Alberto Fernández se refirió al pedido que promueve el PRO a través de Patricia Bullrich y el que se ha hecho oír en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a través de las cacerolas, para que los políticos duenen parte de su sueldo en medio de la pandemia, y el presidente se mostró resistente a adoptar esa medida a lo que calificó como un acto "demagógico".

Fernández afirmó que le parece "un acto demagógico" el reclamo de donación de sueldos de funcionarios públicos, en el marco de la pandemia por el coronavirus, y destacó que en su Gobierno no tiene "a nadie robando plata, ñoqui o recibiendo sobres por izquierda". 

"Los argentinos no tienen un Presidente que trabaja una semana y se toma dos de vacaciones", dijo el mandatario en declaraciones a Radio Mitre y agregó: "Tengo funcionarios que no tienen fortunas, cuentas en el exterior, bienes o empresas". 

"No me vengan con esas cosas, después nos llaman populistas a nosotros", remarcó. 

Luego se refirió al malestar que se vivió ayer por la pésima organización de la jornada en los bancos. "Alguien hizo mal las cosas, no cabe ninguna duda", expresó en relación a las largas filas que se registraron en las puertas de los bancos, y expresó su "malestar" por esa situación, pero aclaró que el gobierno no está "pensando en renuncias".

"Estamos trabajando mucho, no estamos pensando en renuncias", dijo el mandatario y reconoció que pudo haber habido problemas en la comunicación de las medidas: "se difundió vía gráfica y no se tuvo en cuenta la radio, la TV e internet".

También se mostró enojado con los bancos: "la dureza de algunos bancos me cae muy mal", manifestó porque "estuvieron cuatro años llenándose de plata".

"Espero que en esta instancia entiendan y le presten dinero a las empresas para que se mantengan en pie. Desde el Gobierno hemos hecho todo lo pudimos", dijo el jefe de Estado.

Fernández se refirió a la salida de la cuarentena: "tenemos previsto que el domingo próximo se termine la cuarentena, pero es día a día, hay que ir viendo cómo evoluciona", expresó y aclaró que "salir de ella tiene que ser una cosa muy cuidada".

"Si salimos como si nada hubiera pasado, y nos llega una persona de España, nos puede hacer un estrago. Hay casos que tendrán que seguir en cuarentena. Seguramente los chicos seguirán sin ir al colegio, la administración pública seguirá con trabajo a distancia, y seguirán los mayores adultos", concluyó.