Las estrategias electorales del oficialismo y la oposición ponen las PASO en el centro de la polémica. Cuando el macrismo era gobierno intentó suspenderlas. En ese momento el peronismo se opuso. Ahora es la administración de Fernández la que sugiere que los altos costos de las primarias no las justifican.

El hecho de que hayan sido los oficialismos los que buscan derogarlas (y la oposición la que prefiere mantenerlas) sugiere que las primarias juegan un rol específico en las consideraciones electorales. En ese sentido, cabe preguntarse, ¿qué papel tienen las PASO? ¿Por qué los oficialismos preferirían que no se usen?

En primer lugar, es importante tener en cuenta que en las elecciones de medio término como las que se van a realizar en 2021, los votantes suelen dispersar más el voto que en las elecciones que coinciden con las presidenciales. Dicho de otro modo, los votantes están más dispuestos a “sincerar” sus preferencias antes que votar estratégicamente como lo hacen mayormente en las presidenciales. Esta situación suele perjudicar a los oficialismos. Asimismo, estos últimos arrastran ya dos años de gestión, y suelen perder apoyo electoral producto del desgaste obvio del ejercicio del poder. Estos factores resultan en que los gobiernos suelen enfrentarse en las elecciones de mitad de mandato a un escenario en donde la pérdida de votos es una posibilidad real (aunque, naturalmente, puede no ocurrir).

En este contexto, las PASO pueden servirle a los ciudadanos como un mecanismo de coordinación para elegir la opción que mejor quede posicionada para hacerle frente al gobierno. Dicho de otro modo, las PASO le ofrecen información muy útil al votante sobre cuál es la mejor opción opositora de cara a la elección “real” de octubre. Así, pueden cambiar su voto de agosto a octubre alineándose detrás de la alternativa que salió mejor posicionada en la primaria. El resultado podría ser que buena parte del voto “no-oficialista” se unifique e incluso lleve al oficialismo a una derrota. Las PASO hacen que esta opción sea más factible.

En un contexto económico complicado, el riesgo de una derrota en octubre es real (aunque es demasiado temprano para asegurarlo). Las PASO, entonces, son una herramienta que podría facilitar una eventual derrota. No sorprende entonces que el oficialismo prefiera que no se hicieran.

La oposición, por su parte, tiene bastante para ganar con la realización de las primarias. A pesar de la debilidad del gobierno, no la tiene tan fácil en octubre. Renueva una muy buena elección de 2017 y encima se enfrenta a un peronismo unificado. Todo lo que le sirva para potenciar su desempeño electoral es bienvenido. Las PASO pueden ser útiles en este respecto: en agosto podría haber bastante atomización del voto opositor (con la aparición de terceras fuerzas provinciales y nuevos partidos de derecha). Pero nuevamente, es probable que esos votos coincidan en Juntos por el Cambio en octubre, una vez que quede claro que es la mejor opción para los votantes contrarios al gobierno. Así, las PASO pueden servirle a la oposición de la misma manera que perjudicaron al gobierno.

En este 2021 volveremos a discutir la utilidad de las PASO. Se mencionará su costo y su utilidad. Por lo bajo los partidos pensarán en su conveniencia electoral.    

*PhD en Ciencia Politica. (UNSAM-UTDT). Twitter: @jjnegri4