El Gobierno decidió cerrar los registros para nuevas exportaciones “hasta nuevo aviso”, por lo que bloqueó así las ventas al exterior de aceites y harinas de soja. Esto despertó un nuevo enojo en las entidades agrarias, así como también en sectores de la oposición que salieron a repudiar la medida. 

Una resolución con fecha de este domingo 13 de marzo y con la firma de subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Javier Preciado Patiño, menciona que “habiendo recibido las correspondientes instrucciones del señor Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca”, la subsecretaría “pone en conocimiento del Sector Exportador” que la exportación de un grupo de productos agropecuarios “quedará suspendida a todos sus efectos”.

Según se indicó, el cierre del registro de exportaciones DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas de Exportación) apunta a evitar que las aceiteras continúen anotando negocios.

La medida pondría al Gobierno ante la posibilidad de un choque con el principal núcleo exportador del país, representado en al menos diez empresas exportadoras nucleadas en Ciara-CE, que se enfrentaron con el gobierno de Mauricio Macri y quien era su ministro de Agricultura, Luis Etchevere, al eliminar el diferencial histórico de las retenciones.

El 30 por ciento de las exportaciones de este año corresponden al complejo sojero, que en 2021 había aportado 9.000 millones de dólares al fisco, mientas se estima que la eliminación del diferencial pueda redundar en otros 400 millones, aunque todo depende del volumen final de las exportaciones.

Durante su viaje a Estados Unidos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, manifestó en una conferencia su preocupación sobre el alza de los precios internacionales producto de la suba de los alimentos y del combustible, una situación que comenzó el año pasado en plena pandemia y que se vio agravada por la invasión de Rusia a Ucrania, dos de los principales productores de gas, petróleo y cereales.

Lo que está ocurriendo, dijo Guzmán, es que "a nivel geopolítico está provocando un shock de términos de intercambio positivo, en el sentido de que los commodities que exporta nuestra región, que exporta Argentina, aumentaron sus precios relativos. Eso es bueno para la estabilidad de la balanza de pagos, pero también ejerce presión sobre la inflación".

En ese sentido, consideró que "es un shock que tiene consecuencias distributivas que son bastante delicadas y necesitan ser abordadas”.

La aceleración del precio internacional del trigo, que llegó a superar los US$ 400 desde el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania -países que representan casi el 29% de las exportaciones mundiales del cereal-, generó también tensiones en el precio de la bolsa de harina de trigo 000 que venden los molinos a las panaderías.