Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) fueron creadas con la finalidad de dirimir las diferencias internas que podían existir en determinados espacios políticos o partidos, a través de una gran elección. Sin embargo, sobretodo aquellos que ostentan el poder, buscan evitar ese desgaste y salir a la cancha con una lista única, que muestre unidad puertas adentro. 

Se podría decir que la experiencia del 2015 fue una excepción. El radicalismo, por un lado, con su candidato Ernesto Sanz y el Pro -por el otro- con Mauricio Macri, construyeron una alianza en la que el que resultase ganador de las PASO lideraría la conducción de un nuevo espacio denominado "Cambiemos", y así fue que ocurrió. Macri ganó las internas y luego disputó las generales y el ballotage con el acompañamiento del radicalismo. 

En cuanto al kirchnerismo -que eran los que gobernaban en ese entonces- el acceder por primera vez a disputar unas PASO en la provincia de Buenos Aires es señalado por muchos como uno de los más grandes errores hacia el camino que les costó la derrota en territorio bonaerense por primera vez después de 28 años. 

Las diferencias y los disparos ocultos y no tan ocultos que se lanzaron Julián Domínguez y Aníbal Fernández, desgastó un espacio que se encontró claramente debilitado en la elección general -tanto a nivel nacional como provincial- al llevar a una figura para gobernador de la provincia de Buenos Aires con tan alto nivel de rechazo por parte de la sociedad.

Quizá otra sería hoy la historia si la líder del FPV, Cristina Fernández de Kirchner, hubiese tomado la misma determinación en la Provincia que la que dictaminó a  nivel nacional al bajar a Florencio Randazzo y llevar como único candidato a Daniel Scioli. Pero con el diario del lunes todo resulta más sencillo de analizar. 

En el escenario electoral del 2017, tanto el Presidente Mauricio Macri, que es el que lidera el espacio Cambiemos -con el Pro, el radicalismo, y la Coalición Cívica- como el peronismo, buscan alcanzar la unidad y evitar que haya más de una lista por sus espacios, a pesar de que existen diferencias notorias. 

Por el lado de Cambiemos, aparece la figura de Ricardo Alfonsín, que se ha mostrado crítico con la alianza gobernante y que exige que en estas elecciones en Cambiemos también haya internas y que el radicalismo presente su propio candidato en agosto. Algo que no fue lo conversado en el último encuentro entre Macri y Sanz, y desató el enojo del hijo del ex presidente Raúl Alfonsín. 

Por el peronismo, comienza a delinearse la estrategia de unificar -al menos- el discurso y concentrar las críticas en el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, y dirimir si irán a internas o si habrá una lista única puertas adentro. Aquí, el centro de las diferencias se concentran en la figura de la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner. Están los que quieren que conduzca y encabece la lista del peronismo y aquellos que no quieren verla ni en figurita. Mientras tanto, los días corren y no hay definiciones concretas. 

En conclusión, ni el oficialismo ni el peronismo quieren que se presente más de una lista por sus espacios en las Primarias de agosto. Cambiemos por no querer mostrar fragmentación y el Partido Justicialista para no fortalecer a quienes hoy ostentan el poder, porque el hecho de que haya varias opciones en la oposición, no hacen más que beneficiar a Mauricio Macri.