El Círculo Rojo optó no mostrar su algarabía por la condena de Cristina y teme la conflictividad social
Los principales empresarios definieron el silencio táctico y no salir abiertamente a festejar el fallo de la Corte Suprema. Entienden que hay que esperar a que pasen los días para sacar conclusiones sobre la repercusión en las calles, y ven que la agenda política vuelve a posarse sobre el peronismo. Se diferencian de la Cámara de Comercio, que difundió un comunicado en el que llamó a “respetar las decisiones judiciales”, y de Marcos Galperín, que retuiteó mensajes explosivos.
Si en la Argentina es tan usual jugar un partido de fútbol con amigos o mirar una serie en la televisión, una práctica que parece haberse multiplicado en los sectores más fastuosos del antiperonismo nacional en las últimas 48 horas es la compra de champagne para celebrar la ratificación de la sentencia contra Cristina Fernández de Kirchner por parte de la Corte Suprema. Sin embargo, también hay prudencia en el pope empresarial, y ese espumante se toma por lo bajo, sin festejar a viva voz.
A pesar de estar de acuerdo con el fallo de Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rozenkrantz, la reducidísima algarabía pública quedó ratificada cuando el titular de la Cámara Argentina de la Construcción Gustavo Weiss le indicó sobria y férreamente a Diagonales: “No opinamos del tema”.
El mismo mantra se multiplica en las principales entidades empresariales, y las miradas se posan sobre la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que comandan el CEO del Grupo Clarín Héctor Magnetto y el del Grupo Techint Paolo Rocca, dos de los apuntados como los más fervientes instigadores de la persecución judicial sobre la expresidenta.
Tampoco lo hicieron desde la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), que en mayo había expresado su “profunda decepción” por el fracaso del proyecto de ley Ficha Limpia en el Senado, por la que el macrismo, a regañadientes de La Libertad Avanza (LLA), buscaba excluir de los cargos públicos a candidatos con condenas por corrupción en segunda instancia. Misma situación en las principales entidades rurales: toda la satisfacción, guardada solo para el off the record.
Los referentes de estos grupos de la elite empresarial apoyan el desenlace judicial que terminó con la principal líder de la oposición peronista presa y proscripta de por vida, pero ven que todavía es muy temprano para salir públicamente a expresar su total satisfacción. Todavía falta para ese momento. Esperan la respuesta de la calle para sacar conclusiones.
El gobierno nacional salió a plantear para la tribuna que “se hizo justicia”, con un mensaje que bajó directamente del presidente Javier Milei y se replicó en sus milicias digitales orquestadas y sus principales funcionarios, pero puertas adentro en la Casa Rosada sostienen que lo que se hizo fue alimentar a un justicialismo que venía deshilachado y dejó que Cristina recuperara el centro de gravedad político.
A este diagnóstico del oficialismo, algunos representantes del sector empresarial le suman un elemento que no es para nada menor: temen cómo será el clima de las calles, y un posible incremento en la conflictividad. Por eso, a diferencia de los principales opositores del ecosistema mediático y digital alineados con el Gobierno, que salen a festejar exultantes, ellos eligen el perfil bajo y bajaron línea directa de no expresarse bajo ningún concepto.
Solo algunos “díscolos” de esta táctica del silencio prefirieron exponerse y salir a mostrar su fiereza más visceral. A nivel corporativo fue la Cámara Argentina de Comercio (CAC) la que rompió con la solemnidad y sostuvo que había que “respetar las decisiones judiciales y a canalizar eventuales disconformidades por medios pacíficos”.
Por otra parte, y ya a título individual, el ala de los “unicornios” tampoco se pudo contener. El principal apuntado es Marcos Galperin. El presidente ejecutivo de Mercado Libre hizo réplica de los mensajes de otros usuarios de la red social X donde se incluía una foto de Alberto Nisman y la leyenda “In Memorhizoiam”.
Además, reposteó el meme de un tuitero que citaba a Cristina Kirchner con la frase “Nos persiguen porque igualamos a las sociedades” y agregaba, para contrastar, el mausoleo construido por Lázaro Báez para Néstor Kirchner y una vivienda precaria, con la leyenda “Mausoleo de su marido/Casa del votante”.
Con la misma elocuencia, el cofundador de Globant Guibert Englebienne publicó en su red social de forma escueta y terminante: “Finalmente, se hizo justicia”.
El fantasma que recorre los foros de chats de los que participan los referentes del empresariado apunta a la posibilidad de que esta situación política, que deambula nuevamente por el sendero de la extrema polarización incremente la falta de confianza por parte de los mercados internacionales, un tema que excede por lejos al kirchnerismo, pero que el fallo de la Corte reavivó.
Los temores ante una posible unidad de un peronismo que todavía sigue sin saber cómo reorientar su interna, y un sendero de revueltas ciudadanas en aumento, con potenciales conflictos con sectores sindicales más duros, supondría un desorden público desalentador para los planes de entrada de inversores. En momentos en los que el Gobierno necesita los dólares como el agua para mantener su plan de estabilidad macroeconómica por inanición.
Terreno nada fértil para los brotes verdes y la tan ansiada estabilidad política que se sigue alejando.