Comienza el mes de septiembre y entra en vigencia también el nuevo esquema de segmentación tarifaria de energía eléctrica y gas. Con unos 9 millones de usuarios inscriptos para mantener los subsidios, el nuevo modelo de cobro se pone en marcha con modalidad bimestral, de manera que el impacto en las facturas se hará sentir recién a partir de octubre.

En tanto, si bien la campaña de inscripción tuvo un fuerte alcance, todavía hay unos 5,9 millones de usuarios que no se inscribieron al Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) -por una diversidad de circunstancias o porque lo hicieron pero sus ingresos corresponden a un nivel superior- y que pasarán a pagar tarifa plena en un proceso de reducción bimestral.

Por su parte, desde el Gobierno anunciaron que “saldrán a buscar” a los usuarios que necesiten del subsidio a los servicios de energía y todavía no se inscribieron en la nómina para recibirlos. Mientras tanto, se está evaluando la posibilidad de incorporar en los subsidios a determinadas entidades educativas, religiosas, deportivas y sociales.

En ese sentido, se espera que esta primera tanda de facturación con el nuevo esquema llegue con un 20% de aumento tanto para los usuarios registrados de “ingresos altos” como para los que no se registraron en el formulario de segmentación, una suba que se estima alrededor de los $850 en promedio.

Si bien los usuarios de “medios ingresos” no sufrirán aumentos, el Gobierno decidió establecer un tope de consumo eléctrico de hasta 400 kWh mensuales por hogar. En caso de superar ese techo, se cobrará el excedente con la tarifa no subsidiada. Por último, los sectores de “ingresos bajo” y/o tarifa social mantienen los subsidios. En cuanto al gas, los hogares de “ingresos altos” también también abonarán un 20% más, y se conoce que se impondrán topes al consumo dependiendo de la zona geográfica del domicilio para los de “medios ingresos”.