El presidente Alberto Fernández encabezó hoy un acto en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, donde firmó un convenio con la CGT y la CTA para la asignación de 1.200 viviendas junto al ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. Allí, el jefe de Estado apuntó a las responsabilidades del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda argentina y dijo que su urgencia es con quienes “han caído en el pozo de la pobreza” y no con los acreedores.

Durante la actividad, el mandatario anunció que el gobierno nacional buscará construir unas 260 mil viviendas para 2023 e informó que ese plan tiene un costo de 10.000 millones de dólares. Fernández destacó que ese monto es “la cuarta parte de la deuda que otros tomaron con el FMI”.

“Con la mitad de lo que deberíamos pagarle el año que viene al Fondo podríamos construir las 260 mil viviendas”, agregó. “Eso es dinero que está destinado a salir de la Argentina y a postergar el futuro de argentinos y argentinas que no quiero que ocurra”, señaló.

Por ello, el Presidente sostuvo que su “urgencia” son “los que no tienen casa”, “los que no tienen techo” y “los que no tienen trabajo”. “Mi urgencia son los que han caído en el pozo de la pobreza. Esa es mi mayor urgencia, no acordar con los acreedores”, aseveró.

Sin embargo, aclaró que desea llegar a un acuerdo con los acreedores, “pero quiero acordar en términos que no nos postergue a los argentinos. Quiero que entiendan lo que ha pasado”, subrayó.

Además, en esta oportunidad, Fernández no sólo criticó al gobierno de Mauricio Macri por tomar la millonaria deuda, sino también al Fondo Monetario Internacional por otorgar “semejante cantidad de plata” a “un país que estaba en default”. “Que cada uno asuma la responsabilidad que le cabe”, sentenció.