En una semana intensa en el plano económico, se comenzó a desandar el camino hacia el aporte extraordinario que las 12 mil personas más ricas del país deberán realizar para paliar los efectos de la pandemia y la crisis económica, de aprobarse el proyecto de Ley ideado por Carlos Heller y Máximo Kirchner. El texto de la norma comenzó a tratarse en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, en un debate de más de cuatro horas y media en la que no faltaron los cruces esperables entre una oposición floja de argumentos y un oficialismo que ya contaría con los números para dar cauce a la iniciativa. Fue el primer round de una batalla en la que el Frente de Todos está dispuesto a ceder modificaciones en busca del mayor consenso posible. Se espera que mañana ya podría tener dictamen favorable para tratarse antes de fin de mes en el recinto, con el arbitraje de Sergio Massa.

LA SESIÓN: ¿IMPUESTO O APORTE EXTRAORDINARIO?

Como se esperaba, la oposición tuvo los títulos mediáticos con los que le alcanza para seguir instalando un clima adverso al proyecto, con la supuesta afectación al sector privado y las inversiones como alfil principal. Los sondeos opinión pública que vienen relevando el tema no parecen reflejar mucho éxito para ese discurso. El oficialismo, por su parte, transitó como un trámite este primer encuentro, con la seguridad que le aportaron las confirmaciones de apoyo por parte de bloques provinciales y el de Consenso Federal, apoyos indispensables si se tiene en cuenta que el FDT tiene por sí mismo 117 de los 129 votos necesarios para la aprobación del proyecto.

Desde el entorno de Carlos Heller, redactor de la iniciativa, expresaron a Diagonales que “seguramente se puedan aceptar algunas modificaciones en el proyecto, que no afecten a su esencia, si eso significa mayores consensos”. Del otro lado de la vereda, no pareciera ser ésa la tónica de la discusión. “Han distorsionado el debate planteando que es un impuesto, cuando en realidad es un aporte extraordinario y por única vez”, describió el diputado del Frente de Todos Itai Hagman.

“La verdad que el debate en la comisión dejó un sabor amargo, porque en un contexto como el que está viviendo la Argentina, en donde un sector de la sociedad realmente se está hundiendo, muchos  trabajadores informales, cuentapropistas, familias de clase media, pequeñas empresas están realmente en una situación crítica, un proyecto de esta naturaleza, que busca que un sector que tiene riqueza acumulada haga un pequeño aporte para tratar de ayudar al resto, parece de sentido común. Sin embargo la oposición de JxC se ha plantado de una manera tajante en contra, lo cual es muy triste realmente porque habla de las características que ha decidido asumir esta oposición”, agregó.

El oficialismo avanza a todo ritmo con el impuesto a los ricos y buscará dictamen mañana

Fernanda Vallejos, otra de las diputadas por del FDT presente en la comisión, afirmó en diálogo con este medio que “un sector de la oposición quedó expuesto, en su rechazo al aporte solidario de las grandes fortunas, en una actitud de una mezquindad que haría ruborizar a cualquiera. Es evidente que, coherentes con lo que fue su política cuando les tocó gobernar, defienden el interés de una minoría privilegiada que ni siquiera en una situación tan extrema, en medio de una crisis sanitaria extraordinaria, está dispuesta a asumir la responsabilidad de formar parte de una comunidad nacional, a pesar de que esa comunidad, con sus instituciones, con los recursos y el trabajo del país, es la que les permitió amasar las fortunas que acumulan, la mayor parte fuera de la Argentina y sin declarar ante el fisco nacional”. Y remató: “ese sector de la oposición, referenciada en JXC, ha tenido una actitud miserable”.

¿SE AFECTA LA PROPIEDAD PRIVADA?

La prensa opositora hizo desfilar abogados esta semana por sus páginas físicas y virtuales, en carácter de expositores de los perjuicios que la medida podría traerle al país, opiniones repetidas con poco vuelo discursivo y argumental por la oposición en la comisión del miércoles. Al mencionado aspecto de presentarlo como un impuesto en vez de un aporte, se le sumó el adjudicarle al proyecto un carácter “confiscatorio” que afectaría la propiedad privada de quienes se vieran alcanzados por el mismo al producirles una descapitalización. El argumento consiste en que una misma persona humana sería afectada por dos impuestos de la misma naturaleza, el aporte en cuestión y bienes personales, cuyas alícuotas sumadas podrían alcanzar en el mayor de los casos el 7,5%, provocando que al pagarlos se vieran afectados los bienes y no solo las ganancias de los aportantes.

Voces cercanas al creador del proyecto explicaron a Diagonales que, al no tratarse de un impuesto sino de un aporte extraordinario, no se suma a bienes personales sino que se toma la última declaración de ese impuesto de 2019 para construir la base imponible. Aclararon también que hay que diferenciar entre el valor fiscal y el valor real de los bienes incluidos en las declaraciones juradas de bienes personales. Al ser mucho menores los valores fiscales de muchos de esos bienes declarados, fundamentalmente inmuebles, se estima quienes declaran un patrimonio de 200 millones tienen en realidad más del doble de esa cifra en valor real, lo cual no llega a ser alcanzado por la eventual medida. “Las alícuotas reales sobre el valor de mercado de los bienes son más bajas que lo que figura en el proyecto” explicaron. Por su parte, Hagman agregó en este sentido que “a una persona que tenga 200 millones de pesos, declarados, que después de esto quede con 196 millones, ni le cambia la situación patrimonial ni afecta ninguno de los planes que tenga”.

 ¿SE AFECTA LA INVERSIÓN O SE PROMUEVE LA PRODUCCIÓN Y EL CONSUMO?

El otro caballito de batalla amarillo de la oposición es la supuesta afectación al sector privado y sus inversiones, al que identifican como el pilar de la economía argentina y agente principal para la recuperación post pandemia. El Diputado de la UCR por Formosa Ricardo Buryaile le regaló a la audiencia opositora una de esas exclamaciones con las que después se suele discutir en las mesas de los domingos (por el momento suspendidas). “El proyecto otorga el mismo tratamiento a un tractor que a una Ferrari o un yate, a un campo que a un piso en Puerto Madero” expresó, con la intención de demostrar el punto de que la medida podría afectar al capital productivo del sector privado. Desde el entorno de Heller respondieron al respecto “es muy poco probable el caso de un empresario con más de 200 millones de declaración jurada de bienes personales que tenga no tenga una persona jurídica para sus actividades, de manera que el capital productivo de las empresas no va a ser gravado”. El Diputado Itai Hagman profundizó el argumento: “no hay ninguna relación entre el patrimonio personal de estas personas y los proyectos de inversión de las empresas de las que eventualmente sean propietarios. Esas son ideas infundadas y se enuncian con el objetivo de confundir”. Pertinente aclarar en este punto que Buryaile es Contador Público, por lo que debería tener en claro estas cuestiones. Al menos tuvo la deferencia de aclarar que él tiene campos pero que eso no influía en su postura. Le faltó decir si tiene algún yate o un piso en Puerto Madero.

El oficialismo avanza a todo ritmo con el impuesto a los ricos y buscará dictamen mañana

Vallejos, a su vez, fue contundente sobre este tema en su exposición durante la comisión: “en los cuatro años de Macri se favoreció a los sectores más privilegiados; la recaudación por Bienes Personales cayó de una tasa promedio de 1,36% sobre la recaudación total entre 2013 y 2015, a una de 0,74% en el periodo 2015-2019; además, fruto de la desregulación cambiaria y financiera, la formación de activos externos de argentinos creció en más de 103.000 millones de dólares. Esa riqueza, sustraída del circuito productivo, que es la antítesis de la inversión productiva, es, indudablemente, dañina para la economía y para la sustentabilidad de nuestro desarrollo”. A esto agregó que el 80% de las fortunas declaradas de los más ricos se encuentra fuera del país, y que durante el macrismo “cuando la fuga de capitales creció como nunca, la tasa de inversión cayó del 21,1% promedio durante 2003-2015, al 19% en 2015-2019”. 

No hubo respuestas muy fundamentadas de la oposición a estos planteos. Tal vez lo más llamativo fue la proclama abierta del Diputado de la UCR Luis Mario Pastori a toda la sesión para “no seguir cazando en el zoológico”, en referencia a gravar bienes fácilmente identificables como los inmuebles declarados,  y sí salir a “cazar por el mundo” los activos financieros ocultos en paraísos fiscales. Rápidamente Heller contestó que “lo que ustedes proponen es ir a cazar a un desierto”, y Nicolás Del Caño le recordó al Diputado Radical los Panamá Papers en relación a la contradicción entre su planteo y haber sostenido a un Presidente implicado en ese escándalo.

PRESIÓN TRIBUTARIA, ¿A QUIENES AFECTA?

La siguiente estrofa del canto de sirenas opositoras (no confundir con las sirenas de la bonarense afuera de la quinta de Olivos) tuvo que ver con el esfuerzo permanente que vienen desarrollando por instalar que este aporte impactaría sobre sectores medios y empresas medianas, y que significa un aumento insostenible de la ya agobiante presión tributaria argentina. En Argentina se paga mucho en impuestos, una idea que el establishment económico ha logrado instalar en el imaginario nacional y sobre la cual vuelven a intentar pararse para frenar el avance del proyecto en cuestión. Itai Hagman desarmó en menos de los cinco minutos que duró su intervención ese argumento recurrente del poder económico. “La presión tributaria es un ratio entre recaudación y producto bruto interno, pero ese ratio no dice nada sobre la composición de esa recaudación. Cuando hacemos comparaciones entre la presión tributaria de la Argentina y países Europeos hay que mirar esa composición: en argentina los impuestos sobre patrimonios e ingresos representan solamente el 5% del producto, mientras que en el promedio de los países de la OCDE esos impuestos representan el 13,4. A su vez, los impuestos sobre bienes y servicios, que son regresivos porque los pagan todos por igual, en argentina representan el 14,5% del PBI y en la OCDE promedian en 11%. Entonces la presión tributaria no nos dice por sí sola sobre quiénes recae, y en Argentina claramente no recae sobre las grandes fortunas o lo sectores con mayores ingresos”.

En declaraciones a Diagonales, el Diputado del FDT agregó que “han tratado de confundir con que esto afecta a pequeños o medianos empresarios, pero este es un aporte que sólo realizarán entre 10 mil y 12 mil personas, ningún empresario mediano está en ese grupo. Esto es un aporte que no va a alcanzar ni a la clase media ni a la clase media alta, ni siquiera a todos los ricos, sino solamente a los más ricos de los ricos. Esas 10 mil o 12 mil personas son fundamentalmente herederos de grandes fortunas o propietarios de grandes empresas. Por el contrario a lo que quieren instalar quienes buscan confundir a un sector de la sociedad para que piense que lo va a perjudicar, este proyecto significará una inyección de recursos que justamente va a permitir seguir ayudando a las PyMES, a la clase media, a los trabajadores, a los sectores populares”.

¿CÓMO SIGUE?

Mañana, el oficialismo espera conseguir dictamen y que el proyecto pase al recinto. Antes, a pedido de la oposición, Mercedes Marcó del Pont podría exponer en comisión sobre la composición de la base imponible que se tomará en cuenta. La titular de la AFIP expresó esta semana en declaraciones al periodista Alejandro Bercovich que esa base se amplía “de manera muy progresiva” con la incorporación de “algunos activos que no están hoy por hoy en lo que es la ley de bienes personales, por ejemplo los trust, los fideicomiso, las fundaciones, las participaciones societarias”. Además, aclaró que “esto no va a descapitalizar a nadie”, y que “es discutible cuánto aumenta las inversiones la baja de los impuestos. Macri lo hizo, bajó a la mitad la alícuota de bienes personales, bajó ganancias, bajó retenciones y eso de ninguna manera promovió la inversión en la argentina”, lo cual hace suponer el color y la temperatura que tendrá la comisión.

El debate parlamentario de esta semana no ofreció nada muy inesperado. La oposición patalea con sus planteos caricaturescos mientras el oficialismo los desarma uno a uno con paciencia y argumentos. El aporte de las grandes fortunas no es un impuesto, no afecta la propiedad privada ya que no resulta confiscatorio, en lugar de afectar la inversión privada lo que hará será potenciar la inversión pública, y sólo impactará al 0,002% de la población, por lo que los sectores medios y el empresariado de a pie serán más bien beneficiados que afectados por la medida. En una semana cargada de proyecciones económicas, con la presentación del presupuesto 2021, el anuncio de grandes inversiones como el de la obra pública por $31 mil millones del fin de semana pasado o el plan Conectar anunciado este jueves por una inversión de $37.900 millones, el proyecto de aporte de las grandes fortunas comenzó su camino parlamentario. Con las nuevas restricciones para el acceso a dólares como un indicador del rojo intenso en el que se encuentran las arcas nacionales, la necesidad de financiamiento para seguir paliando los efectos de la pandemia y encarar la recuperación económica tiene puesta en esta iniciativa un especial interés. Tanto material como simbólico, pues empieza a estar latente para más adelante la discusión más profunda sobre la urgencia de reformar la regresiva matriz tributaria del país, en pos del desarrollo.