Tras el mentado “banderazo” en rechazo al proyecto de expropiación de Vicentin, se notó un freno de mano interpuesto por el Gobierno al avance de la medida que, en plena pandemia, instaló una nueva división de aguas dentro de la “unidad nacional” logada a fuerza de lucha contra el coronavirus. Mientras críticos y adeptos avivan el fuego, desde Casa Rosada intentan evitar una nueva “grieta” en pleno clima de tensión por la pandemia.

El primer signo de tregua proporcionado por la gestión de Alberto Fernández tomó forma con la designación de Gabriel Delgado como nuevo interventor y veedor de la empresa, gesto que fue de la mano de la mentada “Solución Perotti” orientada a agotar instancias previas de negociación antes de concretar la expropiación definitiva.

Quiero trasmitir la opinión del Presidente: no va a avanzar en ninguna medida que divida a los argentinos”, dijo Delgado en su momento al intentar oficiar de vocero del oficialismo, y añadió: “Creo que el Presidente está en tratar de agotar todas las instancias superadoras, y en analizar todas las propuestas para sacar a la empresa adelante”. El tono dialoguista representó una respuesta conciliadora al ruido provocado por la manifestación “a favor de Vicentin” que tuvo lugar el último fin de semana, donde se intentó reavivar el fuego del “conflicto por la 125”.

No obstante, más allá del esfuerzo del gobierno por bajar la temperatura a la discusión, el clima sigue tenso en el escenario político. Hoy mismo, las organizaciones sociales desplegarán su propia manifestación pública con más de 100 ollas populares a favor de la expropiación de la cerealera. Desde sectores como Barrios de Pie o la UTEP Barrios de Pie apuntan a “evitar que continúe el proceso de extranjerización de la empresa” e “iniciar un camino de recuperación de la soberanía alimentaria”.

A esto se suma el posicionamiento del ala más dura del kirchnerismo, que tuvo su respuesta de parte de Oscar Parrilli –hombre pródigo de Cristina Fernández de Kirchner- que oficializó el pedido de una comisión bicameral que investigue el patrimonio de la firma.

Para ello, hoy se realizará una sesión especial en Senadores, en la que el oficialismo buscará aprobar el proyecto de creación de una comisión investigadora que ponga la lupa sobre los préstamos del Banco Nación a la cerealera. Tanto desde la oposición como desde sectores del periodismo, ven en la iniciativa de Parrilli la mano directa de CFK. Desde Vicentin, en tanto, descartan desde el llano cualquier tipo de vinculación con “maniobras fraudulentas” en la administración de la empresa.

Es un sinsentido decir que se realizaron maniobras de enajenación de bienes, magnificaron los hechos. Estamos actualmente con un concurso de acreedores abierto y no se podría realizar ninguna maniobra sobre los bienes de la empresa porque hay un juez y tres síndicos que están siguiendo todo el proceso”, fueron las palabras del director de la firma, Maximiliano Padoan, en conversación con Ámbito Financiero.

Mientras tanto, desde la oposición mantienen el foco puesto en la división generada por el caso, en especial en el marco de estrategia de Juntos por el Cambio, donde están decididos a capitalizar cualquier elemento que profundice la radicalización de la opinión pública. Con la mirada puesta en la reorganización opositora de cara a las urnas, Vicentin se suma a un listado de discusiones donde el ala dura del Pro busca convulsionar los bandos y acaparar atención.

Mientras a un lado y del otro de la pulseada entre kirchnerismo y macrismo hacen fuerza, el Gobierno deberá tener aplomo y tacto para alivianar la tensión alrededor de Vicentin, en un momento donde lo último que necesita Alberto Fernández es que una nueva grieta salga a la calle. Lo importante en este momento, entienden en Balcarce 50, es quedarse en casa.