Mientras la cuarentena avanza hacia nuevos cambios de acción, también el nivel de delito comenzó a mostrar modificaciones respecto del inicio del aislamiento. Con un aumento del crimen proporcional al agotamiento de las políticas de ASPO, son varias las discusiones que vuelven a protagonizar el escenario político respecto de cómo encarar un proyecto de lucha contra la delincuencia con vista a los meses que se vienen.

En esa discusión, las caras visibles en disputa son las dos principales autoridades de Seguridad en Nación y Provincia: Sabina Frederic y Sergio Berni. La seguidilla de fricciones entre ambos, iniciada desde el comienzo mismo del gobierno de Alberto Fernández, quedó marcada –acaso de modo irreversible- por la pelea entre dos perfiles distintos de gestión. Tanto el carácter de “lucha cuerpo a cuerpo” de Berni como el perfil académico y de coordinación de Frederic, han ganado adeptos y discrepancias ante una realidad que se vuelve cada vez más cruda, en especial tierra adentro del AMBA.

El Gran Buenos Aires está complicado: hay un aumento de los casos de inseguridad y es importante que más allá de los dimes y diretes, que son públicos, podamos coordinar con las fuerzas provinciales y federales un trabajo conjunto en relación a este tema... es necesaria la presencia de fuerzas federales y la articulación entre gobiernos, así que esperamos la semana que viene su presencia para poder abordar esta situación”, fueron las palabras el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, quien se refirió al clima que se respira en el conurbano a cuatro meses de iniciada la cuarentena.

En tanto, una de las últimas acciones encabezadas por Sergio Berni fue en la ciudad de Quilmes, hoy en boca de todos ante el episodio de Jorge Ríos, jubilado que mató a balazos a un ladrón que asaltó su domicilio. El ministro de Seguridad bonaerense asistió al distrito gobernado por la camporista Mayra Mendoza, quien decidió remover a la cúpula policial de su territorio. “Sabemos que estamos viviendo días muy difíciles, es una situación excepcional la que vive el mundo atravesando una pandemia, una emergencia sanitaria a la que se le suma la cuestión social, en materia económica y también de seguridad”, fueron las palabras de Mendoza días atrás, ladeada por Berni.

En tanto, la reciente reunión con intendentes encabezada por Axel Kicillof, donde convocó tanto a Berni como Frederic, intentó servir como un espacio de diálogo para unificar criterios en materia de seguridad junto a los jefes territoriales y, de paso, limar asperezas. No obstante, la reunión tuvo un sabor agridulce y las tensiones entre ambos funcionarios no terminaron de mermar.

Mientras, a la vez que persisten los chispazos ente las autoridades de la cartera de Seguridad en Provincia y Nación, desde la oposición buscan capitalizar esa falta de acuerdo y ampliar la grieta. Quien aparece en escena, en ese caso, es la ex titular de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, quien supo dejar un sello propio durante su propia administración. “Me parece un despropósito que en el auge de la inseguridad que estamos viviendo se de este nivel de agresión y descoordinación entre los ministros, que ponen en jaque a millones de argentinos... la seguridad está en manos de dos ministros que se matan entre ellos”, aseguró la ex funcionaria de Macri.

Mientras tanto, la agenda mediática comienza a repartir cada vez con mayor proporción las noticias vinculadas al coronavirus junto a las de hechos delictivos. Con un inicio de aislamiento que encontró en abril y mayo una merma significativa en el nivel de delitos callejeros, en la actualidad ya se ven con claridad las secuelas de la severa crisis social y económica que encuba la Argentina.

Quien advirtió este problema fue el dirigente de la UTEP, Juan Grabois, quien en diálogo con Luis Novaresio, sostuvo que habría un “fuerte aumento de la criminalidad”, de cara a la post-pandemia. “La gente va a ver que hay una Argentina devastada, un aumento sideral de la pobreza. La consecuencia de eso, si no hay una intervención política muy fuerte, va a ser un muy fuerte aumento de la criminalidad y un proceso de toma de tierras”, indicó Grabois.

Mientras los intendentes del conurbano piden a gritos una coordinación concreta que permita poner orden en los barrios, desde la plana mayor de la oposición comienzan a meter temperatura en la disputa entre Frederic y Berni, cuya falta de coordinación tiene su consecuencia final en la violencia social que, desde hace semanas, parece haber dado por terminada su cuarentena.