En medio de la interna del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández encabezó un acto por el 77° de SMATA. Desde allí, rodeado por dirigentes gremiales, el jefe de Estado insistió con la importancia de la unidad del Frente de Todos y consideró que "los compañeros que plantean disidencias no pueden ser los enemigos".

"No olvidemos que debemos estar unidos, la frase que se dijo en la marcha (peronista) ´todos unidos triunfaremos´ tiene razón, porque cuando nos dividieron ganó (Mauricio) Macri", aseguró Fernández, acompañado por el Secretario General de la Confederación de Sindicatos Industriales (Csira) e histórico dirigente de ese gremio, Ricardo Pignanelli, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, entre otros funcionarios.

El primer mandatario pidió recordar que "los enemigos no están entre nosotros, los enemigos son los que sumieron a la Argentina en la desgracia". "Somos hijos de (Juan Domingo Perón) y Evita (Perón). Solo entendemos una sociedad con derechos. El mérito mueve a la sociedad hacia el futuro si todos tienen las mismas condiciones. Para eso esta el estado, para igualar y dar las mismas condiciones", subrayó.

De esta manera, refugiado en el sindicalismo, Fernández busca apoyos para enfrentar la interna que atraviesa su gobierno. Luego del acto organizado por la UOCRA con el objetivo de respaldar al Presidente -que no tuvo la convocatoria esperada-, el jefe de Estado se ha mostrado en otras ocasiones con dirigentes sindicales aliados y funcionarios propios, profundizando mensajes de unidad hacia el interior del Frente de Todos.

Además, Fernández ha retomado las críticas al macrismo como otra herramienta de unidad: que los cuestionamientos sean dirigidos hacia la oposición y no hacia su gobierno. En ese sentido, cargó contra quienes "andan dando cátedra de moral y de gobernabilidad por todos los medios de comunicación del país" y que "no dejan de decir barbaridades, barrabasadas, olvidándose de lo que ellos hicieron".

El mandatario afirmó que "entre 2003 y 2015 el salario real en la Argentina creció 19 puntos y entre 2015 y 2019 cayó 20 puntos", y que durante la gestión de Macri "se perdieron 160.000 puestos de trabajo formales en la actividad industrial". 

"Para nosotros, el trabajo no es un costo, el trabajo ligado al capital es progreso y futuro", remarcó.