El peor brote de dengue de la historia argentina castiga con fuerza a un país muy distinto al que enfrentó hace apenas unos años la pandemia del Covid-19. Un estudio reciente de la revista científica The Lancet comparó resultados de la gestión de la pandemia en los países de la región, ubicando a la Argentina entre los que mejores respuestas generaron. Una de las menores tasas de exceso de mortalidad y la menor caída de la expectativa de vida entre los países relevados fueron los resultados argentinos, incluso, superiores a los indicadores de países como EEUU o algunos europeos.

Aquel Estado presente, que se hizo cargo de la emergencia y dispuso todos los recursos y regulaciones a su alcance para enfrentarla, dista muchísimo del Estado ausente, completamente borrado a nivel nacional, que hoy deja a los ciudadanos librados a un sálvese quien pueda y le tira la responsabilidad a las provincias de enfrentar en soledad la epidemia del dengue al mismo tiempo que las desfinancia y les recorta recursos. Desde la ausencia total de comunicación pública a partir de la eliminación de la pauta oficial, a la inaceptable disparada del precio de los repelentes y su falta de stock, el dogmatismo irracional del libre mercado hace gala de su ineficacia para abordar una crisis sanitaria que crece y que, lo peor de todo, parece ni siquiera sensibilizar a las autoridades nacionales ante el padecimiento y la angustia de la población.

En la provincia de Buenos Aires la situación es otra. A pesar de los recortes de fondos y transferencias por parte del Gobierno nacional, la gestión de Axel Kicillof sostiene y profundiza los esfuerzos que vienen desde el año pasado para dar una respuesta efectiva a un brote que era a todas luces esperable. “Sabíamos que la situación iba a ser complicada, porque el año pasado ya había sido la peor temporada y nada hacía pensar que este verano no fuera a ser aún peor” dicen desde el Ministerio de Salud bonaerense que conduce Nicolás Kreplak a Diagonales. En ese sentido, explican que “hubo un trabajo que se realizó durante todo el año pasado y no solo no se desarmó, sino que se intensificó pensando en lo que podía suceder con la llegada del verano”.

Estado presente vs sálvese quien pueda: el contraste PBA-Nación en la lucha contra el dengue

En concreto, en la PBA se establecieron un comité de emergencia (COE), una sala de situación, una mesa de trabajo y un plan de acción de urgencia para atender la contingencia a partir de los casos del año pasado. “El dengue estuvo en una situación complicada en 2023, y viendo los pronósticos y lo que sucedía en el norte del país, se decidió no desarticular ninguno de esos dispositivos pensando en esta nueva temporada. El laburo siguió todo el año” comentan desde Salud.

El trabajo articulado, interministerial y multidisciplinario implicó acciones a lo largo de los meses previos a la llegada del calor y que continúan con más fuerza hoy, en pleno brote epidémico. Operativos territoriales, descacharreo, capacitación y formaciones, armado de guardias con unidades febriles, producción de repelente, campañas de comunicación y difusión públicas son algunos de los esfuerzos que no se abandonaron y que hoy permiten una mejor base para enfrentar la complicada situación sanitaria.

“Lo que no nos imaginamos nunca es que iba a haber una ausencia tan grande por parte del Estado nacional, por ejemplo en lo que tiene que ver con campañas de difusión y prevención, o en la regulación del mercado de los productos que repelen el mosquito. También desde la nación llegaban recursos como reactivos, becas para fortalecer los equipos territoriales, pero ahora no hay nada de eso” comentan desde la cartera sanitaria bonaerense a este medio, al tiempo que resaltan una preocupante “falta de empatía, acompañamiento y preocupación por la situación” por parte del Gobierno nacional.

Estado presente vs sálvese quien pueda: el contraste PBA-Nación en la lucha contra el dengue

ESTADO PRESENTE

La provincia de Buenos Aires cuenta con 3000 promotores y promotoras de salud en los 135 municipios. Estos son los agentes que llevan la intervención del Estado a cada barrio, a cada territorio. En lo que va del 2024 ya se realizaron más de 1400 operativos territoriales para enfrentar la problemática del dengue. Durante esta semana fueron un total de 86 operativos en 30 distritos.

“Lo más importante es reducir los reservorios del mosquito en las casas. Es un mosquito muy domiciliario. Hacemos alrededor de 150 operativos territoriales por día en los barrios, entre Provincia y municipios. Ahí encontramos zonas de muchos casos y ahí entregamos la mayor parte del repelente” explica el ministro Nicolás Kreplak.

El seguimiento del dengue a nivel epidemiológico tiene muchos puntos de contacto con lo que fue la situación del Covid-19. Los casos que se registran en los territorios se cargan en el sistema nacional de vigilancia, porque se trata de una enfermedad de reporte obligatorio, y de esa manera la información se sistematiza y puede ser analizada en tiempo real para tomar las decisiones de intervención. Así se busca controlar el brote, cuyo estado de situación puede seguirse en forma pública desde el boletín epidemiológico en la página del Ministerio.

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En paralelo a esto, Instituto Biológico “Tomás Perón” fabrica 10 mil frascos de repelente por semana para distribuir fundamentalmente en hospitales y centros de salud. De esa producción, la mayoría se destina a los operativos de abordajes territoriales en los barrios donde se identifican focos epidemiológicos. “Repelente estamos fabricando desde finales del año pasado a la máxima capacidad de producción, el Laboratorio de la PBA nos permite fabricar hasta el momento 10 mil frascos por semana, que nosotros los distribuimos en hospitales, centros de salud, también mandamos a escuelas, en la medida de lo posible. La mayoría lo llevamos en los trabajos territoriales que hacemos en los barrios con promotores y promotoras de la salud donde encontramos más casos” explica Kreplak.

El contraste con la actitud del Gobierno nacional es particularmente notorio en lo que tiene que ver con los repelentes. Mientras que para Javier Milei los ridículos precios del repelente y la falta de stock, consecuencias de la especulación económica en plena crisis sanitaria, son cuestiones que el mercado debe corregir por sí mismo y la única acción gubernamental pasa por facilitar cuestiones burocráticas para la importación por parte de privados, el Gobierno bonaerense viene previendo la situación y actuando en consecuencia desde hace meses.

“Nosotros empezamos a fabricar esto en noviembre/diciembre, el Gobierno nacional tendría que haber intervenido en diciembre. Nosotros ya estamos en caída de casos, están bajando los casos en la región del centro, del pico máximo. No sé cuantas semanas más quedan, me parece que tiene que intervenir pero por supuesto tendría que haber intervenido antes. Podrían haber hablado con nosotros para decir cómo los ayudamos a producir más, para el Estado nacional, para que lleven a otras provincias” profundiza el ministro de Salud bonaerense.

Para Kreplak, “no es la mejor forma de gestionar echar culpas para atrás. Uno asume el 10 de diciembre y ya sabíamos todos que iba a haber una temporada de muchos casos de dengue. Más que eso hay que sentarse a trabajar”. El ministro resalta que no existe o no se conoce un plan de acción integral por parte del Ministerio de Salud de Nación. Al mismo tiempo, destaca la importancia de la comunicación pública como una herramienta imprescindible para abordar este tipo de crisis, el trabajo que desde esa área se lleva adelante en la Provincia y la necesidad de que el Gobierno nacional abandone su dogmatismo ideológico en pos de un pragmatismo de trabajo para enfrentar la epidemia.

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“En PBA nos la pasamos poniendo comunicación oficial sobre el dengue, ahora ya estamos comunicando sobre la vacuna del VSR porque hay que vacunarse ahora para no tener lo mismo en invierno. También la Nación tiene que ponerse hablar de que hay que vacunarse para evitar las epidemias del invierno. No hubo campaña de comunicación, no se financiaron reactivos para el diagnóstico, innumerable cantidad de cosas que yo creo que hay que hacerlas, hay que sentarse a trabajar” sentencia el Nicolás Kreplak.

ESTADO DE SITUACIÓN EN LA PROVINCIA

En Buenos Aires se presentan casos autóctonos aislados desde la tercera semana de noviembre, y actualmente hay brotes en localidades de 44 municipios. Desde el 27 de agosto del año pasado al 20 de marzo se notificaron 62.043 casos con sospecha de dengue en 130 municipios: 46.035 casos positivos (45.635 confirmados y 400 probables), 1.400 fueron descartados y 14.608 continúan en estudio. Del total de casos positivos, 44.451 son autóctonos y 1.584 son importados.

Hubo hasta ahora un total de 1.811 casos que requirieron internación, 75 que requirieron cuidados intensivos y se notificaron 31 fallecidos. Se identificaron los tres serotipos DEN-1 y DEN-2 y en Morón un caso DEN-3.

X de Nicolás Kreplak

Los municipios con mayores tasas de incidencia son: José C. Paz (4037 casos), San Miguel (2595 casos), Lanús (3413 casos), San Isidro (1889 casos), General San Martín(2182 casos) , Lomas de Zamora (3012 casos), Quilmes(2844 casos) , Avellaneda (1434 casos), Tres de Febrero (1347 casos), Moreno (2028 casos), Florencio Varela (1913 casos), Morón (1098 casos), Vicente López (868 casos), San Fernando(572 casos)  y Hurlingham (560 casos). El distrito con mayor cantidad de casos, por su densidad poblacional, es La Matanza, con 5233 positivos registrados.

Frente a esta situación, desde Salud destacan que el trabajo continuo e ininterrumpido desde el año pasado permitió que no se llegara a una situación de colapso, saturación sanitaria, ni de guardias desbordadas.

El caso del dengue expone con claridad las diferencias entre un Estado presente a la hora de enfrentar crisis y problemáticas de orden social, sanitario, etc., y un modelo de gestión con un Estado mínimo, apenas abocado a intentar controlar algunas variables económicas y que deje todo el resto de la vida social de la población librada al azar o las posibilidades de cada provincia, cada municipio o cada individuo. Un sálvese quien pueda que hubiera resultado catastrófico, por ejemplo, durante la pandemia del Covid-19, tal como fue en los países gestionados en ese período por los referentes que el presidente Milei idolatra.

El dengue parece haber llegado para quedarse, y es tiempo de que el Gobierno nacional abandone su inflexibilidad ideológica, su modo de campaña permanente, y se dedique a gobernar y gestionar para los 46 millones de argentinos y argentinas. Para eso fue votado.