Tras semanas de proyecciones y expectativas, las elecciones de Neuquén dieron como resultado el triunfo del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y, con el diario del lunes bajo el brazo, cada sector político en disputa decidió posicionarse del lado más conveniente de la grieta.

Desde que se conoció la victoria de Omar Gutiérrez, tanto Cambiemos como el kirchnerismo y el peronismo “de la avenida del medio” han salido al cruce por ver quién es el gran perdedor de la elección neuquina y cómo deja posicionado el mapa electoral para cada fuerza.

Así lo ha demostrado la actitud de Cambiemos, sector que ha decidido mostrarse “aliviado” ante el ojo mediático, no tanto por el triunfo del MPN sino por la derrota del supuesto “candidato de Cristina” Ramón Rioseco, en cuya figura se depositaron exacerbadas expectativas y ahora es posicionado como mariscal de la derrota. La ligazón de la derrota de Rioseco a CFK ha sido el as de Cambiemos para intentar debilitar, a como dé lugar, la figura de la ex Presidenta. No faltó incluso, el saludo y felicitación del cambiemita local, Horacio “Pechi” Quiroga, hacia el candidato victorioso.

 Mientras tanto, la elección del domingo sirvió como respiro para avanzar con el complejo escenario que Cambiemos encuentra en Córdoba, ahora fraccionado de manera definitiva entre los candidatos del radicalismo y de macrismo. Mientras los medios fogonean la alarma de crisis en el partido, también gravitan las sospechas de un acuerdo con Schiaretti para negociar la paz con la Casa Rosada.

No obstante, el kirchnerismo decidió cantar retruco y no dejarse amedrentar por la pérdida de Unidad Ciudadana en Neuquén y el intento por adjuntar a Cristina Fernández de Kirchner al cuadro de la derrota. “Ella le gana” fue el lema con que empapelaron las principales ciudades del país, en un operativo clamor encabezado por el Frente Patria Grande, sector que ubica a Juan Grabois como una de sus caras principales.

El despliegue de afiches un día después de las elecciones, fue leído como una clara respuesta y declaración de revancha a la oleada de chicanas que echaron en cara la “zoncera” del ala K que se envalentonó antes de tiempo con los resultados de Neuquén.

Por su parte, el peronismo “moderado” nucleado en Alternativa Federal volvió a apostar su ficha predilecta y adjudicó la elección neuquina al presunto hartazgo “de la gente con la grieta”. Fue el legislador Miguel Ángel Pichetto quien buscó hacer pie sobre la derrota de ambos y remarcó a través de twitter “un techo muy bajo para la proyección nacional de Unidad Ciudadana” como también “el fracaso del actual gobierno”.

Con chicanas cruzadas que tienen tanto gusto a alivio como a nerviosismo, las principales tres fuerzas se posicionan de cara a la veintena de elecciones que aun quedan por delante.