempo un considerable espacio en el entorno de confianza más íntimo del Presidente. El actual asesor de Milei se hizo de los principales cargos en el área de medios y comunicación pública, lo que ya comenzó a generar rispideces internas, a punto tal que en las últimas horas Eduardo Roust, un histórico operador mediático del PJ, decidió abandonar la aventura “libertaria”.

El “arquitecto”, el “experto” y el beneficiado: la dinastía Caputo volvió recargada al poder

La figura de Santiago Caputo es bastante más reservada que la del resto del clan familiar y adopta un bajísimo perfil, sobre todo cuando se lo intenta vincular con el linaje familiar. Su vínculo con Milei y con sus ideas anarcocapitalistas surgió de la relación de amistad entre Santiago y Ramiro Marra, con quien fue compañero de colegio en la Ciudad de Buenos Aires.

 “Es un joven inteligente, estudioso, una persona sin resentimientos, positivo”, destacó a Diagonales Jaime Durán Barba, con quien trabajó en su consultora. Se cree que luego de la caída del gobierno de Macri durante la segunda parte de su gobierno, un Santiago desencantado se alejó del equipo del histórico jefe de campaña ecuatoriano, pero la relación sigue siendo de afecto entre ambos. Como consultor político, el joven de los Caputo participó en campañas presidenciales en El Salvador y en Paraguay.

El “arquitecto”, el “experto” y el beneficiado: la dinastía Caputo volvió recargada al poder

Santiago, de 38 años, pudo colocar al frente de la Secretaría de Medios a su alfil Belén Stettler, que trabajaba en su consultora; y, a Roberto Di Lorenzo como jefe de Gabinete del área. Además muerde en otros frentes: logró colocar como dos del sector de Relaciones Institucionales, Comunicación y Marketing de YPF a Guillermo Garat, otro especialista en comunicación política formado en la escuela duranbarbista.

El alejamiento mencionado de Roust hizo que Caputo adquiera mayor predominancia en al área comunicacional, y se le endilga al miembro del clan la idea “marketinera” de suspender por un año la pauta oficial, cosa que repercute mínimamente en el presupuesto nacional. Ahora con el exoperador afuera, la interna dentro del frente se libra entre Caputo y la pareja de jóvenes expertos en redes sociales Iñaki Gutiérrez y su novia Eugenia Rolón.

EL GRAN GANADOR (DE SIEMPRE)

Alguien que se hizo conocido mucho antes que Luis y Santiago y no por eso está menos vigente en los principales lugares de poder del Círculo Rojo es Nicolás Caputo.

El empresario e intimísimo confidente de Mauricio Macri, su “amigo del alma”, a quien conoce desde la infancia y con quien realiza viajes frecuentes, lidera la empresa Mirgor desde hace cuarenta años, con principal palanca en el rubro de la manufactura y la industria. Bajo la presidencia del fundador del PRO, ocupó la vicepresidencia del Mercado de Valores (MERVAL).

La carta de presentación de Mirgor es la generación de valor en desarrollos tecnológicos, sumado a la experiencia en operaciones logísticas, y en el comercio exterior. Su incursión en los distintos segmentos de la industria abarca desde la producción y comercialización automotora, pasando por los equipamientos para el hogar, la industria minera, la energía, la construcción, y la más reciente, en la producción agropecuaria.

El “arquitecto”, el “experto” y el beneficiado: la dinastía Caputo volvió recargada al poder

Pero una de las gallinas de oro, que en los hechos significa onerosos contratos con el Estado está en el rubro de la electrónica de consumo de alta tecnología. El Grupo tiene plantas de producción en Río Grande, Tierra del Fuego, con 2.200 personas empleadas, y producen millones de celulares por año.

Cuando asumió Macri en 2015, figuras del por entonces espacio de CAMBIEMOS denunciaron que la expresidenta Cristina Kirchner, y las autoridades del Ministerio de Economía y del BCRA vendieron dólar futuro por un precio inferior a los del mercado. Pero uno de sus principales compradores había sido el propio Caputo, por una suma de 3.560 millones de dólares.

Durante la pandemia en 2020, Mirgor no renovó contratos de operarios y supervisores, en medio de la cuarentena desvinculando a más de 700 personas, a pesar de contar con números millonarios en su balance.  

El paquete de medidas de Luis, el primo de “Nicky”, mantuvo, por ahora, sus intereses a salvo, mientras el resto de la sociedad se achica. A pesar de que se sostiene un escenario de incertidumbre por nuevas determinaciones de parte del gobierno de LLA, y que se hayan tomado acciones preventivas en la industria de fabricación electrónica y de autopartes fueguina, como suspensiones laborales y liquidaciones de contratos, Caputo no fue tocado en las medidas de ajuste y “motosierra” del gasto.

El régimen de promoción industrial hasta 2038 le genera a Mirgor un potente ingreso que no parece estar dispuesto a renunciar fácilmente. La letra chica del paquete de leyes que el oficialismo enviará al Congreso en los próximos días permitirá saber si se seguirá eximiendo a las empresas radicadas en el punto más austral del mundo del pago de aranceles y del IVA de los productos finales que comercializan.

Mientras tanto, el Caputo de siempre seguirá con su lobby permanente.