Con un peronismo fragmentado, Cambiemos se asegura la hegemonía política en la Argentina actual. A pesar de que la imagen del presidente Mauricio Macri se desploma por la situación económica, hoy continúa como el candidato de Cambiemos en 2019 y todo parece indicar que desde el oficialismo se trabaja para su reelección. En este contexto, el peronismo ofrece un discurso de búsqueda de unidad, que en muchos casos no se materializa a pesar de las declaraciones de sus principales referentes. Felipe Solá dejó entrever sus aspiraciones presidenciales y deslizó un posible acercamiento a Cristina Fernández de Kirchner.

"¿Cómo vamos a conseguir la unidad dónde millones de argentinos que votaron no estén? Ademas, donde la mayoría son peronistas. Hay que registrar además donde están los votos, son los votos de los humildes. Creo que tiene que ser un solo sector y eso se va entendiendo de a poco", señaló el ex Gobernador bonaerense a radio 10.

Además, Solá que entre el 2003 y el 2007 se sentó en el sillón hoy ocupado por María Eugenia Vidal se expresó respecto a sus aspiraciones: "Me gustaría ser candidato a presidente pero soy realista", lanzó.

Según Solá, la tan deseada unidad opositora es el único camino para una victoria en las urnas. A pesar de sostener que "es una incógnita" el futuro de CFK, para Solá, la ex Presidenta es "una persona que han golpeado muchísimo".

Duro con el Gobierno, el ex Gobernador indicó que "estos sí van a dejar una herencia pesada por la situación de la economía, la situación de las personas, de la clase media, de los trabajadores, el costo de vida, de los alimentos, etcétera. Este gobierno nos llevó a esto y muestra que no sabe. Hicieron el desastre del endeudamiento y no saben manejar esta situación".

Con el horizonte electoral cada vez más cerca, y con una economía en crisis donde la inflación tiene en vilo a los argentinos, se espera que luego del mundial se aceleren las reuniones que definirán los candidatos a Presidente. Se seguirán expresando deseos de unidad en el peronismo mientras el Gobierno mirará de reojo los movimientos de las piezas para también tomar decisiones que apunten a mantener el poder.