Mientras las negociaciones entre oficialismo y oposición avanzan en busca de limar diferencias y llegar un consenso que permita aprobar el acuerdo con el FMI esta semana, el sector empresario ya emitió su voto. De forma unánime, tanto el influyente “Grupo de los 6”, que incluye a los representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de la Construcción, la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos Argentinos y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, por un lado; como el sector de las Pymes, representado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), entre otras, se manifestaron abiertamente en contra de la posibilidad de que el país entre en default y presionan para que el Congreso apure el trámite.  

“Es muy simple: si no hay un acuerdo, los proveedores de materias primas van a dolarizar precios y los bancos van a encarecer las tasas y a achicar los plazos para el financiamiento. Es necesario llevar tranquilidad”, sentenció en diálogo con Diagonales Marcelo Fernández, presidente CGERA.

Fernández dejó en claro este martes frente a los legisladores de todos los bloques presentes en el plenario de las comisiones de Finanzas y Presupuesto que la entidad que preside apoya “lamentablemente” la firma del acuerdo, sólo a los fines de evitar el default. “No somos muy elogiosos de este acuerdo como no lo fuimos para nada del préstamo que tomó el anterior gobierno”, amplió y pidió que a diferencia de otros refinanciamientos alcanzados con el Fondo, éste sirva para “apostar definitivamente a la producción y el trabajo” que genera su sector. 

El sector empresario pide evitar el default: "Cualquier incertidumbre en lo político se va a trasladar a lo económico"

“Cualquier incertidumbre en lo político se va a trasladar también a lo económico”, agregó el empresario en relación a la posibilidad de que no haya dictamen favorable en las próximas horas y que el proyecto ley con el acuerdo no pueda ser votado esta semana. El plazo marcado a rojo en el calendario es el 22 de marzo, día límite para el default. 

Desde el sector de las Pymes también expuso ayer Alfredo González, presidente de la CAME. “Hemos aprendido del pasado reciente, la sensación de pago no es una opción”, sostuvo. El acuerdo debe considerarse una oportunidad para despejar el horizonte de la política macroeconómica y reorientar los esfuerzos del mercado interno”, agregó. 

"Creemos que hay que arreglar con el Fondo porque nosotros necesitamos acceso a los mercados financieros internacionales. Una declaración de la Argentina de no pago significaría lisa y llanamente salir de cualquier alternativa de financiamiento", dijo a Télam por su parte el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja. "Tenemos una deuda que se va a refinanciar pero que además tenemos que transformar la reactivación de 2021 en una etapa de crecimiento, y tiene que ser con una fuerte promoción del sector exportador", agregó el dirigente empresario, casi parafraseando al ministro de Economía, Martín Guzmán.

"Acordar con el FMI es imprescindible”, apuntó por su parte Natalio Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio, en un mensaje que también apuntó directamente al sistema político. “Lo ideal es que pueda salir por unanimidad en este Congreso o por una amplia mayoría", dijo. 

El sector empresario pide evitar el default: "Cualquier incertidumbre en lo político se va a trasladar a lo económico"

El que fue más allá fue el presidente de de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi. “Leyendo la letra chica, es muy positivo para el país”, elogió. De todos modos, reclamó que se avance en un acuerdo de todas las fuerzas, que permita “un crecimiento” del país, “algo que hoy no tenemos”. “Nada podría hacerse sin un plan económico real, un plan económico verdadero”, agregó.

Más crítica fue la voz de Leo Bilanski, titular de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC). “Si hubiésemos sido convocados a participar de la decisión de embargar nuestro país con el FMI nos hubiéramos opuesto de forma contundente”, dijo en referencia al crédito stand-by que tomó Mauricio Macri en 2018 y que no pasó por el Congreso. 

Bilanski aseguró que dará un “apoyo institucional, pero no incondicional”. “Está más claro que nunca que si la reestructuración con la deuda no es acompañada por un plan para desmonopolizar la economía, serán las Pymes y los trabajadores quienes llevar el acuerdo sobre las espaldas”, se quejó. Y apuntó tanto contra Macri como contra el Grupo de los 6, que lo precedió en la palabra. “Esta verdadera tortura social tiene nombre y apellido: fue Mauricio Macri y todo lo que eso conlleva”, sostuvo. Respecto de los grandes grupos económicos, disparó que fue vergonzoso cheque en blanco que dieron y que deberían ser investigados ante la fuga de divisas”.