En un hecho inétido, ayer las estaciones de servicio de GNC y varias industrias de todo el país sufrieron un corte de suministro de gas debido a una decisión del Gobierno nacional de priorizar el abastecimiento para usuarios residenciales ante el faltante del producto. A pesar de que se podría haber evitado, desde Casa Rosada respaldaron al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y negaron cualquier tipo de responsabilidad e imprevición. 

“No hubo ni medio milímetro de imprevisión”, afirmó este jueves el vocero presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa en Casa Rosada. El funcionario volvió a hablar de las bajas temperaturas “históricas” para el mes de mayo y afirmó que ya durante la noche del miércoles se comenzó a restablecer el gas en las industrias y en las estaciones de servicio.

Lo cierto es que mientras Vaca Muerta alcanza niveles récords de producción de gas, el país aún no cuenta con capacidad opertativa para eficientizar su uso. Para ello, es necesario terminar con las obras adicionales del Gasducto Néstor Kirchner, que si bien ya está finalizado, restan obras que permitirían transportar un volumen aún mayor. 

El Gasoducto fue proyectado para transportar 22 millones de metros cúbicos de gas por día. Sin embargo, en la actualidad está moviendo 11 millones. Para que alcanza su máxima capacidad operativa, se deberían finalizar las plantas compresoras en Tratayén y Salliqueló; obras que hoy están paralizadas por decisión de Nación. 

A pesar de ello, Adorni aseguró que "Este Gobierno regularizó los pagos por $30.000 millones que eran deuda del gobierno anterior y destinó otros $47.000 millones a la fase de terminación del gasoducto Néstor Kirchner”.

Y añadió: “En cuanto al gasoducto norte, esta gestión licitó y adjudicó la obra a la que ya destino 155 millones de pesos, además de asumir una deuda que dejó el Gobierno anterior con Bolivia por 244 millones de dólares por la importación de gas”.

Pero lo cierto es que la finalización de las plantas compresoras permitirán transportar 22 millones de metros cúbicos de gas por día, a través del Gasoducto NK, y terminar con los problemas de abastecimiento. 

Para que ello sea posible, el Estado nacional debería pagar una deuda de 40 millones de dólares que con las constructoras Sacde y Contreras. Sin embargo, el Gobierno decidió no terminar esas obras que posibilitarían el uso del gas producido en el país y en cambio, gastar 500 millones de dólares para importar GNL desde Brasil. 

De todas formas, Adorni sostuvo que no existió “imprevisión” y defendió la paralización de la obra pública. “No va a haber ninguna modificación en la obra pública en virtud de lo que ha ocurrido en el gas, y que se ha solucionado como anticipé”, afirmó.