¿Cómo podemos aprovechar el tiempo que le queda?, piensa el Departamento de Estado norteamericano. ¿En dónde podemos avanzar territorialmente?, se pregunta el Almirante Kurt W. Tidd, máxima autoridad del Comando Sur, mientras patrulla el Atlántico.

Instalar de modo urgente bases norteamericanas y acuerdos coloniales con los británicos antes de que vuelva el “populismo”. Volver irreversible la colonización.  Básicamente porque estamos en guerra y necesitamos de sus Recursos Naturales. Este puede ser a groso modo el pensamiento del imperio.

Vayamos al punto. Este gobierno no es lo mismo. No es simplemente un gobierno neoliberal. El proceso de extranjerización de un país puede tardar décadas y darse por varias etapas, en varios aspectos de su economía. Pero cuando la extranjerización es directamente sobre el territorio se llama ocupación.

Desde la dictadura genocida en Argentina se dio un profundo proceso de apertura comercial y destrucción del aparato industrial nacional. Si bien los militares conservaron algunas de sus joyas para evitar internas en las fuerzas, la financiarización de la economía argentina arranca con la dictadura pro norteamericana de Martínez de Hoz. Fue luego durante la democracia cuando más se deterioró la estructura industrial nacional. Básicamente porque el mito fundante de esa democracia fue la derrota militar en Malvinas. Los festejos del retorno democrático coinciden con una sombra en el espíritu nacional. La sombra de los caídos. La oscura presencia del opresor victorioso a pocos kilómetros de la nación.

Toda derrota bélica se paga. Y como toda guerra, los vencidos deben firmar las pautas de rendición. Desde Versalles a esta parte se sabe que la imposición del sistema político de gobierno, la deuda y fundamentalmente la destrucción de la industria bélica del país vencido son clausulas fijas. Y también es bien sabido que el motor de toda industria nacional es de origen militar. Sin altos hornos, sin acerías, sin Fabricaciones Militares la industria nacional tiende a desaparecer. Y sin industria no hay trabajo. Y sin trabajo hay desocupados.

Conclusión: Los desocupados de la Republica Argentina son el resultado de la derrota en Malvinas. La rendición implicó la desindustrialización.

¿Cómo podemos ser tan cándidos de suponer que un país puede crecer, estructurarse en un proyecto de nación, engrandecer su industria y distribuir su población teniendo enfrente una base militar enemiga a 500 Km?

¿Alguien puede ponerse de pie con una bota aplastándole la cara?

Las privatizaciones menemistas completaron el escenario. En ese momento fueron los servicios públicos vendidos al extranjero como joyas de la abuela. El proceso de extranjerización avanzaba en el sentido de controlar el flujo económico, de direccionar la riqueza monetaria nacional hacia afuera.

El primer país del mundo que privatiza su empresa petrolera. La venta de YPF corona el proceso de extranjerización de la economía nacional.

Pero hay algo más para privatizar aún.

El aumento exponencial de la población mundial en los últimos 50 años y el incremento descomunal de la industrialización hacen evidente el escenario que Juan Domingo Perón pronosticara ya en 1953. El mundo estará ávido de comida y materia prima. Sin integración regional seremos pasivos observadores del saqueo a nuestras naciones. Es lo que estamos viviendo.

Cuando se trata de esta nueva forma de privatización sobre los Recursos Naturales hay que tener en cuenta algunas diferencias con respecto a las privatizaciones del flujo económico.

No se trata de flujo en este caso, sino directamente de stock, es decir, toda empresa que se instala en nuestro país para extraer un recurso natural controla a su vez una porción de territorio. Lo que se privatiza en este caso es el territorio mismo.

Pero nos hicimos los desentendidos con este proceso de extranjerización territorial y sus protagonistas transnacionales como Barrick Gold, Chevron y Monsanto. El ingreso de divisas y las fuentes de trabajo justificaron la colonización.

Ahora la cosa pasó a castaño oscuro.

¿Cómo no despertó alarma en civiles y militares un presidente que niega en su asunción jurar por la Patria?

¿No es acaso el patriotismo un valor ineludible para ejercer la Primera Magistratura? ¿Para ser Comandante en Jefe?

Frente a las Islas Malvinas hay un territorio hermoso, pleno en diversidad genética, en recursos naturales y agua dulce del más excelso nivel.

Esas tierras patagónicas son ocupadas por terratenientes británicos, oh casualidad, de la misma nacionalidad de los que usurpan las Malvinas.

Pero por si fuera poco tal grado de indignidad, han tenido estos terratenientes el aval para construir en Sierra Grande, Playas Doradas, Provincia de Rio Negro, un aeropuerto privado. No para avionetas. Una pista de aterrizaje de las dimensiones del aeroparque Jorge Newbery. Repito: Un magnate británico tiene frente a las islas Malvinas un aeropuerto privado con capacidad logística militar.

¿Qué dijo el presidente de la nación, Mauricio Macri, cuando fue increpado en una conferencia de prensa sobre el asunto? No pasa nada, Lewis es mi amigo.

Eso tampoco indignó a los argentinos.

Es a las claras un gobierno de ocupación. No alcanza con identificar cuál es su orientación ideológica. Basta con ver cómo colabora en la geopolítica. Habrá que superar las discusiones por modelos ideales de sociedad, habrá que superar las urgencias del ajuste económico para poder ver y analizar la situación, no solo como ciudadanos con derechos, sino como argentinos en riesgo. Hace falta que toda la dirigencia argentina hable del terrible riesgo que implica para la Defensa Nacional este espantoso escenario. Entre otras cosas el silencio cómplice respecto a la incertidumbre del sospechoso incidente que hizo desaparecer el submarino ARA San Juan.

A la dirigencia preocupada por sus especulaciones de cara al 2019, frente a este escenario de usurpación territorial, le cabrá la condena por traición a la Patria. No pueden poner por delante sus ambiciones de protagonismo electoral cuando el territorio argentino está siendo usurpado. El pueblo de la nación se los demandará. Cuando la Patria está en peligro todo es licito, menos no defenderla.

*Sociólogo UBA. / Maestrando en Defensa Nacional - UNDEF