El viernes sucedieron dos hechos políticos que reflejan lo que sucederá en las próximas semanas de cara a las elecciones. El presidente viajó a Córdoba para inaugurar obras por primera vez desde el comienzo de su gestión. Aprovechó para sonreír junto al estratégico gobernador Juan “El Gringo” Schiaretti y pegarle a la gestión de Cambiemos, arenga a la que se sumó el cordobés. En tanto, Mauricio Macri recibió a Horacio Rodríguez Larreta en su mansión de San Isidro para intentar enfilar las tropas del PRO antes del cierre de listas, pero no lo lograron.

 El Frente de Todos se aferra a la gestión

En el Gobierno son conscientes –un tanto por experiencia propia y por olfato político—que la interna de Juntos por el Cambio para definir las candidaturas en la Provincia y en la Ciudad no los debilita a ellos y les abre heridas hacia adentro, a veces difícil de reparar. Mientras tanto, buscarán contrastar su gestión con la de Mauricio Macri, a la par que crece la llegada de vacunas. En las próximas semanas llegarán nuevos lotes que permitirán agilizar el plan de inmunidad para ganarle al coronavirus.

El Frente de Todos ya definió que el jefe de campaña será Santiago Cafiero, con una colaboración especial del ministro de Obras públicas, Gabriel Katopodis. “Ellos coordinan, analizan y trabajan para la campaña. Hay que mostrar la gestión del Gobierno que trabaja 24 por 24 para salir adelante”, señalan en el entorno de estos funcionarios. Pero a la hora de definir candidaturas y órdenes en las listas se espera que Axel Kicillof y Alberto Fernández tengan la última palabra.

El oficialismo contrasta su gestión con la de Macri mientras la oposición arde internamente

Por los nombres aún no hay definiciones. Es cierto que Leandro Santoro y Matías Lammens son algunos de los nombres propios que el Gobierno mide en la Ciudad de Buenos Aires para evitar que el PRO se lleve la mayoría de las bancas. Igualmente, saben que en esta elección intermedia, la primera tras dos años en el poder, lo que se evalúa no es tanto a la persona sino, más bien, la gestión del Gobierno. Por esto en el oficialismo se sienten confiados. Además, recuerdan que “el recuerdo de lo que fue Cambiemos está, y no se va a ir tan fácil”.

En la provincia resuenan distintos nombres como Victoria Tolosa Paz, Daniel Arroyo hasta el propio Santiago Cafiero. En ese manojo de posibilidades que analiza el comando oficialista, reaparece el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, que se enfila como uno de los referentes del albertismo. El pasado 18 de mayo, el Presidente dijo que el ex campeón de offshore es su “hermano”. “Hablar con él es hablar conmigo”, dijo en un acto en Misiones, algo curioso, ya que en otras oportunidades dijo haber votado en blanco en 2015 cuando el ex gobernador se midió para ser jefe de Estado.

 “Daniel el hiperkinético, es uno de mis amigos más queridos, y un gran embajador, que me ayuda a resolver muchos problemas y desafíos, porque Argentina y Brasil son un espacio geográfico y económico común”, consideró en aquella oportunidad de elogios cruzados el actual mandatario.

 Fuego cruzado en la General Paz

La lógica de funcionamiento de una coalición en muchos aspectos complica al oficialismo a la hora de llevar adelante sus políticas. Un ejemplo puede ser con las tarifas. A grandes rasgos, un sector quiere segmentar para que los que más tienen más paguen y otro se resiste para evitar que un aumento en la caída del poder adquisitivo. En lo electoral, este funcionamiento lastima a Juntos por el Cambio. En la Mesa Nacional de la coalición parecen ponerse de acuerdo en no dejar trascender sus diferencias internas pero la promesa dura muy poco.

El oficialismo contrasta su gestión con la de Macri mientras la oposición arde internamente

Horacio Rodríguez Larreta ya puso en marcha su objetivo de desembarcar en la Provincia de Buenos Aires a través de su delfín Diego Santilli. Esta semana recibieron el apoyo explícito de los intendentes que tiene el PRO en el conurbano. Esto le mereció un tirón de orejas de Mauricio Macri, que todavía trata de hacerse valer como “el creador” de la figura de Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, pero estos dos dirigentes ya se fueron del nido y cada día vuelan más alejados.

En tanto, Jorge Macri se enfila con Patricia Bullrich, que quiere ser candidata en la Capital, para meterse de lleno en la disputa por la Provincia. Para esa tarea, ya recibió la bendición de su primo. En su entorno ven como “un capricho” a la decisión del jefe de Gobierno de meterse en la Provincia con un candidato puro de la Ciudad. “Claro que tiene que ver consenso, pero consenso no es imponer tu candidato de la Ciudad en un frente que es bonaerense”, señalan en el entorno del intendente de Vicente López.

Este viernes los intendentes, Julio Garro (La Plata), Néstor Grindetti (Lanús) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) se reunieron también con Patricia Bullrich después de haberle expresado su apoyo a Rodríguez Larreta para que el candidato sea Diego Santilli. Pero lo cierto es que ellos también tienen sus propios intereses. Saben que una interna hacia adentro de los municipios puede complicarlos de cara a su propio armado y a sus expectativas a futuro.

 “Ahí es donde los intendentes tienen una encrucijada. Una cosa es que la lista quede solo con los diputados nacionales yendo a una PASO y otra es si la llevan a la distrital en cada municipio”, explicaron a Diagonales. Es por esto que siguen intentando que se llegue a un gran acuerdo aunque tanto el ala dura como la más dialoguista casi dan por descartado a menos de un mes del cierre de listas.