Luego de una etapa de tregua tanto con la esfera política como con el arco mediático, Alberto Fernández comienza a experimentar sus primeras tensiones con el periodismo en su mandato presidencial. El jefe de Estado busca hacer equilibrio entre mantener un perfil de diálogo y consenso, al mismo tiempo que necesita escudarse de los ataques de la prensa más vinculada a la oposición, en un contexto de pleno malhumor social.

Tras la fricción generada en una entrevista con Telefé Noticias que generó una fuerte repercusión, el Presidente ahora apostará a reforzar la comunicación con la prensa en una entrevista que mantendrá hoy en simultáneo con una decena de emisoras de Radio Nacional y RAE. El evento, que saldrá al aire este mediodía, fue definido como un “hecho histórico para los medios públicos del país para “fomentar el federalismo que la Radio y Televisión Argentina quiere imprimir en los medios públicos”.

Más allá de proponer una apuesta a las voces de los medios públicos, la ocasión será una también una plataforma para que el propio mandatario aliviane la cuerda que ahora se tensa con el ámbito periodístico. El intercambio con la conductora de Telefé, Cristina Pérez –donde el Presidente mandó a la periodista a “leer la Consitutción”- generó un nuevo cruce mediático entre quienes defendieron la reacción de Fernández y quienes salieron al cruce, con un sabor amargo que recordó a las fuertes confrontaciones que supo mantener la prensa con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su gobierno.

Cabe recordar incluso la controversia que generó un twitt de un usuario seguidor de Alberto Fernández, donde insultaba al periodista Jonatan Viale. La publicación fue compartida en las redes por el propio mandatario, hecho que generó una inmediata ola de críticas. Fernández cerró la tensión con un nuevo comentario de disculpas hacia Viale. En ese momento, el tropezón quedó inadvertido en un contexto donde las relaciones de los medios hacia el oficialismo, que todavía mantenía una relativa diplomacia en nombre de la lucha contra el virus.

No obstante la temperatura entre el Gobierno y los medios parece crecer al ritmo de los contagios. En ese sentido, el Frente de Todos debe pensar con mucha claridad de qué manera se parará frente a la pulseada que, de manera histórica, han mantenido los gobiernos peronistas con los pesos pesados del aparato mediático.

Para hacer su propia evaluación, Fernández cuenta tanto el antecedente de la fuerte pugna de “CFK vs Clarín” durante el kirchnerismo, como también en el vaciamiento y, en muchos casos, persecución ideológica que Mauricio Macri emprendió contra el periodismo opositor, en especial en los medios públicos. Los resultados, en ambos casos, quedaron a la vista.

En tanto, las presiones provocadas por las medidas de lucha contra el coronavirus han obligado a que el Presidente tenga que poner el cuerpo frente a las cámaras y los micrófonos cada vez más seguido. Los medios, en especial los afines a la oposición, ya comienzan a poner el foco en los puntos débiles de su plan de gobierno, en sintonía con una opinión pública cada vez más errática y las especulaciones políticas que ya comenzó a hacer Cambiemos alrededor de los índices de imagen presidencial.

Alberto Fernández sabe que una mala relación con el periodismo puede salir cara y que cualquier movimiento en falso de la política –en especial con cuatro años todavía por delante- es excusa suficiente para que aparezcan los “palos en la rueda”.