Escándalo: Martín Menem ya cobró $6.500 millones de Banco Nación, el Hospital Favaloro y la SRT en la Era Milei
Tech Security SRL, la empresa estrella del Presidente de la Cámara de Diputados, fue beneficiada con licitaciones multimillonarias por parte del Estado pese al evidente conflicto de intereses. La compañía está en manos de sus hermanos, que visitaron 15 veces la Casa Rosada el año pasado. Un viaje a los '90.
Martín Menem sortea su dieta parlamentaria todos los meses, pero eso no significa que no viva del Estado: desde Tech Security SRL, su empresa estrella, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación extiende su imperio de servicios de vigilancia y custodia al fútbol, la música, la política, y, especialmente, el sector público. Una investigación exclusiva de Diagonales develó una comprometedora situación de conflicto de intereses existente en el seno de su emprendimiento privado: en lo que va del Gobierno de Javier Milei, el legislador libertario obtuvo $6.500 millones en licitaciones del Banco Nación, el Hospital Favaloro y la SRT. Arreglos a la medida de su apellido.
Pese a ser sobrino del expresidente Carlos Saúl Menem, el titular de la Cámara Baja tiene más pasado como empresario que como dirigente político. Apenas egresó de la escuela comenzó su propia aventura en el mundo privado con una compañía que comercializaba insumos proteicos. Fue el puntapié inicial de una larga lista de firmas del dirigente y su familia; la más importante, por relevancia en el mercado y por sus consecuencias políticas, es la que aquí atañe: Tech Security SRL, una empresa que creó en 2002 junto a sus hermanos Fernando y Eduardo. Los nombres son importantes.
No es noticia que la compañía presente una prolongada trayectoria como adjudicataria del Estado. Lo que sí es nuevo, como se mencionaba líneas más arriba, es la posición que actualmente detenta Martín Menem: lejos de ser solo un agente privado y emprendedor multifacético, el riojano es diputado nacional, preside la Cámara Baja y se ubica en el cuarto puesto de la línea sucesoria del Poder Ejecutivo. Desde que asumió como legislador provincial en 2021, pero más aún desde que ocupó su banca en 2023, los contratos con el sector público deberían haber sido cortados de cuajo – pero, como lo muestra este informe, terminó ocurriendo exactamente lo contrario.
Las licitaciones: $6.500 millones, plazos extraordinarios y prórrogas en puerta
El 2 de julio de 2024, Tech Security ganó una licitación por $30.835.200 para hacerse cargo de la seguridad de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), un organismo autárquico bajo el ala del Ministerio de Capital Humano. El área buscaba un “servicio de vigilancia privada para las Comisiones Médicas y Delegaciones” por 12 meses y la empresa de los Menem acudió al llamado. La contratación concluye pronto -el 31 de julio próximo-, pero incluye una opción a prórroga que quedará a juicio de las autoridades.
La segunda operación durante la Era Milei llegó el 11 de diciembre de 2024. El adjudicatario fue el Hospital General de Agudos Dr. René Favaloro, un centro médico dependiente del Estado Nacional que por entonces requería un servicio de “seguridad y vigilancia”. La institución congració a Tech Security con un mega contrato de doce meses: por los primeros seis desembolsó la extraordinaria cifra de $1.312.819.200, mientras que el segundo semestre tendrá una “redeterminación” y todavía no fue tasado, presuntamente a la espera de la inflación. Una estimación modesta apunta a un pago total de más de $2.625 millones.
La tercera, además de la más reciente, es la más jugosa. El 4 de julio pasado, Tech Security se hizo con una impactante licitación por $3.933.026.608 de parte del Banco Nación. La institución, de propiedad estatal, seleccionó a la compañía para que preste “seguridad privada a los establecimientos de Casa Central, Centro de Procesamiento Paralelo, Edificio Maipú, Edificio de Funcionarios y Aeroparque Internacional Jorge Newbery”. La contratación ya fue preadjudicada y rompe con el molde por su curiosa extensión: son 24 meses con posibilidad de extensión a otros 24; o, lo que es lo mismo, unos posibles cuatro años pagándole $8.000 millones al emprendimiento privado menemista con fondos públicos.
La maniobra de Martín Menem y las 16 visitas de sus hermanos a Casa Rosada
Cauto, cuatro días antes de su juramento como diputado nacional, Martín Menem cedió la porción accionaria que poseía en Tech Security. Nada cambió, porque la empresa quedó a nombre de sus hermanos Fernando y Eduardo y de su socio de larga data Pablo Ariel Vázquez. La transferencia se firmó el 6 de diciembre de 2023 pero fue publicada recién en febrero del año siguiente. La decisión no evita la situación de conflicto de intereses ya que sigue siendo una compañía fundada por el legislador y dirigida por su familia sanguínea más íntima; familia que, además, tiene profundos lazos con el Gobierno Nacional.
En 2024, un informe del diario Perfil reveló que los hermanos de Martín Menem son asiduos visitantes de la Casa Rosada. Fernando, dueño de 40 acciones de Tech Security, asistió al Palacio de Gobierno dos veces en marzo, una en abril, cuatro en mayo, cuatro en junio y una en agosto; Eduardo, dueño de 19 acciones, acudió en una oportunidad en marzo, otra en abril y dos más en mayo. Si el poderoso puesto del legislador riojano bastaba para elevar sospechas sobre posibles contrataciones discrecionales, la controversial agenda de su familia solo echa más leña al fuego.
En muchos casos, situaciones como esas están prohibidas en los propios estatutos de las instituciones contratantes. Es lo que ocurre por ejemplo en el Hospital Favaloro, cuyo reglamento, según recogió ElDisenso, detalla en su artículo 8° las causales por las que hay “personas no habilitadas” para ser adjudicatarias: el tercer punto señala que “las sociedades integradas por personas humanas y/o jurídicas cuyos miembros sean agentes y/o funcionarios de la administración pública nacional, provincial o municipal” no pueden ser seleccionadas en licitaciones públicas. Con Tech Security hicieron la vista gorda.
El histórico apellido Menem
Los $6.500 millones entregados a la empresa menemista durante la Era Milei parecen ser solo la punta de un iceberg que en sus profundidades oculta escándalos todavía mayores. Como mención al paso cabe destacar lo que pasó con contrataciones como las de Enargas y el Teatro Nacional Cervantes con las que contaba la compañía de Martín Menem hasta 2023, pero que desde su llegada al Congreso le fueron legadas a la firma Global Protection Services (GPS) de Nicolás “El Turco” Hazaff, un agente privado presuntamente vinculado a la histórica familia. Diagonales brindará más detalles en un nuevo informe muy pronto.
Es menester comentar, también, que muchos Menem ocupan puestos de máximo poder e influencia en el Ejecutivo: desde Sharif Menem, un joven que obtuvo un cargo exclusivo en el Parlamento y es uno de los dirigentes más importantes de la juventud libertaria; pasando por Carola Fabiana Menem, asesora categoría A–6 del senador oficialista Juan Carlos Pagotto; y llegando hasta Eduardo “Lule” Menem, un funcionario de máxima confianza del Gobierno que se dedica a la rosca de La Libertad Avanza (LLA) junto a la hermana presidencial Karina Milei.
De vez en cuando, la Argentina muestra indicios de un recorrido cíclico, circular. Como un péndulo, los apellidos vuelven, las coyunturas se repiten y las polémicas se reeditan. En momentos así resulta necesario fijar algunas ideas fundamentales desde las que dar el debate público: el pasado de Martín como empresario no lo exime del escándalo, la cesión de sus acciones en Tech Security no elimina el conflicto de intereses, y el paso del tiempo no olvida ni borra lo ocurrido durante los ‘90. En la Argentina, una semana es un siglo, pero 35 años son solo unos días.