Ni Jorge Macri ni Martín Lousteau. El elegido por Rodríguez Larreta para sucederlo en la Ciudad terminó siendo Fernán Quirós. El Jefe de Gobierno decidió acompañar este jueves el lanzamiento formal de su ministro de Salud y apoyar abiertamente su nueva aventura con una foto entre ambos, un gesto que todavía no tuvo con ninguno de los otros dos precandidatos.  

El médico especialista en gestión sanitaria y ex director del Hospital Italiano se había convertido en una estrella de la gestión porteña gracias a su exposición durante la primera etapa de la pandemia, lo que pronto se tradujo en las encuestas de imagen que asiduamente se encargan desde la sede Gobierno en Parque Patricios. Pese a la tentación, su postulación fue resistida primero y desmentida después por él mismo y por su entorno más cercano durante meses. Hasta que este jueves decidió que era el momento de salir a la cancha, así como a fines de 2019 aceptó dar el salto de las salas de atención a la función pública.  

La presentación de Quirós como candidato antes de fin de año fue de lo más oportuna para su jefe político. Rodríguez Larreta venía enfrentando hace un mes la arremetida de un sector de su partido, especialmente de Mauricio Macri y de Patricia Bullrich, para que Jorge Macri sea el candidato a sucederlo. El argumento de peso que esgrimía el ala dura, y que ponía al Jefe de Gobierno porteño en aprietos, consistía en que la Ciudad debía seguir siendo gobernada por un hombre o una mujer con el sello Pro, como una forma de bombardearle cualquier acuerdo superestructural con la UCR que derivara en un apoyo a Martín Lousteau, quien se anotó a la carrera hace ya varios meses.

Fernán Quirós, un candidato PRO para Larreta

Con Quirós, Larreta puso sobre la mesa no sólo a un partidario, sino también a un hombre que Mauricio Macri conoció durante su paso por la gestión porteña y que, además, cumple con varios de los requisitos de la marca histórica del distrito: viene del sector privado, fue un outsider de la política y supo cultivar una buena imagen de gestor.

Es casi irrefutable, salvo por algunos detalles: todavía hay quienes dudan que los números de las encuestas se traduzcan fielmente en votos y de que sea capaz de bancarse el barro y el desgaste de una campaña. Lo ven flojo, aunque en general esas voces críticas son las mismas que están decididas a competir contra él.  

El otro flanco débil en el que deberá trabajar es, paradójicamente, la gestión en Salud. Los residentes y las residentas de los hospitales de la Ciudad protagonizaron hasta la semana pasada más de 50 días de paro ininterrumpido en protesta por sus magros salarios. Se movilizaron decenas de veces por el centro porteño denunciando ajuste y precarización en un área sensible.

Quizás por eso el lanzamiento fue en una sala de atención primaria de la zona norte de la Ciudad, el CeSAC N°23 de Saavedra, barrio mayoritariamente de clase media y media alta, en el que salvo por los habitantes de los barrios populares casi nadie utiliza el sistema público de salud. La foto fue en un salón beige, pequeño, casi sin gente y sin ningún médico que portara un guardapolvo blanco, un barbijo o un ambo. El que sí estuvo, para colmo, fue Felipe Miguel, el Jefe de Gabinete de la Ciudad, que atraviesa su peor momento político dentro Pro: es casi una mancha venenosa para muchos funcionarios de la gestión y su última faceta pública fue la viralización de un video en el que Bullrich lo amenaza con romperle la cara (Sic).

Tweet de Horacio Rodríguez Larreta

No fue una buena forma de empezar. Para adelante, además, tiene al menos otros dos problemas: el Gobierno de la Ciudad apeló hace 15 días el fallo de primera instancia del Fuero Contencioso Administrativo que declaraba inconstitucionales tres artículos de la ley de Salud de la Ciudad y que le reconocía a los enfermeros y las enfermeras su estatus de profesionales. El conflicto sigue, con más paros y movilizaciones que afectan la atención sanitaria. Lo mismo sucede con ObsBA, la obra social de los estatales porteños, quebrada por una deuda de entre 4 mil y 7 mil millones de pesos, a caballo de la negligencia compartida (ambos comparten el directorio) entre los gremios afines al Pro y el propio Ejecutivo.

Ante la pregunta de por qué candidato y por qué ahora, dijo en la radio este viernes: “Me hice esa pregunta durante todo este tiempo. Es una combinación de cosas: creo que la sociedad está en un momento bisagra, con emociones negativas y pérdida de confianza en sus líderes y representantes”. Agregó que “hay que terminar con la grieta” y que se propone “continuar” con el modelo vigente en la Ciudad, que ya lleva 15 años ininterrumpidos de gestión y todas las elecciones ganadas (todas y cada una) desde 2005 a la fecha.

"En la Ciudad hay que continuar con el buen gobierno, el que es eficiente, laburador, planificador y responsable a largo plazo como ha sido el de Mauricio y de Horacio", dijo.

El otro candidato del Pro, Jorge Macri, había cosechado a principios de este mes un guiño más, de parte de Cristian Ritondo, presidente del bloque del Pro en Diputados y también candidato él a gobernador bonaerense, territorio donde Larreta tuvo y tiene su propio jugador, Diego Santilli.

El ex intendente de Vicente López apostó a mediados del año pasado a una candidatura nacional de Larreta, a cuya estrategia electoral se subordinó a cambio de cruzar la General Paz y jugar para la sucesión. El primo Jorge negoció la misma promesa que Lousteau y tantos otros: hay terreno libre para jugar, pero nadie está seguro de que va a ser.

En el interín, Macri Jorge se recostó en el ala dura del partido, lo que produjo una fricción fuerte con Larreta. El Jefe de Gobierno, dato no menor, estuvo en el casamiento de Jorge con la periodista María Belén Ludueña, pero no se dejó fotografiar en la boda. Partió rápidamente, con el pretexto del cumpleaños de Milagros Mailin, su nueva pareja. Los fotógrafos captaron entonces a Mauricio, a Patricia, a Waldo Wolff, y a Marcelo D`Allesandro, ministro de Seguridad de la Ciudad, con quien mantiene una buena relación. Todos del perfil “halcón”.

El primer síntoma de malestar de Larreta se sintió al referirse por primera vez al tema durante una entrevista con TN de hace dos semanas, en la que puso en un pie de igualdad a Jorge Macri con Lousteau, el propio Quirós, la ministra de Educación, Soledad Acuña, y hasta el ex funcionario de Vidal y actual presidente de la Legislatura, Emmanuel Ferrario. “La gente en todo caso definirá en las PASO”, dijo Larreta ese día.

Esa actitud, distante y hasta neutral, se rompió esta semana con la foto con Quirós, la primera que le regala a un precandidato el día que decide lanzarse. Aunque son varias las voces dentro del Pro porteño que le bajan el precio y aseguran que, por ahora, el Jefe de Gobierno no tomó una actitud como la que tomó Mauricio Macri con él en 2015: apoyarlo a todo a nada como su candidato propio, sin discusión ni segundas lecturas.