La Argentina marchaba por una senda de amor y paz en tiempos de coronavirus. Sin embargo, algo reavivó la grieta política en el país. Fue nada más ni nada menos que el contundente mensaje del presidente Alberto Fernández contra uno de los grupos económicos más importantes del país como lo es Techint (Rocca) y la decisión de extender el aislamiento obligatorio priorizando la salud por sobre la economía. El contraataque de la oposición liderada por Juntos por el Cambio fue un cacerolazo para pedir que los políticos se bajen los sueldos.

En las últimas horas, el clima político en el país cambió rotundamente. Todo surgió a partir del pasado viernes cuando se conoció que el grupo Techint despedía a 1500 trabajadores por la "paralización" de la economía en medio del aislamiento obligatorio. Esto despertó el enojo del Presidente que apuntó contra los "miserables" que despedían empleados en medio de esta situación tan difícil.

Luego, el domingo llegó el anuncio del máximo mandatario de extender la cuarentena obligatoria hasta que termine semana santa, y donde también se dirigió contra los que atentan contra el trabajo de los argentinos. 

"Una economía que se cae, se levanta. Pero una vida que se pierde no se recupera más", fue la definición que dejó Fernández para ratificar la extensión del aislamiento obligatorio contra los que pujaban porque la cuarentena se levante y a eso le sumó un mensaje dirigido al círculo rojo en el que aseguró que "esta vez les toca ganar un poco menos". 

La respuesta de estos sectores poderosos de la Argentina no tardó en llegar. Juntos por el Cambio -el espacio político que hasta hace poco tiempo condujo los destinos del país- acompañado por una fuerte campaña mediática, comenzó a pedir que se bajen los sueldos de los políticos en este contexto de emergencia. 

Ahora, desde Techint desafiaron nuevamente la autoridad del máximo mandatario. Luego que el Gobierno dictara la conciliación obligatoria, la constructora del Grupo Techint ratificó la suspensión de todos sus proyectos –lo que representa la desvinculación de 1.450 operarios contratados "hasta que se reanude la actividad". 

Todo parece indicar que la tensión comenzará a subir y que atrás quedarán esos primeros diez días de amor y paz que se vivieron en la Argentina.