Luego de que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) confirmara su adhesión al paro general del 24 de enero pero recién a partir de las 19 horas, el gremio se declaró en “estado de alerta” tras el fracaso de la paritaria. 

En una audiencia con las cámaras empresariales, el sindicato exigió un aumento salarial que superara la inflación. Sin embargo, los dueños de las compañías de transporte expresaron que no podían otorgar nuevos incrementos ante la incertidumbre sobre el envío de subsidios por parte del Estado nacional y los gobiernos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

Como respuesta, la UTA remarcó que eso se trata de un conflicto entre el Estado y las empresas del que no participa y advirtió que la situación coloca a los trabajadores “a las puertas de un conflicto por salarios”.

Ante el fracaso de las negociaciones, se convocó a una nueva audiencia en la Secretaría de Trabajo para el próximo martes 23 de enero. Por su parte, los dirigentes gremiales no descartaron convocar a un paro en caso de que no haya acuerdo y las cámaras empresariales mantengan su postura. 

 “Lo venimos advirtiendo, si no alcanzamos un acuerdo paritario que reconozca el grave deterioro que vienen sufriendo los salarios de los trabajadores por el mes de diciembre y lo que se estima como proyección para los dos primeros meses de este año en curso, nos llevarán a realizar medidas de fuerza para defender el poder adquisitivo de los salarios”, comunicaron. 

En concreto, la UTA reclama una actualización salarial del 27% en enero y del 33% en febrero en vistas de lo que fue la inflación de diciembre y los pronósticos para los meses siguientes. Además exigen que se aplique una cláusula gatillo “a fin de proteger a los trabajadores en caso de que la inflación proyectada sea mayor”.