Escándalo: Renunció el superintendente de Salud, y lo reemplaza el “cerebro” detrás de las intervenciones sobre las obras sociales
Gabriel Oriolo anunció que deja su cargo al frente del organismo descentralizado del Ministerio de Salud, que controla a los prestadores en el área. Lo sucederá Claudio Stivelman, al que se lo apunta como pilar del modelo de vaciamiento de las coberturas sindicales y de beneficio para los empresarios amigos.
Una de las marcas registradas en el área de Salud desde el comienzo de la era Milei en el Estado nacional es la de ocupar los dos lados del mostrador. Ese halo de nula imparcialidad también está presente desde el inicio de la administración de La Liberad Avanza en la Superintendencia de Salud (SSS) y algo huele mal.
Con esta doble vara llegó el actual ministro de la cartera sanitaria Mario Lugones, que en las últimas semanas decidió escalar a fondo en el conflicto por la falta de financiamiento del Hospital Garrahan, y se lo señala por presuntos manejos irregulares en la institución pediátrica.
El funcionario, que proviene de la Fundación del Sanatorio Güemes e intervino en el ajuste del PAMI en la década del ´90, fue a fondo con los recortes en su área.
Allí se incluyen la reducción del presupuesto hospitalario; la disminución de los fondos para el Instituto de Salud Dr. Carlos G. Malbrán; los recortes en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS); y, otros ajustes en hospitales especializados, como el Bonaparte o el Baldomero Sommer.
Tampoco salió indemne de la motosierra la Superintendencia de Salud, que sufrió una reducción de casi el 70 por ciento de su presupuesto y que está en la órbita del área que maneja Lugones. Este mismo organismo descentralizado que regula a las prepagas y a las obras sociales está en el ojo de la tormenta.
En línea con los mandamientos del ministro de Desregulaciones Fedetico Sturzenegger, Lugones impulsa desde “la Super” la asfixia de los gremios, con el traspaso de los negocios a los jugadores privados “amigos”, dejando a las coberturas sindicales con prestaciones mínimas.
RENUNCIA Y MISTERIO
En las últimas horas se conoció que Gabriel Oriolo dará un paso al costado como titular de la SSS a la que llegó a comienzos de 2024, cuandoreemplazó a Enrique Chiantore, que tuvo una fugaz gestión.
Lugones repartió palabras de elogio para el saliente Oriolo y recalcó que bajo su gestión hubo “cambios muy importantes que eran necesarios para mejorar el sistema de la seguridad social y la medicina privada”.
Oriolo había dejado su puesto como directivo de OSDE, donde trabajó 30 años, y forma parte de un andamiaje oscuro de la Superintendencia que cada vez toma más repercusión.
Se multiplican los rumores por el escándalo por el supuesto esquema de vaciamiento “libertario” de las entidades que prestan asistencia sanitaria a los trabajadores en relación de dependencia.
Esto salió a la luz luego de que ocho prestadoras de salud sindicales fueran intervenidas por la SSS. A esto se suma una batería de medidas y reglamentación que desde los gremios concluyen que son “persecutorias”.
Un nombre clave en toda la operatoria es el de quien será el sucesor de Oriolo, que argumentó su salida por los ya clásicos “motivos personales”. Se trata del hasta ahora Gerente General de la Superintendencia Claudio Stivelman, que había tenido que renunciar formalmente como Director Médico de la prepaga Modum Salud para asumir.
De acuerdo a lo recabado por Infogremiales, las sospechas surgen tras el plan de Lugones, Oriolo y Stivelman de crear el Registro Nacional de Agentes del Seguro de Salud (RNAS), que reemplazó al antiguo Registro Nacional de Obras Sociales (RNOS), y que incluye a las obras sociales nacionales y a otros agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud.
Con el control del movimiento de los afiliados a partir de este nuevo sistema de datos, la Superintendencia haría uso discrecional de los beneficios hacia ciertos prestadores y empresarios, en desmedro de otros. Se menciona en esta investigación que habría casos de entidades que habrían desembolsado 200 mil dólares para obtener un número de registro.
Tras la intervención en la Obra Social del Turf, comenzó a resonar que el pedido más activo para esta medida fue a través de Stivelman, y que quien se vio directamente beneficiado fue “casualmente” Modum Salud.
Y luego, con la intervención de la obra social del Personal de la Industria del Chacinado en marzo de este año, se dio a conocer un escrito presentado en un documento PDF por un “arrepentido” en el que se denunciaba la táctica de vaciamiento por parte de la SSS, para quedarse con los padrones de afiliados del sistema de salud solidario. A esa altura, la crispación en el organismo era total.
Como parte del modus operandi se incluía en el texto que había una preselección de obras sociales a las que se apuntaría por parte delos funcionarios que elevarían las auditorías, a lo que seguirían informes de los supuestos desmanejos, con destino a funcionarios para su aprobación y firma. Todo con la premisa de perseguir y destruir.
Además de los mencionados nombres propios impulsores de esta iniciativa en favor de algunos actores “amigos” de la administración “libertaria” figuran el de Sergio Stivelman, hijo de Claudio, que pertenece al círculo de asesores de Lugones.
Y también formarían parte de esta polémica triangulación Miguel Ángel Domina, que es el Gerente de Prestaciones de la Superintendencia; y, Juan José Picón, que lleva adelante la empresa de software SAAS. Otro nombre es el de Luciano Castello, que sería quien controla Modum.
La lista promete extenderse a otros jugadores privados que ocupan los dos lados del mostrador. Prestadores que al mismo tiempo son funcionarios, con un Estado amigo que les tiende la mano.