Las internas se multiplican al ritmo de las fracturas y reordenamientos de cara a las elecciones. En este caso, del lado de la oposición, las grietas generan nuevas grietas y el radicalismo disidente, luego de tensionar con el PRO y con la propia UCR leal al macrismo, ahora genera fricciones dentro de sí mismo. Así lo demostraron Facundo Manes y Gerardo Morales, dos figuras dispuestas a darle la pelea a la conducción PRO, quienes ahora empezaron a mantener roces entre ellos.

Es que Manes decidió enviar un palazo al gobernador jujeño por quedar marginado de su acto de lanzamiento de candidatura. Morales, como es sabido, anunció hace semanas su postulación para competir por la presidencia de la Nación. En ese marco, Manes largó un comentario por no haber sido parte del evento oficial. “Hubiera pasado a saludar, si me hubieran invitado”, expresó Manes al ser consultado por el tema.

La respuesta del neurocirujano dejó entrever la tensión que ahora se vive hacia adentro de las filas del radicalismo que se plantó hace tiempo como “disidente” tanto a la conducción del PRO como a la misma UCR que decidió mantener la fidelidad al macrismo y respetar la hegemonía dentro de Juntos por el Cambio.

Por su parte, Morales trató de desdramatizar la situación y se refirió a la ausencia de Manes, donde no disimuló sus intenciones. “Ayer no lo invité al acto, porque él quiere ser candidato, ya si invito a otro candidato es para que vayamos al psicólogo”, ironizó el mandatario jujeño frente a la situación.

De cualquier modo, las internas ya se empiezan a hacer sentir en el nicho de radicales “rebeldes” cuyas filas nuclean no sólo a Morales y Manes, sino también figuras como Martín Lousteau o, en territorio bonaerense, a Gustavo Posse.

Mientras tanto, del otro lado de la grieta opositora, las miradas están depositadas en la pugna macrista por la candidatura presidencial, donde los actores centrales son Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich, con la incógnita pendiente de Mauricio Macri.