“Horacio no está pensando en la interna, está pensando en cómo gobernar el 11 de diciembre”, fueron las palabras del equipo de campaña de Horacio Rodríguez Larreta para Diagonales en una de las últimas charlas, en respuesta a las declaraciones cruzadas que desde su espacio y desde el que conduce Patricia Bullrich amenazan la cohesión del PRO y de Juntos por el Cambio (JxC), en su conjunto. La espesa niebla de la urgencia proselitista comienza a disiparse, al menos un poco, con el documento que la coalición presentó ante la Justicia, donde esbozaron resumidamente su programa.

En el documento de 19 carillas titulado “La Argentina que podemos ser”, la coalición con más chances de asumir el gobierno en diciembre destacó como diagnóstico de la situación actual que arroja la gestión de Alberto Fernández: “Las señales del deterioro de nuestro país son inocultables. La inflación y la inseguridad nos asfixian. La pobreza y la indigencia son el destino crónico de casi la mitad de los argentinos y argentinas. La educación y el trabajo, en estado de crisis permanente, ya no alcanzan para promover el ascenso social y la integración comunitaria. La energía y la creatividad de la sociedad argentina se diluyen ante las trabas de un Estado ineficiente y voraz”.

La alianza reconoció en este documento que la clase política se distancia cada vez más de la sociedad y plantea que hay una ciudadanía que “quiere progresar, vivir segura y disfrutar de su libertad, es cada vez más evidente y el horizonte está tomado por la decepción y la desesperanza”, asumió.

Luego de detallar cronológicamente los hitos de la conformación de la coalición, se centraron en un tema que no pueden obviar, y que arrastra en parte a la desmotivación de la población en elegir a esta oposición al peronismo: lo que fue el gobierno de Mauricio Macri entre 2015 y 2019. Enumeraron los “logros” de gestión en materia de infraestructura y obras, la reducción del déficit fiscal y energético y de “promover” la lucha contra el narcotráfico, con un mensaje de respeto a la institucionalidad y la Justicia que busca captar la atención del electorado republicano.

“Es innegable que la situación macroeconómica y la inflación con la que nos enfrentamos profundizó la desilusión. Cometimos errores. Debimos decir claramente el enorme daño que tenía la Argentina cuando asumimos la gestión del Estado. Subestimamos las gravísimas condiciones en las que encontramos a nuestro país. A pesar de que teníamos claro el rumbo económico que debíamos tomar, no contábamos con la fuerza política y parlamentaria para consolidarlo”, resaltaron en uno de los pasajes de mayor peso autocrítico.

La segunda mitad del texto hace referencia a los objetivos del programa de un eventual gobierno cambiemista. Si los pilares del anterior programa macrista cuando la coalición accedió al poder eran “Pobreza cero”, “Lucha contra el narcotráfico” y “Unir a los argentinos”, las metas del próximo tiempo parecerían menos estridentes y ambiciosas en los primeros dos casos.

Y en el tercero, directamente, no se hace referencia alguna a acciones que fortalezcan los lazos institucionales con las facciones opositoras, y sí en cambio se explicita la importancia de una justicia “independiente y eficaz, basada en el mérito y libre de cualquier interferencia política”.

 LOS PILARES ECONÓMICOS DEL PROGRAMA

En cuanto al diagnóstico económico (que también de forma implica abarca los cuatro años de gestión propia en la presidencia), JxC enfatizó que el país “empeoró todos los indicadores de desarrollo”. “Nuestra economía es de las más inestables del mundo, con una inflación alta y persistente, superando a Venezuela, el Líbano y Turquía. La economía está parada. El volumen de exportaciones está estancado desde hace 15 años y no generamos suficiente trabajo privado de calidad. Como resultado de ello, en nuestro país, 40% de los argentinos viven en la pobreza y 8% en la indigencia. Más de la mitad de nuestros chicos son pobres”, señalaron.

En una de las pocas coincidencias que mantienen con el peronismo, expresaron que el contexto mundial “abre una nueva perspectiva de mediano y largo plazo positiva para la Argentina” porque “varios sectores de nuestra economía se volvieron estratégicos ya que pueden ofrecer al mundo lo que necesita: alimentos, minerales, energía y talento”. Con esa perspectiva, detallaron cuales serían las medidas que tomarían para estabilizar la economía y superar el talón de Aquiles de las últimas administraciones: la inflación galopante que pulveriza los salarios. “Las y los argentinos tendremos una moneda nacional y una macroeconomía ordenada”, aseguraron.

Además buscarán bajar el déficit fiscal “con la reducción del gasto público”, “una reducción responsable de los impuestos compatible con el equilibrio fiscal” y apuntarán (sin mayores precisiones sobre los plazos) a una “una rápida unificación del tipo de cambio”. Resaltaron que estas acciones para generar estabilidad “deberán ser acompañadas” de la “eliminación de trabas y regulaciones” y “la simplificación del cumplimiento tributario”, en alusión al sector de empleadores PYME y también a los sectores empresariales más poderosos. “Crearemos un nuevo régimen con protecciones sociales para incluir a los millones de trabajadores en la informalidad”, incluyeron.

En materia de política sectorial, buscando apuntalar a los sectores estratégicos, buscarán eliminar las “restricciones” del sector agroindustrial y de las economías regionales, “reorientarán” la inversión industrial, y plantean potenciar “la exploración y explotación de los hidrocarburos e impulsaremos con igual interés el desarrollo de la energía renovable y la transición energética de los sectores productivos”.

UN ESTADO “AUSTERO”, UNA ARGENTINA “CREÍBLE EN EL MUNDO, Y EL TRASLADO DE FUERZAS FEDERALES A ZONAS “CRÍTICAS”

En cuanto a la política internacional, JxC planteó una vocación “multilaterialista”, que incluye tanto el G20 de las principales economías mundiales, como el marco de la OEA, y la Organización Mundial del Comercio. También sostiene que reimpulsar la relación con Brasil, el Mercosur y la región le permitirán a la Argentina “abrirse al mundo”. Explicitaron que reclamarán por la soberanía de las Islas Malvinas.

En materia laboral, destacaron que en la actualidad “hay argentinos que trabajan y son pobres. El ingreso medio se encuentra hoy muy por debajo de lo que necesita una familia tipo para no ser pobre”. Y proponen, como salida a esta acuciante situación, ponerle “freno a la industria del juicio que hace quebrar a nuestras PyMES”.

En gesto de oposición al movimiento obrero, establecen “fondos de cese laboral para actividades de alta rotación de adhesión voluntaria” que reemplazarían a las actuales indemnizaciones por despidos, y la “modernización de las negociaciones colectivas”. También plantearon que los adultos mayores “tengan su jubilación protegida contra la inflación”. “Vamos a construir un sistema previsional sustentable que le brinde cobertura a todos los adultos mayores”, aseguraron.

Lejos de la proeza de “pobreza cero”, los objetivos concretos para la próxima administración se centran en “una transición a la baja” del programa Potenciar Trabajo, que será “directo sin intermediación, condicionado y temporal con la contraprestación con terminalidad educativa, formación y vinculación al empleo”. Además buscarán establecer “marcos normativos laborales, tributarios y jurídicos y con herramientas de financiamiento y capacitación” para desplazar a 7,7 millones de trabajadores que hoy están en la informalidad hacia empleos de calidad. Finalmente, proponen una cobertura total de la canasta alimentaria infantil y la “transferencia directa de recursos a los hogares para que adquieran alimentos de manera autónoma”.

La educación es una de las banderas insignia que busca capitalizar JxC, confrontando con el gobierno nacional y los gremios docentes, y en su documento programático expresaron que promoverán un “régimen de evaluación integral de todos los componentes del sistema educativo nacional”. “Lo que no se evalúa, no mejora”, sentenciaron. Además, buscarán desarrollar un “registro y acreditación de los programas de formación docente continua, asegurando su calidad en todo el país”.

En cuanto a la política sanitaria, expresaron que hoy “no existe articulación e integración de los subsectores (público, seguridad social y privado)” ni  tampoco “orientación del sistema de salud a la atención primaria”. Por lo que proponen una “estrategia de salud Familiar y Atención Primaria de la Salud" y la “integración de los subsectores del sistema de salud”.

Hicieron foco en “mecanismos innovadores” para la compra y la cobertura de medicamentos y otras tecnologías “de altos precios”. “Elaboraremos estándares mínimos de remuneraciones profesionales para los trabajadores de salud en su conjunto, priorizando las especialidades críticas y la radicación territorial de profesionales de la salud. Fortaleceremos el desarrollo de la enfermería profesional y universitaria”, aseguraron.

Uno de los puntos que junto con la economía trae mayor preocupación en la sociedad es la falta de seguridad y allí JxC tiene mayor desarrollo de línea argumental. Señalaron que varios municipios del conurbano bonaerense “sufren un aumento del delito y la situación en Rosario se agravó significativamente y que el “narcotráfico ha recobrado impulso. Sostienen que debe haber una “transferencia de fuerzas federales de la frontera a zonas críticas como Rosario y el conurbano bonaerense” y una “Re-federalización de la Policía Federal en el interior del país con la apertura de nuevas agencias y divisiones contra el narcotráfico”. A esto se le suma la “utilización de medios de las Fuerzas Armadas en tareas de apoyo, transporte y logística, de acuerdo con el marco legal vigente”.

Otro de los puntos de mayor controversia es el funcionamiento del Poder Judicial. Desde la coalición amarilla expresaron que completarán la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y designaran al Procurador General y al Defensor del Pueblo. “Impulsaremos un sistema de selección transparente y eficiente para los aspirantes a magistrados en el país” ampliaron.

El último apartado resulta toda una declaración de principios de JxC del papel del Estado para la organización de la sociedad: “Necesitamos un Estado facilitador y no uno que obstaculice con trabas burocráticas y nos ahogue con cargas impositivas. Es un Estado distinto al que ha crecido en los últimos años, que optimice los recursos, deje de ser el garante de privilegios y se ponga al servicio de los ciudadanos. Queremos construir un Estado austero, eficiente y moderno que facilite la vida a sus ciudadanos”.

Prometieron una “ley de integridad” para evitar “despotismos” dentro de la órbita estatal, un régimen de “tramites mínimos” y la reestructuración del Poder Ejecutivo, y un acceso al empleo público que “recupere la cultura meritocrática”.

Por último, buscarán que las empresas públicas sean “eficientes y autosuficientes” de desempeño económico “con objetivos específicos, medibles y comparables, estándares de transparencia similares a los de las empresas listadas en la Bolsa de Valores y políticas de integridad y sustentabilidad”.