Tras enfrentarse en varias oportunidades con la Iglesia Católica, tal vez en un guiño hacia un sector del electorado, ahora el presidente Javier Milei decidió nombrar a la “Santísima Virgen María” como Comandante Generala de la Gendarmería Nacional. 

Así lo estableció a través del Decreto 675/2025, que también firmó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, publicado este viernes en el Boletín Nacional. 

El texto señala que la Virgen María “fue reconocida por la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, tiene singular significado para los habitantes de la República Argentina y está presente en la historia y la identidad de los integrantes de la Gendarmería Nacional Argentina”. 

Por ese motivo, además de nombrarla Comandante Generala de la fuerza, ordena al jefe de Gerndarmería “adoptar las medidas necesarias relativas a la entronización y honores militares pertinentes”. 

La medida en sí no sería llamativa en un Estado católico como el argentino. Sin embargo, se trata de un Gobierno que en inumerables oportunidades ofendió a la Iglesia Católica al insultar al Papa, por entonces al Papa Francisco. 

Por otro lado, la medida se da en medio de un escenario de fuerte crisis política e inestabilidad económica. Con un dólar oficial imparable, tres días consecutivos de venta de reservas para intentar contener a la divisa dentro de las bandas, fuertes internas dentro de Casa Rosada, tres derrotas legislativas al hilo y protestas masivas en contra de los vetos presidenciales, Milei parece no darse cuenta de la gravedad de la situación.